Puebla carece de protocolos para atender a víctimas de violencia digital, lo que propicia su revictimización por parte de las autoridades, advirtió Olimpia Coral Melo, activista e impulsora de la llamada Ley Olimpia, durante un foro organizado por el Congreso local.
En su participación, Melo exhortó a las y los diputados a crear mecanismos específicos para la atención de personas afectadas por la difusión no consentida de contenido íntimo. Subrayó que, pese a la existencia de una legislación nacional, las instituciones encargadas de la procuración de justicia no están preparadas para abordar estos casos.
En entrevista ofrecida en el recinto legislativo, la activista anunció que sostendrá una reunión con Idamis Pastor Betancourt, fiscal especializada en delitos de género, para abordar la falta de lineamientos que permitan una atención adecuada.
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Alertó que la ausencia de protocolos genera que los policías desconozcan cómo actuar como primeros respondientes, y que los agentes del Ministerio Público no comprendan la naturaleza del delito ni la forma de abordarlo. Esta situación, advirtió, fomenta la impunidad y desalienta a las víctimas a denunciar.
“La Ley Olimpia no busca que todos los hombres estén en la cárcel, busca que no haya otra víctima más de violencia digital, por eso venimos al Congreso, para visibilizar estas acciones”, expresó.
Melo insistió en que la falta de preparación institucional contribuye a la reproducción del delito, pues ante la omisión y el desconocimiento, muchas víctimas optan por guardar silencio.
Tras su emisión, en 2018 la Ley Olimpia suma 12 sentencias; dos en Puebla
La activista indicó que, desde su emisión, en 2018, la Ley Olimpia que sanciona la difusión de contenido íntimo en internet sin consentimiento de una persona, suma 12 sentencias, de las cuales dos ocurrieron en Puebla.
Coral señaló que aún hace falta mucha labor en el combate de la violencia digital, por ejemplo, en México no hay oficinas en donde se pueda solicitar que se retiren contenidos de Internet cuya difusión no fue consentida, sino que esto se tiene que pedir mediante plataformas digitales, lo que provoca que su atención sea más lenta.