Antes que funcionaria soy empresaria y ganadera. En Tlaxcala vive un millón 343 mil personas. Solo el 13 por ciento son no pobres ni vulnerables. Según el Coneval, 800 mil personas están en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
La intención de la secretaria de Turismo por dejar claro que no existe conflicto de interés entre ser parte de la élite económica y funcionaria pública, es la confirmación de la existencia real y objetiva en Tlaxcala del capitalismo de amigos (crony capitalism).
Como integrante de un gobierno de la Cuarta Transformación “no miente, ni engaña” a la soberanía representada en el Congreso del estado. Confirma que la tercera o cuarta generación de hacendados y rancheros mantienen el poder económico y político.
Evidencia que no es la única que reúne esas características. En la administración pública estatal confluye un grupo de orgullosos descendientes de los hacendados–empresarios–funcionarios públicos. No existe conflicto de interés porque siempre han sido los patrones, los amos.
Esto confirma la tesis desarrollado en Granos de la misma mazorca. Los principales factores para ingresar o ascender en la política local son, en primer lugar, el origen familiar; en segundo lugar, el nivel socioeconómico y, en tercer lugar, la educación privada.
Las palabras pronunciadas reflejan nítidamente lo que Wacquant (2009) llama estado centauro: “liberal hacia arriba y paternalista hacia abajo”, porque presenta caras radicalmente diferentes en los dos extremos de la jerarquía social.
El orgullo expresado confirma el poder de la élite y el sentido de pertenencia que tiene de sí misma la funcionaria y el grupo al que pertenece. Las élites políticas que gobiernan la entidad se reproducen desde la década de los 40 del siglo pasado. Sin conflicto de interés.
Un pueblo pobre solo tiene posibilidades de salir adelante si lo administran los ricos o su descendencia.