Los museos vistos no solamente como espacios de exhibición que son vacíos en contenido y sobre los que solo importa el número de visitantes que reciben. Los museos, más bien, como recintos que son necesarios definir en su vocación y alojar en ellos procesos de investigación que los fortalezcan. En esos polos transitó la conversación sobre museos en Puebla que establecieron participantes del Encuentro de trabajadores por la cultura. En su segundo día, tras hablar de las artes escénicas y visuales, se abordó un tema relevante para la agenda cultural: el caso del Organismo Público Descentralizado (OPD) Museos Puebla y el Museo Internacional Barroco (MIB), ambos creados en el gobierno morenovallista.
De inicio, Anahí Acevedo, quien fuera directora del MIB durante los meses que Julio Glockner fue secretario de Cultura -con el exgobernador Miguel Barbosa, ya fallecido-, señaló que los museos como instituciones no son el problema, sino la concepción sobre cultura que tienen y aplican los gobiernos. Como museóloga de formación expuso que los museos son espacios que siguen siendo valiosos pues invitan a la reflexión, no obstante que en el caso de Puebla hay un atraso de décadas en la práctica. “Tengo una gran preocupación sobre cómo se está exhibiendo, promoviendo y consumiendo la cultura y las artes en los museos aquí en Puebla”. Continuó que quienes tienen a su cargo estos espacios, los manejan de “una manera muy ruin (…) por la manera indiscriminada y evidente en que se usan para promover fines políticos”.
Acevedo recordó que una propuesta concreta era hacer del taller de Restauración del MIB, el cual estaba inactivo y “con telarañas”, un proyecto “ambicioso”: que Puebla fuera el centro de restauración más importante del sureste de México a través del trabajo con la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (Encrym) “Manuel Negrete”, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Confió que como directora del MIB fue una idealista de la institución al lado de Julio Glockner, al traer exposiciones que no se habían traído a Puebla pero que no se dieron a conocer por orden directa del gobierno. “Fue una manipulación vulgar de la cultura, una gran lástima que no nos dejaran materializar el gran proyecto que se tenía”, denunció.
Glockner y Acevedo coincidieron que sufrieron “incomprensión” por parte del gobierno -de Miguel Barbosa- pues una de las consignas era que el “Barroco no podía brillar”, no obstante, se trajeron exposiciones inéditas de arte contemporáneo que no se habían tenido en Puebla, a la par de que se buscó que fuera un centro de arte y cultura contemporáneos.
En ese sentido, Julio Glockner estimó que el arranque del MIB con el performance de lucha libre fue malentendido, pues fue tomado como “una afrenta a una especie de templo”. En ese sentido, definió que el proyecto que se tenía para hacer del MIB un centro de arte y pensamiento contemporáneo no fue entendido. “Encontramos al interior del gobierno una mediocridad, una insensibilidad absoluta. Esto se vino abajo, había un empeño que no funcionara”, remató el antropólogo.
En la mesa, Antonio Bonilla, de Galería 16, identificó varios factores como la Noche de museos que calificó como un programa “extraño” pues confunde entretenimiento con cultura, ya que es ocupado como un rally por los visitantes, importando el número y no el impacto cultural. De paso, señaló que los espacios independientes sobreviven y tienen una competencia desleal con los museos institucionales. Expuso que Galería 16 busca hacer una comunidad con los museos, los cuales deben reconocer que en los recintos independientes se forjan las semillas de los públicos que luego van a los espacios institucionales.
Gabriela Calleros, historiadora de formación, pidió que existan espacios de investigación al interior de los museos para que éstos no se queden solo en espacios de exhibición, con “piezas lindas” sin curadurías ni museografías concretas que implican el conocimiento profundo de la obra. Para Justo César Reynoso, restaurador egresado de la Encrym dijo que una estrategia de intervención es pedir el plan de trabajo que tiene la entidad, revisarlo e incidir de manera directa en él. De igual forma, la gestora Liliana Sosa habló de los museos comunitarios los cuales son espacios que no se deben olvidar pues funcionan en las comunidades, arropados, impulsados y cuidados por sus habitantes, pero olvidados por el aparato gubernamental.