Cientos de estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) marcharon ayer junto a organizaciones sociales desde Ciudad Universitaria, ubicada al sur de la ciudad, hasta el zócalo de la capital para conmemorar el 50 aniversario de la masacre de Tlatelolco.
Se trató de una movilización en la que no solo se hizo un homenaje a los integrantes del movimiento estudiantil de hace medio siglo, sino que exigió justicia para otros casos Ayotzinapa, Acteal, Aguas Blancas, Nochixtlá, Tlatlaya y Chalchihupan, entre otros.
Se manifestaron junto a los muchachos y académicos de la máxima casa de estudios, los miembros de la Brigada del 68, conformada por veteranos poblanos que participaron de la gesta universitaria, la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre, el Comité para la Libertad de los Presos Políticos y el Cese a la Represión en Puebla, la Barra Libre de Abogados Democráticos de Puebla, el Centro para la Defensa de los Derechos Humanos de Puebla y Tlaxcala, amén del Centro Rubén Jaramillo de Estudios sobre la Pobreza.
Fue la amalgama en la calle de luchas pasadas con demandas aún vigentes, por no haber sido satisfechas, y de nuevas protestas con exigencias emergentes que tampoco han sido contestadas.
Así, los anarquistas caminaron al lado de militantes del Partido Comunista, las feministas iban codo a codo con los comerciantes informales, los litigantes que buscan la justicia más que el imperio absurdo de la ley estaban al lado de ecologistas y veganos, los representantes de la Comunidad Lésbico Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Intersexual y Queer iban delante de líderes del movimiento campesino democrático, los sobrevivientes de la matanza en la Plaza de las Tres Culturas flanqueaban a los impulsores de la liberación de la marihuana y delante de sindicalistas no reconocidos iban los jóvenes preocupados por la movilidad urbana racional.
En el tránsito de Ciudad Universitaria hacia la plaza de armas, algunos chicos hicieron pintas en inmuebles públicos y comercios. Se dieron amplia licencia sobre todo en las estaciones de lo que será la Ruta 3 de la Red Urbana de Transporte Articulado. La acción les valió algunas críticas en redes sociales y medios de comunicación de obvio corte conservador, pero lo cierto es que la marcha transcurrió en total paz y con una organización envidiable.
Se improvisó para finalizar, como siempre, un mitin frente al Palacio Municipal, donde el mensaje coincidente de los oradores fue que casi nada ha cambiado para el país desde hace medio siglo y la imperiosa necesidad de organizarse para repeler los abusos del poder.