La alcaldesa morenista de Xoxtla, Guadalupe Siyancán Peregrina Díaz, quien solicitó licencia a su cargo para buscar su reelección, dio a conocer que el Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) amagó con denunciar a los integrantes de los comités de dicho municipio y de la junta auxiliar de Mihuacán, perteneciente a Coronango, por “obstruir” la obra, aunque el organismo no ha emitido una postura pública respecto a la razón por la cual excavó un pozo a un costado de la autopista México–Puebla, en una zona de veda y sin consultar a los pobladores de Xoxtla.
Sería lamentable que el conflicto escalara, en lugar de que SOAPAP, como Conagua y el ayuntamiento, expliquen a la población los fines y las autorizaciones de la excavación de un nuevo pozo. Amenazar con denunciar a los integrantes de los comités es atizar el conflicto, en lugar de buscar solucionarlo, en un tema tan sensible como el del agua y frente a la crisis de escasez que padecemos frente a la sobreexplotación de los acuíferos.
Como se recordará, el pasado 18 de marzo pobladores de Xoxtla, así como de San Antonio Mihuacán, junta auxiliar de Coronango, clausuraron de manera simbólica la obra de un pozo que extraería el líquido para llevárselo fuera de la población. Esa problemática de la extracción de agua mediante pozos profundos ubicados en comunidades y municipios cercanos a la principal concentración urbana e industrial ha sido la forma en que se ha resuelto el cubrir el déficit en el abasto de agua que permita sustentar la expansión de los nuevos desarrollos.
Sin embargo, lo anterior implica disminuir la disponibilidad de agua en la zona de la extracción, frente a la inconformidad de los lugareños y en detrimento de sus actividades, lo que ha derivado en una mayor organización de las poblaciones para defender sus recursos y específicamente el agua.