La necesidad de recursos económicos para saldar deudas o comprar bienes ha provocado que en dos años alrededor de 400 tlaxcaltecas hayan descargado aplicaciones (APP) que otorgan préstamos vía electrónica de manera fácil, pero que a la larga pone en riesgo la integridad física, económica y social de los solicitantes y sus familias, pues terminan siendo amenazados, chantajeados y defraudados.
Aquí, explicó Maricarmen Maldonado Meneses, jefa del Departamento de la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), el gancho utilizado por las APP es que no piden aval, garantías ni verifican el buró de crédito, sin embargo, sí requieren permisos para acceder a información que tienen guardada en su equipo de celular, principalmente sus fotografías y contactos.
Se trata de un delito, pues dichas aplicaciones solamente se promocionan y ofrecen a través de las redes sociales y no están formalmente establecidas, lo que impide la intervención de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) en casos de reclamaciones, aclaraciones y asesorías.
Para la funcionaria, este tipo de APP son operadas por grupos de la delincuencia organizada, pues tienen un modus operandi bien definido para hacer que la persona a la que se le otorgó el préstamo termine pagando más de lo que se le dio, a través de amenazas y chantajes, acciones que quedan impunes, pues en caso de denuncias es muy difícil dar con la identidad de los prestamistas, reconoce.
En entrevista, la jefa del Departamento de la Policía Cibernética de la SSC explicó el modo de operar de esas aplicaciones, las consecuencias de su descarga en los equipos celulares y recomendaciones para prevenirlo, pues entre 2021 y lo que va de 2022 el número de usuarios ha ido en aumento. Incluso, reveló que tiene el registro de una persona que tiene en su teléfono celular hasta 80 APP.
“Las aplicaciones de préstamo están siendo cada vez más recurrentes, son aplicaciones que se ofrecen a través de redes sociales, donde motivan a los usuarios a pedir préstamos de manera rápida sin aval, sin garantías, sin verificar su buró de crédito. Son aplicaciones que se encuentran más en equipos Android que en IOS, que es del Iphone”.
Sin embargo, abundó, al momento de descargarlas, para continuar con el proceso, piden forzosamente permisos para acceder a los contactos y fotos guardados en los equipos. “Ese es un primer riesgo”.
Una vez cubierto ese requisito, lo que sigue es pedirles una imagen de su credencial de elector de ambos lados “y ahí ya está uno vulnerando por cuenta propia sus datos personales; algunas APP piden incluso foto de la fachada de la casa de solicitante, un aval o un contacto referido por si no paga a tiempo”.
Aquí, precisó, el tema es que sí logra dar confianza, porque sí les deposita la cantidad que piden en la cuenta bancaria que registraron para hacer la transferencia.
Es entonces cuando comienza el viacrucis de las personas que descargaron la aplicación, recibieron el préstamo y definieron la temporalidad de pago, si es por un mes o dos meses, y el periodo en el deben abonar, que normalmente es semanal. “Quien obtuvo el crédito dice sí me depositaron y estoy pagando a tiempo, pero si incumple, aunque sea por un minuto, comienzan a enviarle mensajes de texto o de voz, generalmente vía WhatsApp, muy agresivos, muy explícitos sobre lo que van a hacerles, de que los van a matar o secuestrar a ellos o algún integrante de la familia, pues ya tienen información de sus contactos”.
Empieza así una situación de riesgo hacia el solicitante, porque lo mantienen con esa capacidad de alteración emocional, con miedo, por lo que tiende a acceder a todo lo que ese grupo delincuencial le ordene, principalmente que pague más, con intereses que están muy por encima de lo permitido por la ley. “Se vuelve un círculo vicioso, porque los mismos acosadores sugieren que descargue otra aplicación para que paguen”.
Tenemos, reveló, registros de usuarios que han descargado hasta 80 aplicaciones en su teléfono con tal de pagar las otras deudas, pero éstas tienen el mismo modus operandi, y ante una necesidad se sienten deslumbrados porque les prestan dinero sin mayores requisitos. Es una afectación muy fuerte, económicamente porque hay quienes han vendido sus coches, hipotecado sus casas para pagar a deuda, sumado al miedo de que les pase algo a él o ella o a su familia”.
Cuando ya se ha sido víctima de este tipo de delitos y se acercan a solicitar apoyo a la Policía Cibernética, comentó que, de inicio, se les advierte que sepan que ya no puede evitarse el que ya vulneraron su información personal, sino “la idea es contener la situación de riesgo y amenazas que están viviendo”.
Por ello, lo primero que se les recomienda es que cancelen totalmente esa relación con las aplicaciones, aunque pueden tener miedo por posibles denuncias por los adeudos, “pero eso no procede porque esas empresas no están legalmente establecidas. Es una situación extrajudicial y no hay nada que ampare lo que las APP están diciendo que venden”
Las siguientes sugerencias son que se avise a todos sus contactos lo que está viviendo para que no se vean sorprendidos, y que cambie su número telefónico o lo restablezca a valores de fábrica si no puede cambiarlo. También se les pide que protejan todas sus redes sociales, su Facebook, su Instagram, su WhatsApp.
