Durante el último mes de abril las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han realizado alrededor de 900 incursiones aéreas y bombardeos navales en contra de Yemen, asesinando y dejando a cientos de personas heridas, dichas incursiones dejaron 36 hospitales fuera de servicio y 18 totalmente destruidos.
El objetivo de estas acciones por parte de la administración Trump consiste en obligar al movimiento Ansarrullah a que cese sus operaciones en el Mar Rojo y abandone la solidaridad, que desde noviembre de 2023 ha mantenido en apoyo a la lucha del pueblo palestino. Este movimiento de Ansarrullah surgió en la década de 1990 y se articuló alrededor de Hussein al-Houthi, un líder religioso miembro de la tribu de los hutíes, en 2003 el entonces presidente Ali Abdullah Saleh ordenó la detención de Hussein al-Houti quien fue asesinado un año más tarde en la ciudad de Saada. Ansarrullah participó en las movilizaciones de 2011 en Yemen y en 2014 tomó el poder.
Ante la amenaza que esto representaba para los intereses de los Estados Unidos y Arabia Saudita en Yemen ambos países financiaron a los grupos armados en contra de este movimiento dando inicio a la guerra civil, que aún sigue y que les ha costado la vida a 450 mil personas.
Yemen es el país más pobre del mundo árabe, en 2020 la ONU declaró que en este país se estaba llevando a cabo “la peor crisis humanitaria del planeta en lo que va del siglo”. En el país viven 6 millones de mujeres embarazadas quienes padecen desnutrición aguda y moderada, de estas, 1 millón padecen anemia, respecto a las infancias 10 millones viven con desnutrición, el 45% de los menores de 5 años sufren problemas de crecimiento relacionados con la desnutrición. La UNICEF declaró que en Yemen cada 10 minutos muere un niño por hambre o enfermedades curables.
Con todo en contra y a pesar de estar sometidos a una crisis económica, el pasado 27 de abril un millón de personas marcharon por las calles de Sana, la capital de Yemen y bastión del movimiento Ansarrullah, la marcha -como cada semana- fue convocada en apoyo a la lucha del Pueblo Palestino y en contra del genocidio. El periodista Jameel Al-Qashm describió así la movilización: “Desde lo más profundo de sus heridas y desde los escombros de los bombardeos estadounidenses, el pueblo Yemenita ha salido a las calles en marchas de un millón de hombres, movilizando la conciencia global hacia Palestina y Gaza. Torrentes humanos, de un pueblo que no permitió que sus heridas lo silenciaran ni lo paralizaran, sino que convirtió el dolor en combustible, las heridas en banderas y los desafíos en consignas desde donde se lanza la voz honesta hacia la Gaza sitiada, para decir a Palestina: Estamos con ustedes, no los abandonaremos y no negociaremos con su sangre.”
Y continuaba “Las multitudes que llenaron las plazas fueron una maravilla en tiempos de traición, una imagen humana de lealtad y una encarnación viviente de una ecuación que los sumisos no entienden: los pueblos libres no necesitan permiso para apoyar, ni decisión para triunfar, ni apoyo para mantenerse en pie. Más bien, surgen por su propia voluntad, con su sola fe, cantando, luchando y resistiendo. Cada canto entonado hoy fue un rayo sobre las cabezas de los tiranos, cada pancarta alzada fue una flecha en el corazón de la alianza estadounidense-sionista, y cada lágrima sincera derramada por los niños de Gaza fue un nuevo pacto de que la dignidad no se puede comprar, de que la conciencia no se puede vender y de que la causa Palestina no será traicionada. El pueblo Yemenita salió hoy a declarar que los pueblos vivos no conocen la fatiga, que la dignidad no muere bajo los escombros, que los que están acostumbrados a la paciencia no temen a la tiranía y que los que llevan la bandera de la verdad no la dejarán caer hasta su último aliento. Yemen, que sangra, que es bombardeado y asediado y que no se doblega, ni se repliega, se mantiene hoy con la cabeza bien alta, orgulloso, para sostener y para gritar en la cara de todo cobarde: “Quien quiera estar con Gaza, que venga al campo”.
