Como si nada hubiera pasado en Atlixco en los dos últimos años y medio aturdidos por el Covid–19, ayer 10 de mayo todos y cada uno de los elementos del rompecabezas del día de la madre en el panteón local volvieron a reunirse.
La administración del camposanto dijo a La Jornada de Oriente fueron en un par de días más de 10 mil atliscenses los visitantes quienes llegaron hasta la tumba de su progenitora.
Primer escenario: las calles cerradas con cintas amarillas de los alrededores por el departamento de vialidad. Nada de autos. Sólo personas caminando para acceder.
Segundo escenario: en la 5 Poniente, la avenida ubicada frente al saturado panteón, regresaron los ambulantes y los dueños de las viviendas abrieron nuevamente las puertas para ofrecer comida.
De hecho el establecimiento el cual en el 2021 logró ahí ventas récords de cubrebocas, más de 500 en apenas 15 minutos, este miércoles había cambiado de giro. Ya no es negocio esa pieza.
El menú consistía en tacos de barbacoa, carne enchilada, mole poblano, nieves de melón, pitaya y limón, refrescos bien fríos y una colada cerveza ofrecida clandestinamente. Ramos de flores de todo tipo con precio entre los 50 y los 250 pesos.
Tercer rompecabezas: en el interior predominó el buen ánimo por encima de la nostalgia y las lágrimas. Marcaron tendencia, una vez más, las rolas de los tríos, las cumbias y hasta por momentos el rock en español.
Las cubetas, palas, el agua y las escobas alcanzaron a reencontrarse para dejar limpias las tumbas ya saturadas de rosas, girasoles y gladiolos. En uno de los costados del pasillo principal la misa en honor de las madres. El sacerdote es elocuente: “bienvenidos nuevamente todos a éste lugar donde descansan las mujeres responsables de forjar, en gran medida, nuestro destino”.