Los procesos internos para elegir a los candidatos a la gubernatura de las dos principales alianzas que habrá en estos comicios, arrancaron a tambor batiente. Morena y el PRI, partidos que habrán de encabezar las dos coaliciones más fuertes, develaron e iniciaron con el rito del ungido.
Tras el anuncio de lo que será la coalición Unidos por Tlaxcala, que formalizaron con el PAN, PRD, PAC y PS, los priistas lanzaron su convocatoria para definir su propuesta de abanderado a gobernador y en una semana –el próximo sábado 12 de diciembre– se conocerá si habrá candidatura de unidad –como en los dos últimos procesos comiciales a ese cargo– o, de plano, una contienda.
Los dos principales aspirantes a esa nominación tendrán que dejar sus cargos públicos. Anabell Ávalos deberá solicitar licencia al cargo de presidenta municipal y Noé Rodríguez haría lo propio de la dirigencia estatal del tricolor; no sería ni juez ni parte.
En el PAN, este fin de semana, la cúpula nacional dio luz verde a los suyos para coaligarse con todos los partidos posibles, menos con Morena. Ya podrán confirmar esta alianza, incluso, en la contienda federal.
En Morena, que encabezaría la otra alianza, también arrancó la danza electoral. El sábado fue el registro de sus aspirantes a la candidatura. Hasta la sede nacional llegaron siete ciudadanos con los deseos de encabezar en el proceso de sucesión gubernamental al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Como en la vera del señor y fiel a ese partido, en el que, como dijera el difunto Joel Molina Ramírez, llega de todo. Se registraron, por orden de inscripción, Rafael Minor, Parménides Ortiz, Lorena Cuéllar, Lilia Rivera, María Domínguez, Dulce Silva y Martha Noya.
Sin embargo, la Comisión Nacional de Elecciones de Morena aprobará un máximo de cuatro registros y los aspirantes se someterán a una encuesta o estudio de opinión para determinar al candidato de Morena –y su inminente alianza con PT, Panal, PEST y quizá con el PVEM.
Con este arranque electoral, se confirma que estos comicios serán muy competidos y distintos y en los que, a pesar de la pandemia, las medidas sanitarias y las recomendaciones no importa cuando a nuestros políticos lo que les mueve es el poder.