Pese a la presunta austeridad republicana que dicen ejercer los integrantes de la LXIII Legislatura local, desde el pasado mes de febrero, los diputados ejercen 2 millones 500 mil pesos mensuales para el rubor de gestión social, monto que es independiente al salario que perciben los congresistas.
El presidente del Comité de Administración del Congreso local, Rafael Ortega Blancas, detalló que a partir de marzo con retroactivo al mes de febrero del ejercicio en curso, los 25 diputados locales recibieron 100 mil pesos para atender las peticiones y solicitudes de apoyos sociales.
La medida significa duplicar la partida para gestión social, pues sus antecesores tenían recursos por 50 mil pesos mensuales.
“Ya esta se les está otorgando 100 mil pesos, eran 50 mil pesos, ahí está todo en la página de transparencia, la gente viene a solicitar todos los días”, dijo el diputado emanado de las fracción parlamentaria de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Justificó que el incremento de 100 por ciento de recursos para ese rubro fue contemplado en el Presupuesto de Egresos para el 2019, debido a que los 50 mil pesos que recibían los representantes populares no eran suficientes para atender las peticiones de los ciudadanos que acuden diariamente a entregar sus solicitudes de apoyos.
Si te das cuenta cuántas personas vienen al día, si estuvieras dentro de la oficina de un diputado verías que no son suficientes 100 mil pesos para las personas que vienen a solicitar apoyo. Medicinas, te piden de todo, que no tienen trabajo, que necesitan algo en su cuadra de todo aquí te encuentras muchas sorpresas, abiertamente se está haciendo siempre y cuando se vea la necesidad”, explicó.
Sin embargo, Ortega Blancas negó que esos recursos sean a fondo perdido o sin comprobar, ya que cada uno de los integrantes de la LXIII Legislatura local tiene la obligación de comprobar el desembolso de esa partida destinada a gestión social, a través de la entrega de notas, recibos y otras evidencias que permita trasparentar el ejercicio de los recursos.
“Todo se comprueba con un recibo, con una foto o una credencial de cuando se está entregado el apoyo. A una gente no le podrías pedir una factura, viene gente muy humilde que no sabe ni siquiera que es una factura”, acotó.