Los 10 despedidos de Volkswagen de México que buscan su reinstalación y la armadora germana, no han llegado a un acuerdo para que los primeros puedan regresar a laborar a la planta de Puebla, toda vez que no aceptan las restricciones que les pretende imponer la trasnacional.
Fuentes cercanas al caso indicaron a La Jornada de Oriente que la compañía quiere que los trabajadores firmen un documento de confidencialidad y otro más en el que los operarios se comprometan a no realizar paros de líneas de producción.
El avance de las negociaciones está alrededor de 80 por ciento, pero es en esos puntos mencionados, y otros más todavía no revelados, es en donde se están empantanando las pláticas.
A la par, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ya concluyó la investigación que realizó, por petición de Estados Unidos, sobre la violación a los derechos de libertad sindical y negociación colectiva de la decena de removidos.
Pero antes de que las conclusiones sean del dominio público, serán entregadas al gobierno estadounidense y después de un análisis, se dará un veredicto, que puede llevar a que el caso se cierre y o se mantenga abierto.
En tanto, este mediodía los trabajadores afectados ofrecerán una conferencia de prensa para dar a conocer el estatus de la negociación que tienen con la armadora.
En octubre próximo se cumplirá un año de que comenzaron las primeras remociones de 12 personas que decidieron agruparse para defenderse de la baja que, sostienen, es injustificada.
Los afectados han mencionado en todo momento que detrás de sus despidos existe un contubernio entre la empresa y el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW), puesto que quitaron a obreros que contendieron por la secretaría general, que participaron en alguna planilla en el pasado proceso de elección de dirigencia, eran parte del Comité Ejecutivo encabezado por José Juan Hernández López o se desempeñaban como representantes divisionales.
Dos de los removidos, debido a situaciones personales, no tuvieron otra opción más que aceptar el dinero que la ensambladora les ofreció, pero el resto decidió entablar demandas.
Al no lograr acuerdos en la conciliación ante autoridades laborales mexicanas, fue que decidieron escalar su protesta y recurrir al Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del T-MEC, logrando así que el gobierno de Estados Unidos interviniera y pidiera a su par de México investigar.
Los trabajadores despedidos han advertido que si la Secretaría del Trabajo concluye que no les violentaron sus derechos laborales, regresarán a solicitar la ayuda de las autoridades norteamericanas con la posibilidad de que también intervengan las de Canadá.
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