A dos décadas de lucha, “seguimos pugnando para que las autoridades federales, estatales y municipales abran un espacio de diálogo y de trabajo que conduzca al diseño e implementación de un Plan Integral de Restauración Ecológica de la Cuenca Atoyac-Zahuapan”, pues solo hablan de solucionar la contaminación cuando buscan el voto, reclamó Laura Méndez Rivas, integrante de la Coordinadora por un Atoyac con Vida (CAV).
Esta aseveración la realizó durante su participación en la Cuarta Asamblea Nacional por el Agua y la Vida (Anavi) celebrada en Tlaltelulco a finales de marzo pasado, donde remarcó que las poblaciones que viven cerca de este afluente durante años han visto la forma en que sus ríos, zanjas y arroyos fueron convertidos en drenajes industriales y urbanos, sin que institución alguna asumiera su obligación para que las empresas se responsabilizaran de tratar sus residuos.
Expuso que las y los habitantes también han sido testigos de la desaparición de fauna y flora, así como de enfermedades y muerte de vecinos y de familiares causadas por desechos industriales vertidos al río, las cuales fueron denunciadas desde hace mas de 20 años por habitantes y extrabajadores de Pemex.
Subrayó que la CAV se sumó a estas denuncias con el acompañamiento de la asociación civil Centro Fray Julián Garcés (CFJG), a fin de elevar la exigencia social de respeto al derecho a una vida digna, pues las autoridades “solo hablan de solucionar la contaminación cuando quieren nuestro voto”.
Resaltó la importancia de la vinculación de la CAV y del CFJG con investigadores de diferentes universidades, entre ellos los de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y dijo que de esta manera se han podido “sustentar claramente” los daños generados en la cuenca y denunciarlos ante tribunales éticos, como el Permanente de los Pueblos en su capítulo México y el Latinoamericano del Agua, los cuales han fallado a favor de las comunidades.
Recordó que la investigación efectuada permitió presentar la queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en el año 2011, la cual derivó en la Recomendación 10/2017 por contaminación de la Cuenca Atoyac-Zahuapan; y también para “mostrar la simulación de las autoridades” en la atención a esta problemática.
Lamentó que hasta ahora no se haya logrado que autoridades y dependencias comprendan la necesidad y se decidan realmente a construir con la ciudadanía el Plan que garantice el ejercicio del derecho al agua y al saneamiento de la contaminación industrial, el cual incluya sus demandas y propuestas para recuperar la salud y la tranquilidad.
“Queremos que dediquen sus esfuerzos y los recursos públicos para también garantizar la protección de nuestros derechos, no la del interés privado que lucra con nuestra enfermedad y muerte de nuestros seres queridos”, realzó.
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