El próximo domingo se celebrarán elecciones en el estado de Puebla para renovar el Congreso local y los 217 ayuntamientos. Arribamos a este momento culmen del proceso comicial con muchas preocupaciones, que han sido suficientemente señaladas en este espacio a lo largo de la contienda.
Basta hacer un repaso somero a lo que fue la campaña para darse cuenta de la abundancia de aspectos irregulares y ostensibles inequidades que se dieron a lo largo de la búsqueda del voto.
Sin duda, la actuación que más ha dejado que desear es la del Instituto Electoral del Estado (IEE), un organismo que, lejos de hacer prevalecer la ley en la materia, fue omiso en su aplicación, cuando no hasta complaciente y cómplice, cada vez que la norma comicial fue violada.
El IEE no aportó ningún tipo de certidumbre a la ciudadanía y en cambio sí sumó mucha desconfianza con aspectos como la permisividad para que se introduzcan teléfonos celulares en las casillas o la advertencia de que el cómputo de datos será sumamente lento, por mencionar algunos solamente.
Ahora lo que queda desear es que la jornada electoral transcurra sin violencia, porque hay signos que se prestan a la zozobra en algunas regiones del estado, por ejemplo, en la Sierra Norte, donde algunos candidatos portan armas para su seguridad.
Hacemos pues, un llamado para que los comicios se lleven a cabo en paz.