Y concluye “El mundo, que había hecho oídos sordos a los gritos de los niños de Gaza, escuchó hoy el eco de la voz de Yemen tronando como un trueno, para decir que la nación no ha muerto, y que hay al menos un pueblo que todavía sostiene la causa, la protege con el pecho desnudo y triunfa por ella desde los escombros. Un momento histórico, grabado en letras de orgullo, no con plumas, sino con sangre, no con palabras, sino con decisiones, no con consignas, sino también en el campo. Un momento en el que Yemen dice: Somos la nación en tiempos de división, somos la voz en tiempos de silencio, somos el frente en tiempos de retaguardia.”
Esa es la convicción de un pueblo que decidió mantener la solidaridad con Palestina hasta sus últimas consecuencias, esa es la voluntad que Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita e Inglaterra han intentado quebrantar ¡Viva Palestina Libre!
Hay que tener una imaginación amplia para un mundo estrecho”.
Escritor palestino Hussein Barghouthi de su novela autobiográfica “La luz azul”
LA DEA, ENFRIANDO AGENTES
Antonio García.
Se puso de moda que supuestos negociadores de paz como Araña y ahora HH sean solicitados en extradición por Cortes de los Estados Unidos, acusados por exportar cocaína. Dicen los informes, que en esas latitudes, desde el 2019 ya se conocía que HH enviaba cocaína en cantidades respetables. Ya la Corte Suprema de Justicia dio su visto bueno a dicha solicitud.
Para poner en contexto, debemos remontarnos a lo acontecido en julio de 2017. En ese año la Dirección Nacional del ELN decidió enviar al sur del país al Comandante Alexander, integrante de la DN, para que continuara re direccionando varias prácticas incorrectas en las estructuras de Nariño. No alcanzó a durar 6 meses, pues murió en un supuesto operativo militar el 9 de julio, donde curiosamente solo falleció él. Los agentes infiltrados guiaron al Ejército hasta donde acampaba y lo señalaron para que el francotirador le diera el tiro que lo mató. Ahí, junto a él estaba Jairo uno de los infiltrados, lo vio caer y le recibió las últimas órdenes, hoy tercero al mando, bajo la tutela de HH y Juan Carlos.
Desde ese momento se prendieron las alarmas en el ELN, pues iniciaron a tirarle la responsabilidad a otros compañeros para distraer el foco de atención. HH continuó “arisco” por un tiempo y no quiso moverse para ningún otro lado. Poco a poco retomó la confianza en la medida que iba enviando agentes infiltrados a otras estructuras según plan trazado por la inteligencia del Estado.
Los Gobiernos de Santos y Duque no habían logrado “coronar” el objetivo estratégico, dar de baja a uno o varios integrantes del Comando Central; por eso, en los puros inicios del actual Gobierno se reactivó en forma el plan estrella contra el Comando Central, para una vez “coronado el objetivo” reiniciar los diálogos pisando fuerte, como lo hicieron con las Ex-Farc. Finalizando el 2022, en este afán de materializar dicho plan, fue descubierto HH y no tuvo más remedio que refugiarse en Nariño. Hasta ese momento no existía ninguna contradicción política, HH se mostró siempre como un “desconfiando” de los diálogos con el gobierno y adalid de no desmovilización.
Claro, había quedado al descubierto y no podría seguir como “agente encubierto”, debían colocarlo en otro plan, donde además de protegerlo, el Estado lo activa en un supuesto plan de paz con desmovilización a bordo, un verdadero “exprés” y de paso hacer creer que en el ELN había fracturas. De lo que estaba aconteciendo se conversó con la Delegación del Gobierno, pues eran hechos en “pleno desarrollo”, solo acataron a decir que era “paranoia del ELN”. El plan de infiltración fue macabro, con envenenamientos de mandos del ELN incluidos. ¿Acaso no es violación del DIH?, y en medio de una Mesa de diálogos funcionando. Perfectamente se puede decir que estábamos ante operaciones de inteligencia contra el ELN, con el propósito de hacer colapsar el proceso de paz. La delegación del Gobierno no escuchó, mejor dicho, dejó que el plan siguiera adelante.
El ELN siguió, se tragó un montón de sapos para sacar adelante los propósitos de la paz, pero continuó la cascada de incumplimientos de acuerdos, que ya estamos cansados de repetir y no es materia de estas líneas.
