El muralismo le ha dejado a Arnulfo Santos un cúmulo de aprendizaje y de tener la sensación de convertirse en uno de los grandes exponentes de esta corriente artística, Desiderio Hernández Xochitiotzin, para comprender mejor su técnica.
El artista plástico es autor del mural que desde el 1 de mayo pasado luce en el salón de cabildos del ayuntamiento de Ixtacuixtla. Es su obra más reciente.
“El presidente municipal Rafael Zambrano Cervantes me invitó a participar en actividades culturales y una de ellas fue rescatar el acervo prehispánico que es la toponimia que el maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin realizó”.
Desglosó e ilustró el significado de Ixtacuixtla: “Lugar donde se saca y se muele sal; lugar de las salinas. El salitre que se va recogiendo y que sirve para muchas cosas, entre ellas, preservar alimentos, como la carne que se comercializaba”.
A marchas forzadas, Arnulfo Santos elaboró el mural, de cuatro metros de ancho por 15 de largo, sobre una pared rústica, la cual aprovechó para dar textura al paisaje.
“Aparecen personajes de primer plano, como son los cargadores y la persona que está moliendo la sal, por lo que ya se ven como en tercera dimensión”, explica.
Puntualiza que en la primera parte del mural plasmó el significado de Ixtacuixtla.
“No se mezclaron las comunidades que tienen nombre asignado por franciscanos, alusivos a algún santo, pues la intención es rescatar lo prehispánico y la lengua náhuatl”, añade el artista plástico.
Previamente, Arnulfo Santos realizó varias consultas bibliográficas y códices.
“Leí el libro Geonimia Tlaxcalteca –indica–, para recabar datos. Fue editado en 1954 y el autor es Isaías Bello Pérez. La interpretación es propia”.
“Se dio significado a comunidades con base en su toponimia. Tecoac quiere decir víbora de piedra; Tecuexcomac, lugar de troje de piedra, donde se recolectaba la semilla, el maíz; y Tlapexco, lugar de la explanada.
Xocoyucan, lugar donde abundan los frutos amargos, que ahora dicen que es durazno, pero en aquel tiempo prehispánico no existía al igual que la lima, la naranja y el limón, eran más bien camotes; Xochimilco, lugar de sembradíos de flores y Jilotepec, cerro del jilote, lugar donde está la cosecha de maíz”.
Precisa: “fui tomando todos estos nombres prehispánicos para consolidar un mural visual, para recrear todo un paisaje”.
Las comunidades que no fueron incluidas quedaron plasmadas en un escudo tridimensional de alto relieve.
Arnulfo Santos es autor de otros murales, tanto en forma individual como colectiva.
El de San Vicente Chicoloapan (estado de México) fue elaborado en 2010 –añade– para la celebración del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución. “Se hizo pasando por la época de la Conquista, la Independencia, la Revolución y la modernización”.
En el Distrito Federal, se realizó otro en un templo evangélico, “en el que la temática es dios, es de 10 por cinco metros”.
En Tlaxcala se restauraron dos murales en Palacio de Gobierno, por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). “Se resanaron pigmentos”.
En 2013 –agrega– elaboré ocho murales representativos de Cacaxtla, “sobre la batalla de Los Caballeros Águila “y de otros personajes, pero más coloridos”.
Se localizan en el Zoológico del Altiplano, en la estancia de los felinos. “Por estar a la intemperie, el tiempo los va a anticuar. Dentro de algunos años lucirán como los de la zona arqueológica, debido al proceso de desgaste (de las tonalidades), esa es la idea”.
“El muralismo es todo un aprendizaje”, asienta Arnulfo.
“Cuando restauré los murales de Desiderio, fue como la historia, el estar ahí dos meses oyendo a los cronistas cómo narraban lo de los murales y se va aprendiendo, porque van dando el contexto”.
Se está haciendo algo trascendental, dice Arnulfo Santos
Es muy importante, porque lo que se está haciendo es algo trascendental y algo muy relevante, como es la identidad de Tlaxcala, que conlleva a toda la historia prehispánica, las batallas, los personajes y las deidades, se empapa uno de información.
Además, “aprendí de la técnica de Desiderio, porque en ese momento se convierte uno en el personaje principal que es el maestro y se va entendiendo por qué va pintando y metiendo esos colores”, expresa.