El bono democrático y los aires de cambio con el que llegaron diversas autoridades en Tlaxcala, se extingue y con ello, a seis meses de su mandato, las muestras de repudio y rechazo se empiezan a sentir con un acento de ingobernabilidad.
Los yerros, abusos, excesos e incapacidades, aderezados con las inconformidades que dejaron las pasadas elecciones y el oportunismo de varios personajes –esos que en cada administración luchan por no perder sus canonjías–, han hecho que se incrementen los movimientos sociales de animadversión a sus autoridades.
Los conflictos que ya explotaron son los registrados en los municipios de Mazatecochco, Amaxac de Guerrero y Santo Toribio Xicohtzinco, en donde ya no quieren a sus autoridades y los pobladores han solicitado la desaparición del ayuntamiento y, en su lugar, crear concejos municipales que dirijan el destino de las Comunas.
Sin embargo, las inconformidades en demarcaciones como Zacatelco, Tetlatlahuca, Natívitas, Chiautempan, Tetla, Tzompantepec, Tlaxco, Ixtenco y El Carmen Tequexquitla, por abusos, excesos y la presunta falta de resultados de parte de sus autoridades, han generado ya visos de inconformidad que podrían descontrolarse.
Los alcaldes y los integrantes de sus respectivos cabildos pensaron que vivir del erario tres años sería un día de campo; fueron tantas las promesas, acuerdos y pactos que hicieron en campaña que, al momento de ejercer el poder, éstos se han convertido en pesadas losas que no los dejarán gobernar.
El gobierno del estado deberá emprender una estrategia proactiva a fin de asesorar a los munícipes para dirimir la mayoría de las inconformidades que ya pululan. Debe, en la medida de sus posibilidades, evitar que los conflictos municipales se conviertan en un asunto de ingobernabilidad; si deja crecer estos, la administración de la nueva historia podría resultar muy afectada.
Mientras se decide actuar, este lunes, al mediodía, la administración estatal entregará al Congreso del estado su propuesta de Plan Estatal de Desarrollo; sin duda, el parto de este programa de trabajo no ha sido sencillo, en especial, porque parece que en el gobierno pocos le saben a su función y otros están más entretenidos en las grillas y otros más en sus posturas de cortesanos que nada abonan.
El relanzamiento del gobierno estatal estará en marcha; nuevos movimientos y acciones gubernamentales habrán de emprender para tratar, ahora sí, de escribir esa la llamada nueva historia.