Beatriz Paredes Rangel podría convertirse en la primera rectora de la UATx; tal acción no solo impactaría en la vida académica de esa institución, sino en la construcción del futuro político de Tlaxcala, incidiendo en el tablero electoral de cara a la sucesión gubernamental.
En el año 2026, la UATx cumplirá 50 años de fundación y en el llamado “tiempo de las mujeres”, algunos piensan que una de las formas de conmemorar ese hecho es la llegada, por fin, de una de ellas a la máxima dirección de esa institución. Ese año, coincide, con la conclusión del segundo mandato como rector de Serafín Ortiz Ortiz; aunque el relevo podría adelantarse.
Las recientes y continuas apariciones de Beatriz Paredes en la UATx, no solo en actos sociales sino académicos, han fortalecido la idea de su arribo. Ella no es una figura menor en la historia de Tlaxcala ni en la política nacional. La exgobernadora del estado, expresidenta del PRI, exsenadora y exembajadora, y aspirante a la Presidencia de la República, tiene experiencia y liderazgo.
Las relaciones locales, regionales, nacionales e internacionales que ha fraguado reforzarían la imagen y labor académica de la universidad, pero también tendría una lectura política inevitable. La UATx ha sido un centro de influencia en la vida pública de Tlaxcala, y su liderazgo podría incidir en el escenario de la sucesión gubernamental del año 2027.
En un estado donde el control de las instituciones sigue siendo una pieza clave en la configuración del poder, su llegada podría fortalecer alianzas, redefinir narrativas y generar una nueva dinámica en la correlación de fuerzas políticas. El PRI sería un de los beneficiados.
La familia Ortiz Ortiz, con el exmandatario y actual diputado Héctor Ortiz a la cabeza, ha consolidado una estructura de poder en la UATx, que le ha permitido mantener una influencia política significativa. Ceder la rectoría a Beatriz Paredes podría interpretarse como un gesto de apertura o como una estrategia para reforzar esos pactos políticos hacia la sucesión gubernamental, en la que nada está definido.
En tanto, en el tiempo de mujeres, es lamentable la situación que priva en el municipio de Cuapiaxtla, en donde la alcaldesa Lorena Escobar González cedió todo el poder y toma de decisiones a su esposo Armando Fernández Hernández y pretende responsabilizar a los medios de comunicación de sus yerros. La inseguridad, abusos del personal y sus familias, la ineficacia, la presunta colusión e irregularidades en el ejercicio del gasto, son temas que ya son investigados para proceder en contra de la munícipe.