Ya se sabe que la Banda de HH se desmovilizó, y supuestamente se desarmó, pero es suficientemente conocido que entregaron las armas más deterioradas y las de mejor calidad terminaron en manos de las Autodefensas Unidas de Nariño (AUN), paramilitares articulados al plan contrainsurgente en el Pacífico nariñense creadas con anterioridad por HH.
Todo lo anterior lo hemos dicho en su momento, pero se dijo que eran mentiras o inventos del ELN, ahora aparece que HH estaba identificado desde el 2019 como narco, pero lo dejaron seguir operando, ¡qué lindo!, los gringos sabían, mejor dicho la DEA. ¿Acaso la DEA no coordina y orienta acciones junto con los militares y policías colombianos? Claro que sí.
Los tres jefes de la Banda de HH eran “caballos de Troya” dentro del ELN, enviados por la DEA y la inteligencia colombiana para realizar operaciones de narcotráfico para luego hacerlas pasar como política del ELN, a la vez también realizar operaciones de inteligencia para asesinar mandos del ELN, en pocas palabras: “agentes multipropósito”, como el Dolerán que sirve para todo.
¿Y ahora qué sigue?, ¿será extraditado y condenado a prisión en los Estados Unidos? No, para nada. Los protocolos para este tipo de agente es sacarlo del “área caliente”, para enfriarlo; luego, se le cambiará de identidad y comenzará a rodar en otras operaciones de inteligencia de la DEA.
Todos los procesos actuales de “negociación de paz” del Gobierno se realizan con traquetos, narcos y paramilitares, por tanto no es casual el insistente afán del Presidente por difamar del ELN para convencer a medio mundo, a punta de mentiras, que el ELN también está comprometido con el narcotráfico; pero nadie ha podido mostrar prueba alguna, solo son mentiras por cuanto el ELN nada tiene que ver con ese negocio.
Al final la política de paz de este Gobierno devino en un enmarañado proceso con bandas narcotraficantes y paramilitares. Por tanto, el ELN no podrá participar dentro de ese diseño, se necesita otra visión y otro espíritu. El Pueblo colombiano y la nación, así como los pueblos del mundo pueden tener la certeza que el ELN es una organización auténticamente revolucionaria, comprometida con la paz con transformaciones para el bien de la sociedad. Seguiremos esperando una mejor oportunidad para construir la paz.
Las nuevas bases militares en la era Trump
DANIEL KERSFFELD / CALPU
Con los cambios geopolíticos y las prioridades en política exterior determinadas por el gobierno de Donald Trump, es muy probable que en un corto plazo aumente el número de bases militares de los EEUU establecidas en América Latina y el Caribe, en un mínimo de 76 de un total de cerca de 800 distribuidas por el mundo.
Las principales preocupaciones que tiene la política exterior de la Casa Blanca en nuestra región se resumen en impedir el avance económico de China, combatir la inseguridad de un impreciso y versátil “narcoterrorismo” y, un giro notable en el actual gobierno republicano, brindar apoyo logístico a las deportaciones de inmigrantes expulsados desde los EEUU.
Frente a la controversia que genera la instalación de nuevas bases, el gobierno estadounidense ha desplegado diversas estrategias que van desde la creación de establecimientos de manera permanente, a la puesta en marcha de destacamentos junto con los ejércitos locales, para realizar actividades de ‘cooperación’ conjunta que, además de ser más económicas, no necesitan un trámite parlamentario complejo para su aprobación, evitando una mayor difusión mediática que podría ser contraproducente.
A través de las bases y diversos emprendimientos e iniciativas militares, Washington apuesta a un mayor control en áreas estratégicas cuyo valor se incrementa ya sea por la existencia de recursos naturales, o por la búsqueda de predominio en un territorio con fines específicos o, de forma directa, frente a la posibilidad de enfrentar escenarios conflictivos, a corto y mediano plazo.
El territorio latinoamericano alberga todo tipo de instalaciones militares comenzando por la más antigua, la base de Guantánamo, que es uno de los principales centros de violaciones a los DDHH en todo el mundo y que se está reformulando para alojar a inmigrantes indocumentados. Las nuevas bases contempladas por el gobierno de Trump no se diferenciarán demasiado del modelo instaurado que, desde 1903, ocupa ilegalmente parte del suelo cubano.
