Mientras una parte significativa de la población no puede acceder a una vivienda una parte de las existentes se encuentran deshabitadas. De acuerdo con cifras del Programa de Vivienda para el Municipio de Puebla que elaboró el Instituto de Planeación Municipal durante la gestión del ayuntamiento pasado, que presidió la morenista Claudia Rivera Vivanco, la urbanista Assenet Lavalle Arenas, reveló que de las 450 mil viviendas existentes en la ciudad de Puebla, más de 67 mil viviendas –equivalentes a 15 por ciento– están deshabitadas, cifra que contribuye con 21.5 por ciento de las moradas que no están ocupadas en toda la entidad poblana.
Las casas no ocupadas se localizan en las periferias y en la zona centro y la de monumentos históricos. En el Centro Histórico se ubican 29.1 por ciento de las viviendas deshabitadas en el municipio, lo que muestra no solo un proceso de despoblamiento, sino la posibilidad de que el dinamismo social del centro se reduzca, afectando finalmente las propias actividades que hoy se desarrollan en el mismo. Recuperar las casas deterioradas, muchas de ellas abandonadas o con condiciones de derrumbarse, ameritaría una estrategia de intervención institucional que negociara con sus propietarios y buscara combinar la oferta de vivienda social junto con la restauración de los inmuebles, acorde a los lineamientos del Instituto de Antropología e Historia.
En el caso de las casas no habitadas en la periferia, muchas de ellas definidas como vivienda popular, diversas causas explican esa situación comenzando por las condiciones de construcción propias de las mismas, la dotación de servicios públicos, el costo y las distancias que muchas veces sus habitantes tienen que recorrer para desplazase a sus actividades, o el abandono cuando se deja de pagar el crédito por falta de recursos.
Lo anterior ha propiciado despojos silenciosos en diversas zonas de la periferia, generando otro tipo de problemáticas asociadas a la ocupación ilegal. Por ejemplo, en otras ocasiones hemos documentado lo ocurrido en el Fraccionamiento Misiones de San Francisco, donde la invasión de casas no ocupadas se volvió una constante y la posibilidad de recuperarla por los legítimos dueños implica un proceso jurídico lento y costoso si quieren recuperar el inmueble.