En diciembre de 2020 se cumplieron 20 años de la aprobación del Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños (conocido como el Protocolo de Palermo), complemento de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. En México fue ratificado el 25 de diciembre de 2003.
Fue hasta 2007 que en México se aprobó la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas. El instrumento jurídico vigente en nuestro país es la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, aprobada en 2012. En ambas leyes se especifica que debe establecerse una Comisión Intersecretarial con el fin de prevenir, combatir y sancionar los delitos en materia de trata de personas, la cual, entre sus funciones están, de acuerdo con el artículo 84 de la ley vigente antes mencionada:
“I. Definir y coordinar la implementación de una Política de Estado en materia de Trata de Personas…;
II. Impulsar y coordinar en toda la República la vinculación interinstitucional para prevenir y sancionar los delitos objeto de esta ley;
III. Inspección y vigilancia de los programas, acciones y tareas…”. A pesar de estar establecidas estas funciones, el Departamento de Estado de Estados Unidos en 2020 especificó que México “… no cumple plenamente las normas mínimas para la erradicación de la trata de personas…”.
Nuestro país es considerado un lugar de captación, transito y destino de víctimas de trata con fines de explotación sexual, tan solo del periodo de 2015 a 2020 el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ha reportado en los documentos de Incidencia Delictiva del Fuero Común 2 mil 583 carpetas de investigación reportadas por las procuradurías generales de Justicia y fiscalías generales de las 32 entidades federativas en México, de las cuales 58 carpetas de investigación son de Tlaxcala.
En el documento “Asistencia técnica a México para la implementación del Protocolo de Palermo contra la trata de personas MEXX48”, emitido en abril de 2020 por la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidad (UNODC, por sus siglas en Inglés), se recomienda, entre otros aspectos, lo siguiente:
“…a la Oficina de enlace de UNODC en México que siga promocionando y ampliando la campaña de difusión de trata de personas, involucrando a todos los actores institucionales posibles, para que pueda ser trasladada a los contextos estatales y municipales, adaptando y generando nuevos materiales con base en la línea conceptual y de diseño iniciada”. Debido a que el “…proyecto no previó su impacto en los distintos estados y municipios…”. También se recomienda “… que se contemple la posibilidad de capacitar de manera sistemática a las personas encargadas de recibir las denuncias y catalogar los delitos a fin de no caer en confusiones con otros delitos, como el secuestro y evitar así un subregistro eventual de casos de trata de personas”.
Como podemos observar, a 20 años de la aprobación del Protocolo de Palermo, el reporte visibiliza debilidades en lo más básico de la prevención y la sanción.
Las anteriores críticas son validas también para el gobierno de Tlaxcala, quien desde el año 2007 cuenta con la tipificación del delito para sancionar a las redes, desde el año 2009 con una ley que mandata la prevención y atención de las víctimas, desde 2011 con una Estrategia Estatal contra la Trata y desde 2019 con un Programa Estatal contra la Trata. En la construcción de todas estas herramientas legislativas y de política pública la sociedad civil y la academia hemos hecho aportes importantes, a pesar de ello, el gobierno, a través de su omisión, ha permitido que el problema de la trata de mujeres y niñas se agrave.
A 20 años de su aprobación, el Protocolo de Palermo, junto con muchas leyes y programas nacionales y estatales, sigue durmiendo el sueño de los justos. ¿Cuántos años habrá que esperar para ver impactos reales sobre esta problemática y para que las mujeres y niñas dejen de vivir esta violencia extrema que es la trata con fines de explotación sexual?