¿Qué pasaría si en Morena se decidiera que la candidatura a gobernador sea para el género femenino? Por lo menos hay tres opciones importantes para definir la nominación: María Luisa Albores González, Claudia Rivera Vivanco y Olivia Salomón Vibaldo, siendo la primera de ellas quien tiene más posibilidades por carecer de negativos en su desempeño público, por su fuerte identidad con la 4T y sobre todo, por su estrecha relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que es hoy en día el factor de mayor peso político y de popularidad en los procesos electorales de México.
Las posibilidades de que en Puebla –tal como se expuso en la anterior columna de Cuitlatlán— se decida en la 4T por una mujer para contender por la titularidad del Poder Ejecutivo son amplias, por la tendencia que se observa en Morena de tener a cinco hombres y tres féminas perfilándose como candidatos a gobernadores para la contienda de 2024, situación que le llevaría a buscar en la entidad poblana a tener una mujer como aspirante, para poder cumplir con la paridad de género.
Para acatar esa condición –que es por mandato de ley–, Morena tiene que llevar a cinco candidatos varones y cuatro mujeres. O al revés, cinco féminas y cuatro varones.
Hasta ahora las tendencias son que en Chiapas se perfila Zoé Robledo Aburto como candidato, en Jalisco Carlos Lomelí Bolaños, en Morelos Rabindranath Salazar, en Tabasco Javier May Rodríguez y en Yucatán Joaquín Jesús Díaz. Es decir, ya se tiene los cinco hombres que como máximo puede postular Morena en 2024.
En la Ciudad de México se perfilan Clara Brugada o Rosa Isela Rodríguez como la posible candidata, en Guanajuato Lucía Mícher Camarena o Antara Guadalupe Vázquez Alatorre, y en Veracruz sería Norma Rocío Nalhe García. Lo que significa, que falta una aspirante más para que la 4T cumpla con la equidad de género.
Ese escenario lleva a que necesariamente en Puebla tiene que haber candidata, para cumplir con la cifra de cuatro aspirantes femeninas.
Si en Yucatán la nominación se la dieran a la senadora Verónica Noemí Camino Farjat –quien es la segunda opción–, en lugar de Joaquín Jesús Díaz, entonces se abre la posibilidad de que en Puebla la candidatura sea para un hombre, que sería entre el senador Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, quien es diputado federal.
Pero si en la Ciudad de México o en Veracruz no se logra la postulación de las aspirantes antes mencionadas, se complica el escenario para Armenta y Mier, porque resulta que en ambas entidades las otras opciones son hombres. Entonces en Puebla tendría que ser mujer la abanderada de la 4T.
Albores, con más posibilidades
La candidatura de la 4T a la gubernatura de Puebla no se decidirá necesariamente entre hombres, es decir entre Armenta y Mier, pese a que ambos ya están en campaña y han polarizado la lucha por la nominación de Morena.
Ambos legisladores podrían quedar fuera de la contienda por dos factores: el de la paridad de género o porque desde Palacio Nacional se opte por una aspirante con fuerte identidad con el movimiento obradorista, que sería el caso de María Luisa Albores.
Es importante no perder de vista a Albores González, la actual secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quien forma parte del círculo de confianza del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hasta ahora esta mujer, que fue fundadora y la primera presidente de Morena en el estado de Puebla entre los años 2012 y 2015, no ha hecho una sola manifestación sobre la sucesión en la entidad poblana. Ni se ha anotado ni se ha descartado para contender por la nominación. Ha optado por alejarse de los reflectores político-electorales del estado.
Si en Palacio Nacional se decidiera que ella debe ser la candidata de la 4T, tendría como principales negativos que no es conocida por el grueso de la opinión pública en el estado y no tiene trabajo político tendiente a buscar la postulación. No se acerca en nada al nivel de conocimiento que hay sobre Alejandro Armenta, que es el aspirante más popular, o el de Ignacio Mier, que ha tapizado las carreteras de Puebla con su rostro exhibido en docenas de espectaculares.
Aunque ese signo de debilidad al final puede ser una fortaleza, ya que María Luisa Albores no tiene aspectos negativos en su contra, como son escándalos de corrupción, abusos de poder o colaboradores contrarios al movimiento obradorista, como si ocurre con Mier y Armenta.
Su imagen y popularidad podrían ser acrecentadas en un corto plazo, si hubiera una decisión de Andrés Manuel López Obrador de mostrarse con ella en el estado de Puebla y difundir su desempeño en el gabinete presidencial, primero como la encargada de la política social y ahora como la titular de Medio Ambiente.
María Luisa Albores es oriunda de Chiapas, pero con un fuerte arraigo en Puebla a lo largo de las últimas décadas, en que se desempeñó como asesora y constructora de múltiples proyectos de producción agrícola, artísticos, ambientales y culturales en la Sierra Norte de Puebla, dentro de la Cooperativa Tosepan Titataniske.
Una segunda opción para Puebla –si se decide a favor del género femenino– es Claudia Rivera Vivanco, la exedil de la capital del estado. Aunque su candidatura sería muy vulnerable, por los negativos que carga en su desempeño como presidenta municipal de la Angelópolis y por la confrontación que sostuvo con el finado exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta. Además, de que no tiene resuelto el veto que ordenó el Tribunal Electoral del Estado de Puebla que le impide competir en 2024 por ser presunta responsable de violencia política de género.
La tercera opción es la secretaria de Economía del gobierno estatal, Olivia Salomón Vibaldo, cuya popularidad es pírrica, por ser una mujer ajena al movimiento obradorista, estar alejada de la política y no tener una buena proyección en su desempeño como integrante del Poder Ejecutivo.