Una apuesta o un sueño, aunque parezca guajiro, ya han trazado la mayoría de los partidos políticos, actores, funcionarios y hasta los engañabobos, quienes adelantaron el proceso de sucesión gubernamental para el año 2027, en el que nadie quiere quedarse afuera, como lo es el Partido del Trabajo (PT).
Ubicado como la segunda fuerza electoral de Tlaxcala, gracias a que en la pasada elección local de diputados obtuvo 101 mil 390 votos, solo, sin alianzas o coaliciones, y pese a enfrentar los embates de su aliado federal Morena y del gobierno, los petistas hicieron su chamba.
Por ello, los dueños de esa franquicia en Tlaxcala, las familias Garay y Cervantes ya sueñan y hacen sus apuestas para preparar el camino de la próxima elección. El primer plan parece que será impulsar en el ámbito nacional una coalición con Morena para competir nuevamente juntos en la elección gubernamental, en la que exigirán la candidatura a la primera magistratura local.
Ahora no están dispuestos a ceder, sobre todo, porque la actual alianza no les trajo dividendos y, por el contrario, han sido muy maltratados.
Tienes dos propuestas, sí, y aunque no me lo crea y suene a una burla, la prioridad en esa eventual negociación es imponer a la diputada federal y dirigente estatal petista, Irma Yordana Garay Loredo como la abanderada. El argumento es que el PT priorizaría Tlaxcala en las negociaciones nacionales y además “pagaría la cuota de género” en los acuerdos por las 15 gubernaturas que se disputarán en el año 2027.
Silvano Garay –integrante de la dirigencia nacional del PT y representante petista ante el Consejo General del INE–, ya trabaja ello y los mismo hace su hija, quien desde la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara Baja, busca las simpatías de morenistas, ecologistas y demás.
La otra carta es el diputado federal, empresario y exedil de Huamantla, Alejandro Aguilar López, quien tiene aliados en prácticamente todos los partidos y estamentos de la entidad.
Aunque la apuesta y el sueño suenen a fantasías, lo van trabajando, tan es así que también tienen su plan C: Una alianza sin Morena, con otras fuerzas; están dispuesto a ceder la nomenclatura a un liderazgo que no tenga cabida en el oficialismo, pero que garantice el triunfo con la suma de voluntades: Las senadoras de Tlaxcala son una inmejorable opción.