En su reciente viaje a Panamá a inicios de abril, el secretario de Defensa Pete Hegseth, firmó un Acuerdo de Entendimiento con la administración de José Raúl Mulino para que EEUU despliegue tropas en áreas adyacentes al canal. Si esta medida contradice a la Constitución que establece la neutralidad del canal y declara que sólo dicho país centroamericano podrá tener fuerzas militares en territorio nacional, existe un vacío legal, pues uno de los tratados permite a EEUU defender la vía interoceánica cuando sienta que su neutralidad está en peligro.
Washington podrá desplegar un número indefinido de personal en tres bases que el Pentágono había construido cuando controlaba el canal: la Base Aérea “Howard”, la Estación Naval “Rodman”, y la base aeronaval “Sherman”, que se suman a las 12 bases estadounidenses que ya existían en Panamá.
Trump obtuvo el libre paso de buques de la Armada de EEUU por el canal a un “costo neutral” para Panamá. Por último, Mulino aceptó que el país podría ser un punto de tránsito para los migrantes ilegales expulsados desde EEUU como ya ocurre con los indocumentados de India, China, Uzbekistán, Pakistán y Afganistán que ya empezaron a arribar.
Junto con Panamá, otro país que se destaca en la escena latinoamericana bajo esta nueva era Trump es Ecuador, luego de la reelección de Daniel Noboa en el balotaje del 13 de abril. El principal ofrecimiento del país andino son las Galápagos, en las que EEUU ya mantuvo una base en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Ahora la prioridad del Pentágono es impedir el avance de China, si bien en el discurso oficial se asegura que la militarización de las islas respondería a una mayor seguridad frente al aumento del narcotráfico en el Pacífico.
Pese a que la Constitución de 2008 impide el establecimiento de bases extranjeras en territorio ecuatoriano, y a que las islas son resguardadas como “Patrimonio Natural de la Humanidad” por la UNESCO, Noboa contempla convocar a una reforma constitucional a corto plazo para habilitar la militarización estadounidense en las Galápagos, y no descarta recuperar la antigua base de Manta, cuyo permiso se venció en 2009 sin renovación por el gobierno de Rafael Correa.
Por otro lado, la importancia del Pacífico afecta las relaciones exteriores del gobierno de Dina Boluarte que, con la inauguración en 2024 del megapuerto de Chancay, al norte de Lima, ha terminado de insertar a Perú en la iniciativa de la Franja y la Ruta comandada desde Beijing. Para balancear, el gobierno peruano ha ofrecido a EEUU la construcción de un puerto espacial cerca de la ciudad de Talara, en el departamento de Piura, a partir de la inversión conjunta entre el Comando Sur y la NASA, que actualmente está bajo control de Elon Musk.
Por su parte, Guyana se ha convertido en un conglomerado al servicio del Comando Sur, lo que aumenta las tensiones con Venezuela, en medio de la creciente explotación petrolera en la región en disputa del Esequibo. EEUU ha acondicionado el Aeródromo Brigadier Gary Beaton y construye cuatro estaciones fluviales, y otras iniciativas para el fortalecimiento de la defensa guyanesa, aliada contra Venezuela, con bases en El Caribe.
Finalmente, se encuentra el emprendimiento entre EEUU y el gobierno de Javier Milei para construir en Tierra del Fuego una base con un acceso preferencial al Atlántico Sur y a la Antártida, por lo que Washington compartiría esa vía junto con el Reino Unido. La visita a Argentina de Alvin Holsey, nuevo jefe del Comando Sur, avanzará en este terreno.
Resulta claro el interés del gobierno de Trump no sólo por fortalecer sus posiciones en América Latina, sino también por avanzar en la dominación de nuevos territorios y de asegurar su acceso a recursos naturales y estratégicos, lamentablemente, con el decisivo apoyo de gobiernos aliados.
“Nuestro problema… no es la desobediencia civil. Nuestro problema es la obediencia civil. Nuestro problema son los números de personas alrededor del mundo que han obedecido los dictados de los líderes de sus gobiernos y han ido a la guerra, y millones han muerto por esta obediencia… Nuestro problema es que la gente es obediente alrededor del mundo frente a la pobreza y hambre y estupidez, y guerra y crueldad… Reconocemos esto en la Alemania Nazi. Sabemos que el problema ahí fue la obediencia.”
El historiador Howard Zinn, tras haber participado en un acto de desobediencia civil en Boston contra la guerra en Vietnam en 1970
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