La armadora automotriz Volkswagen de México, asentada en terrenos de Cuautlancingo y Coronango, tiene un enorme entierro de basura industrial cerca del Atoyac, con residuos altamente tóxicos, indicó Andrés Barreda Marín, coordinador de Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (Conahcyt), durante la mesa de reflexión “El sujeto social y la devastación socioambiental en la Cuenca del Alto Atoyac”.
Esta se realizó como parte del 2º Foro Regional “Diálogo entre comunidades, academia y gobierno sobre la problemática multidimensional de contaminación en la Cuenca del Alto Atoyac: avances en las agendas de trabajo”, que ayer inició en la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
Detalló que en el área referida entierra basura industrial y que la capa ya alcanza los 10 metros, pero la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la reconoce solo como un “punto”.
Además, indicó que el neoliberalismo de Volkswagen y otras industrias perfeccionaron el outsourcing, a fin de que los trabajadores no tuvieran derechos ni posibilidad de defensa laboral.
Pero además eso significa que Volkswagen ha subcontratado a otras empresas para delegarles procesos, lo que se traduce en que industrias también tienen una carga de contaminación, y de esta forma se muestra como una compañía limpia.
“Pero si lo vemos con claridad, lo que ocurre es que Volkswagen ya no ocupa solo lo que conocemos como Volkswagen sino que se ha desparramado en los 19 parques industriales y ha vuelto extraordinariamente complicada la transferencia de los procesos de contaminación a la totalidad de esta región, que es la cuarta región industrial de México, y ahí Volkswagen aparece como una empresa absolutamente limpia, que no afecta en externalidades, cuando en realidad viene contaminando y como evidencia está todo el entierro que está debajo de sus propios pies, que es descomunal”.
Andrés Barreda añadió que la firma germana lleva 30 años de intensa contaminación ambiental y en la zona donde se asienta hay una enorme devastación.
En ese contexto, indicó que en Puebla sí hay resistencia a los estragos al medio ambiente, pero esta se encuentra desorganizada, a diferencia de Tlaxcala.
Por su parte, Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local, indicó que a medida que crecen los corredores industriales también se eleva la explotación de mujeres y se genera una descomposición del territorio.
Concesiones Integrales principal culpable de la contaminación
En la referida mesa de trabajo, Aurelio Fernández Fuentes, director del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder), señaló que la empresa Concesiones Integrales, que tiene a su cargo el servicio de agua potable, drenaje y alcantarillado del municipio de Puebla es culpable del 60 por ciento de la contaminación de los ríos Atoyac y Alseseca, que llega al lago de Valsequillo, pues la polución es producto de lo que se arroja en Puebla y Amozoc.
Esto se debe a que la firma, que obtuvo su contrato en el sexenio del panista Rafael Moreno Valle, ha reducido la capacidad de tratamiento de aguas residuales, pese a haber ganado miles de millones de pesos.
“Es gravísimo y ¿cuál es la forma de resolver esto? Simplemente haciéndole cumplir a Concesiones Integrales el contrato que Moreno Valle les dio. Tenían que haber no solo completado el proceso de tratamiento primario de las aguas sino también el secundario, no han hecho nada, pero nos lo han cobrado. Si se corrigiera eso se corregiría, según nuestra tesis, el 60 por ciento de la contaminación”.
En ese contexto, cuestionó por qué a pesar de haber llegado Morena al gobierno, no se le ha obligado a la empresa a cumplir con sus compromisos.
También refirió que el activista Francisco Castillo Montemayor ha demostrado que no se tiene que desembolsar mucho dinero para deshacer el contrato y que el gobierno recupere el manejo del agua. Aunque consideró que es la empresa la que tendría que pagar con los millonarios rendimientos que ha obtenido.
Fernández Fuentes recordó que en un inició acordó con la representante de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) emprender una acción social, pero la dependencia no actuó, por lo cual también sostuvo que es el núcleo de corrupción más grande y que debe ser transformada de pies a cabeza.
“Aquí, en Yucatán, han dado ahora más concesiones en la 4T que las que dieron con (Enrique) Peña Nieto”.
En ese contexto, consideró que lo ideal sería que Morena fuera más un movimiento que un partido político.
Por último, afirmó que en Puebla sí hay una lucha por la defensa del agua, aunque falta que exista en los municipios más afectados.
A pesar de ello, resaltó que se está buscando la realización de una consulta para decidir si el manejo del agua en la capital del estado sigue en manos de privados.
También refirió que existe una demanda colectiva para que Concesiones Integrales devuelva lo que los usuarios le han pagado de saneamiento, toda vez que no ha cumplido con hacerlo.
Por su parte, Raúl García Barrios, economista e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), remarcó que la comunidad es una de las grandes victimas del capitalismo.
Aunque el Estado trata de sustituirla en sus funciones, dijo, debe dejar en manos de la sociedad funciones como el manejo del agua, pues es la única que puede oponerse a los grandes poderes corporativos.