A lo largo de los más de 15 años que lleva la alternancia (1998–2014), en la vida pública han estado nombres de políticos que hacen de ello una profesión y una gran cantidad de aficionados, que no logra sobrevivir fuera del poder.
Se define como profesional al que pertenece o relativo a la profesión, a quien ejerce una profesión. Dicho de una persona que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive.
En tanto que aficionado es el que siente afición por alguna actividad. Que siente afición por un espectáculo y asiste frecuentemente a él, pero sobre todo al que cultiva o practica, sin ser profesional, un arte, oficio, ciencia, deporte, etc.
Quiénes son los políticos profesionales en Tlaxcala, aquellos que llevan toda una vida dedicada al servicio público en la administración pública o en la representación popular y han desarrollado una “carrera” que los mantiene vigentes a pesar de los altibajos.
Los aficionados son aquellos que por una circunstancia fortuita o por interés personal para destacar de entre su propia profesión: médicos, maestros, ingenieros, etc., alcanzan a desempeñar por una o dos ocasiones un puesto público.
La mayor parte de quienes formaron el gabinete del primer gobierno de la alternancia fueron aficionados, ¿cuántos de ellos siguen en la política como actividad cotidiana? Uno que otro se mantiene en la burocracia.
Lo mismo ocurre con el llamado gabinete florero del gobierno panista, aquí cabe destacar que quienes han tenido una vida más longeva es la llamada “generación perdida”, la de aquellos jóvenes que comenzaron su vida pública en el sexenio beatricista.
Los empresarios que han participado en los gobiernos alternantes, sin duda que han sido aficionados y lo mismo puede decirse de los directivos de las instituciones de educación superior, a pesar de que pasan de un puesto a otro, siguen siendo aficionados.
Uno de los filtros para diferenciar a los profesionales de los aficionados son las presidencias municipales y las diputaciones locales, en un trienio aparecen nuevos políticos que luego desaparecen y vuelven a surgir como “organizadores de la sociedad civil”.