En pasados días, como cada mes, se actualizó la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), entregada por las Fiscalías estatales, informando sobre los delitos cometidos contra las mujeres acumulados a medio año, lo que pareciera sólo números y que muchas veces se pierde de vista las vidas y bienestar de las mujeres que está en juego; lo que hace visible apenas una parte de la realidad que vivimos las mujeres en lo cotidiano, no hay día en el que una mujer no se encuentre en riesgo ante un contexto de inseguridad, impunidad y negación de estas realidades.
A pesar de que esta información se recoge a partir de las mismas instituciones, nos permite analizar el funcionamiento institucional, así como la construcción de las verdades históricas, por lo que es importante contrastar con la información que se documenta desde otros espacios, de quienes acompañan y están en la vivencia cotidiana con las víctimas; pues la información que debería ser útil para la construcción de mecanismos y estrategias para su atención adecuada, se convierte en la creación de realidades alternas con pesos políticos.
Uno de los delitos que informa este documento del Sesnsp es la trata de personas, en donde la ahora Fiscalía del estado de Tlaxcala sigue informando que no existe ni una sola carpeta de investigación por este delito, lo que no significa que no exista, mucho menos que el gobierno del estado esté atendiendo de manera efectiva para su prevención; es la muestra del funcionamiento institucional, de una política de Estado que ha decidido evadir el tema y mantener declaraciones sobre la seguridad en Tlaxcala, mantener una imagen que no empañe el deporte internacional favorito de este gobierno.
Esta información institucional ha sido la misma durante la presente administración, existe una gran diferencia respecto de la información pública en años pasados. Por ejemplo, en 2020 la información publicada por el Sesnsp dio cuenta de 15 carpetas de investigación por el delito de trata; sin embargo, para 2021 se informó solo de dos; para 2022 se redujo a una y 2023 cerró el año en ceros.
Tampoco hablamos de justicia por el hecho de iniciar una carpeta de investigación, no significa que en administraciones pasadas se haya atendido de manera adecuada, pues las deudas institucionales son históricas; mucho menos significa que, de pronto, las redes de tratantes dejaron de operar y no existan víctimas de este delito; pero es evidente el grave problema que enfrentamos las mujeres ante un sistema de justicia que decide no protegernos.
Las declaraciones continúan, “Tlaxcala es un lugar seguro”, “en Tlaxcala la trata de mujeres no es un problema grave”, la negación, minimización y evasión de los niveles de violencia contra las mujeres que va en aumento sólo ha funcionado para sus “cifras oficiales”, no para crear política pública de prevención, ni para atender de forma efectiva e integral estos delitos y disminuir los impactos a nivel individual y colectivo.
Se mantiene, y se mantendrá esta tendencia, pues recordemos que, en las primeras semanas de este año, la entonces procuradora del estado desestimó la información sobre feminicidio, trata de mujeres y desaparición que se ha publicado por parte de las organizaciones de sociedad civil, documentada a partir del seguimiento a los diversos medios de comunicación, así como del acompañamiento a las familias; negando que sea un problema grave y declarando al estado libre de este delito, reiterando que no existieron denuncias durante 2023.
El cambio de Procuraduría a Fiscalía será lo que temíamos, un cambio de nombre; es difícil esperar un cambio profundo de esta institución responsable de la procuración de justicia, cuando se repite un proceso de selección a modo, tan básico y sin ninguna intención de responder a los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres, a los que tiene obligación el Estado mexicano; pero que en lo local no ha tenido ningún impacto al ser ignorados.
En este documento se muestra también cuántas carpetas de investigación se han iniciado por los delitos en contra de la vida de las mujeres, a pesar de que la tendencia en estos delitos también es hacia su negación y evasión, se percibe un aumento, ya que en términos porcentuales Tlaxcala se ubica en el sexto lugar a nivel nacional con mayor número de feminicidios cometidos por cada 100 mil mujeres en lo que va del año.
A mitad de camino de este gobierno parece muy lejano aún tener respuesta institucional ante los problemas graves de inseguridad, violencia e impunidad para las mujeres; ya que poco se avanza hacia la justicia, estas carpetas de investigación iniciadas, tardarán años para llegar a sentencias condenatorias y reparación del daño; sin embargo, no en todos los casos las familias tienen los recursos, el tiempo o el acceso a terminar el trámite, los obstáculos y la violencia institucional lo impiden.
La relación que guardan estos delitos en el estado tienen de fondo la permisividad del Estado, las acciones de simulación abundan, los gastos excesivos para acciones de imagen impiden designar presupuestos suficientes y de manera estratégica; existe una falta de seriedad para atender estas problemáticas, las familias siguen esperando una acción efectiva por parte de las instituciones para localizar a las mujeres y adolescentes desaparecidas; de quienes se tiene la esperanza de no localizarlas sin vida o en una red de tratantes, las cuales tienen otros impactos e implicaciones en la seguridad del estado, pero también se niegan y se evaden.
Estas realidades han sido ampliamente documentadas y evidenciadas por organizaciones de la sociedad civil y, sin embargo, no han sido parte de la política estratégica del gobierno; la Alerta por Violencia de Género han sido otra forma de exigencia para que las autoridades cumplan con el diseño e implementación de acciones dirigidas a la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia feminicida en el estado, aunque el avance ha sido muy insípido a tres años de que se haya decretado, aunque este análisis merece otro artículo para profundizar.