El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), a través de la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI) 2022 y en el marco del Día Nacional de la Vivienda, dio a conocer que en la última década aumentó casi 15 por ciento de viviendas abandonadas en el estado de Puebla, al pasar de 239 mil 612 casas sin habitar a 314 mil 785.
La pandemia de Covid19 agudizó la situación, ya que el confinamiento y la paralización de las actividades ahondó la crisis económica y social, donde muchas personas dejaron de pagar sus créditos o las rentas, además de evidenciar no solo los problemas de hacinamiento en viviendas construidas, incluso en 50 metros cuadrados, sino que además exhibió la mala calidad de la construcción, con fisuras en muros y techos, así como la falta de servicios básicos.
En Puebla, la estadística reveló que 28.1 por ciento de las viviendas habitadas tienen menos de 55 metros cuadrados de construcción, con un promedio de ocupantes de cuatro personas por casa. La epidemia mostró no solo las duras condiciones de hacinamiento e insuficiencia de espacio, sino también la deficiencia de servicios públicos básicos, así como los que se fueron colocando en materia de comunicaciones como necesarios, para desarrollar actividades educativas o laborales, asociadas al quédate en casa.
Y como se ha señalado en otras ocasiones, en el país se vive la paradoja de tener déficit de vivienda y al mismo tiempo viviendas abandonadas, básicamente en unidades de interés social, carentes de funcionalidad, con mínimas y deficientes condiciones de habitabilidad y muy alejadas de los centros de trabajo. La falta de planeación imperó por muchos años y en algunos periodos las concepciones que prevalecieron como el de las ciudades dormitorios, implicó la construcción de viviendas en lugares no adecuados para el desarrollo de la vida, además de la mala calidad de las mismas.