“¿Cómo se protege?, no es solamente restringir quien accede a la cuenta, sino también configurar la autentificación por dos pasos, que es como ponerle doble candado a las redes sociales para que no pueda acceder de manera inmediata o rápida algún delincuente y hackee la cuenta, porque además de que ya vulneraron su información personal, esos mismos delincuentes pueden suplantar su identidad y chantajear a sus contactos diciendo que necesita dinero”.
En este caso, expuso, dependiendo del tipo de víctima pueden pedir cantidades mínimas de 300 o 500 pesos hasta mil o 2 mil y “en menos de 20 minutos, los delincuentes ya tuvieron un depósito de una cantidad considerable mientras el titular de la cuenta nota que alguien está suplantando su identidad. La diferencia aquí es que se proteja sus redes sociales con la autentificación de dos pasos”.
Maldonado Meneses comentó que la principal incidencia de este delito se presenta entre los meses de diciembre y enero, por los gastos que hace la población. Pero los primeros reportes que tuvo el área que dirige fueron en mayo de 2021 y a partir de ahí fue creciendo hasta llegar a 195 ese año. Pero entre enero y marzo de este 2022, la incidencia suma ya 199 reportes, de ahí la necesidad de informar a la población de esta situación.
“Algo curioso, dentro de nuestro registro, es que el año pasado el rango de edad de las personas que recurrían a estas APP era de entre los 30 a 39 años, pero en este 2022 son de edades más tempranas de 20 a 29 años. Curiosamente ha cambiado un poquito esa recurrencia en el rango de edad, sin embargo, eso no quiere decir que no haya más víctimas”, expuso.
Por municipios, habitantes de Tlaxcala capital, Apizaco y Chiautempan son quienes más han caído en esta trampa, aunque se tiene registro en prácticamente los 60 municipios.
En 2021, en Tlaxcala capital se reportaron 34 casos, en Apizaco 22 y en Chiautempan 17; en el presente año el registro que se lleva es de 37 en Apizaco, 27 en Tlaxcala y 11 en Chiautempan. En el resto de los municipios oscilan entre uno y hasta 10 casos, indicó.
Las aplicaciones más reportadas en 2021 fueron Listo Cash, Cash Box, Lemon Cash, José Cash –que es el que más utilizan—Ok Crédito y Peso Fábrica. En 2022 se han reportado José Cash, Drive Push Crédito, Enviar Efectivo, Listo Efectivo, Cash Box, MX Efectivo y Ample Cash.
“Por citar las que más nos han reportado, sin embargo, no son las únicas, hay muchas más que tienen nombres muy parecidos, pero que su forma de actuar es exactamente la misma.
Están más en aplicaciones Android. No hemos recibido algún usuario que lo haya bajado en Iphone”.
Para la funcionaria, este tipo de situaciones se dan por la necesidad de dinero, pero también porque que la población no está habituada a manejar tarjetas de crédito, lo que da ventajas a los delincuentes para que se acepte lo que piden. “Hay quienes empiezan pagando desde 2 mil pesos por el préstamo y con amenazas terminan entregando más de 100 mil pesos”.
Señaló que estas aplicaciones derivan en otros delitos, pues de empezar con acoso cibernético, pasan a la extorsión para que no difundan contenidos de los equipos celulares. También se puede tornar en un fraude al comercio electrónico, porque al momento que se da acceso a los contactos y fotografías, se pudo haber dejado un código malicioso, llegar a su banca electrónica y hacer una transferencia.
“Se torna en varias situaciones de incidencia en el ciberespacio que podemos vincularlo a un delito, sin embargo, suele ser complicado para saber quién está detrás de todo esto. Podría ser incluso violación a la intimidad sexual porque tal vez se tengan fotografías íntimas en el equipo celular y alguien las está vendiendo o publicando sin consentimiento de la persona”.
A lo que más apostamos, agregó, es que la población sepa la existencia de estas APP, que más que de préstamo son de riesgo y que no las usen, que si requieren de un crédito se vayan por la vía oficial, con instituciones que están formalmente establecidas, que busquen en la página de Condusef para identificar las financieras establecidas físicamente en un lugar y que otorgan préstamos de forma legal”, anotó.
“Que sepan que algo que se ofrece de manera fácil no puede ser algo legal, que realmente dé un beneficio, que el hecho de necesitar dinero se puede obtener sin riesgos a su integridad, a la tranquilidad de su familia, porque el precio es pagarlo muy alto económica y emocionalmente, por el miedo a lo que pueda pasarles a ellos o a su familia. Esto se convierte como en pólvora porque al momento en que se sube a las redes ya es muy difícil poderlo contener”.
Maldonado Meneses destacó que es muy alto el índice de situaciones que se dan en el espacio cibernético que son prevenibles. “Ocho de cada 10 pueden ser prevenibles, es un porcentaje muy alto, lo que nos va a empoderar para no ser víctimas es el conocimiento, el saber qué hacer o saber identificar una situación de riesgo en el ciberespacio”.