La jornada electoral confirmó varias de las hipótesis que habíamos sostenido a lo largo del proceso electoral.
1. Que habría una participación similar a las tendencias históricas en elecciones intermedias, es decir, apenas se rebasó el 50 por ciento de participación, lo que de forma inmediata refleja un alto nivel de abstencionismo que en promedio es superior al 40 por ciento. Como habíamos pronosticado, en algunos municipios hubo cambios a la alza o a la baja, pero en promedio esa fue la tendencia. No se le ganó al abstencionismo y este indicador deberá ser analizado, pues algo inhibe una mayor participación ciudadana.
2. Que nadie obtendría carro completo y que para la entidad se confirma que no hay partido hegemónico ni dominante, sino una mayor pluralidad política, si bien en el Congreso el PRI tendrá mayoría, ésta será simple, lo que necesariamente provocará un mayor nivel de negociación entre las fuerzas políticas ahí representadas, desde luego que el número es importante, pues le da mano al PRI para la próxima agenda legislativa, un dato sumamente interesante es que la composición del Congreso ayudará a todos, debemos recordar que en los gobiernos de la alternancia la integración de la legislatura en elecciones intermedias permitió mayorías calificadas, lo que provocó que gran parte de las decisiones del Ejecutivo en turno pasará sin la debida negociación, rompiendo con el equilibrio de poderes, ahora la nueva tendrá esa posibilidad, pasó con Alfonso Sánchez Anaya y con el gobernador panista.
3. Se confirmó que tendremos demasiados gobiernos de minoría, muchos de los ayuntamiento, de confirmarse los datos del escrutinio y cómputo en los consejos municipales, se ganarán con muy pocos votos de diferencia, eso tendrá efectos en la gobernabilidad de los mismos, esto comprueba que el voto duro fue la base fundamental, ese voto duro debe leerse muy bien, pero también debe considerarse que los nuevos gobiernos no tendrán el apoyo de la mayoría de la ciudadanía, por lo que su desempeño estará en la mira al menos en el primer año del ejercicio, habrá que convencer a la población que el partido en el gobierno puede revertir la debilidad con la que toma las riendas, del mismo modo deberán generarse los puentes políticos para contrarrestar esa vulnerabilidad.
4. Se confirmó que la conformación del IET no fue la mejor, ni para la integración del consejo, ni para los operadores del mismo, se tienen serías dudas del desempeño de los capacitadores, según fuentes directas hubo una gran cantidad de inconsistencias en la capacitación que provocaron deserciones de los funcionarios de casilla antes de la jornada electoral, retrasando, por ejemplo, la apertura de casilla. Se comprueba que muchos de los que participan en el organismo electoral lo hacen por empleo, no por su convicción democrática, lo que convierte al instituto en un espacio de chambismo conyuntural. En el caso de los consejeros, lamentablemente no han estado a la altura de las circunstancias y sus indecisiones han provocado incertidumbre y con ello han propiciado que la elección se haya calentado más de lo debido, tal como se ha registrado en la última semana.
5. Caso especial e inédito fue la ineficiencia del SARJE, el sistema de plano no sirvió, por más que se busquen pretextos. En la realidad, éste generó más confusión que certidumbre, las explicaciones de su fracaso son realmente lamentables, de hecho la falta de decisión de los consejeros provocó muchos desaguisados, en opinión personal, si el SARJE presentaba serios problemas, lo que se debió haber hecho fue ofrecer una conferencia de prensa y dar aviso de la cancelación del mismo, eso hubiera sido mejor que dejarlo funcionando, la errada decisión modificó el entorno y echó a perder gran parte del proceso electoral. Como habíamos pronosticado, el SARJE al final es una herramienta importante, pero herramienta al fin y al cabo, lo importante y legal es el escrutinio y cómputo en los consejos municipales y distritales, pero una vez que se contaminó el proceso por la falla del sistema, ha sido muy difícil apaciguar los ánimos, pues provocó que viniera una ola de triunfalismo, eso es algo que deberá tener consecuencias al interior del IET y es un llamado de atención a los diputados, pues ellos al final del día son lo que palomean e integran el Consejo General.
6. Hace casi siete años, cuando Andrés Manuel López Obrador exigía el conteo voto por voto, casilla por casilla, sus detractores lo abucheaban, decían que eso sería imposible, pero ahora resulta que luego de siete años, todos los partidos, sin excepción, piden y exigen que se haga el recuento total de los votos, este es quizás un indicador de que parece que en materia electoral, en algunos lugares vamos como los cangrejos. Es curioso, pero los panistas que tanto criticaron a AMLO por exigir el recuento de los votos y por las movilizaciones poselectorales conocidas como la resistencia civil pacífica, hoy son esos panistas los que amagan con tomar la ciudad rielera. No todos los panistas son iguales, pero los que se dicen calderonistas son los peores, exigir que se cumpla la ley cuando hay indicios que al igual que otros, hicieron compra de votos, entrega de despensas y muchas más prácticas tipificadas como delito electoral.
De hecho, hay fuentes que confirman que a pesar de ya no tener el control del programa Oportunidades, siguen intimidando a los beneficiarios para coaccionar el sufragio, ¿quién preparó los lunch? Así quieren que la ciudadanía los apoye.