El etnólogo Iván Pérez Téllez fue separado de su cargo como titular del Centro Coordinador de Pueblos Indígenas (CCPI) de Tepexi de Rodríguez, de la región nahuangiwa-mixteca, tras la difusión de una conversación en WhatsApp que exhibe audios que contienen presuntas expresiones de corrupción, racismo y misoginia que es ahora investigada por el Órgano Interno de Control del Instituto.
En entrevista, el funcionario del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) acusó que el video anónimo, difundido desde una cuenta de Facebook falsa que mostró temporalmente la burda conversación, fue un recurso “hechizo” con uso de Inteligencia Artificial (IA), tiene detrás una disputa laboral luego que desde su cargo tocara intereses económicos de personal sindicalizado “quitando feudos”, por lo que consideró que la difusión del audio es un acto de venganza.
“…El video es burdo, se me muestra corrupto, misógino, racista, déspota, y lo que es más grave, pedófilo…. He sido objeto de una ofensiva terrible e ilegal, al amparo del anonimato y la virtualidad para ser removido de mi puesto como responsable del Centro Coordinador de Pueblos Indígenas (CCPI) de Tepexi de Rodríguez. Por medio de la injuria, han conseguido dañarme laboral, académica, personal y moralmente”, sostuvo Iván ante este medio.
En entrevista telefónica refirió que con el despido — el pasado 17 marzo— el INPI convalidó un video falso dañándole moral y laboralmente, por lo que interpuso una denuncia que quedó registrada con el folio DL/FIM/POPULAR/05114/2024 con el número de carpeta FGEP/CDI/GEIDVGCM/SEXUALES-I/003167/2024. “Exijo que esto se investigue exhaustivamente”.
Explicó que el video circulado no fue una acción aislada, sino el último de al menos tres intentos – continuados– de despido por parte de trabajadores sindicalizados del INPI, de acuerdo con Iván, pese a los esfuerzos nunca pudieron presentar elementos que justificaran su rotación.
Narró que desde los Comedores Escolares de la Niñez Indígena, el de Cuayuca de Andrade y el de Gabino Barreda “se denunciaron maltratos” desde cuentas y correos anónimos: el correo [email protected], y de la cuenta en Twitter (ahora X) “No más corrupción”, en el que fue etiqueto el Director General del INPI y el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aseguró que en una reunión posterior, los padres aceptaron que mandaron a redactar, con un abogado, las supuestas quejas. “Ellos son analfabetos, y fueron azuzados por Rubén Cisneros Juárez encargado del Programa de Apoyo a la Educación Indígena del (PAEI) por más de 20 años. Yo lo removí y nombrándole responsable de Recursos Humanos, creo que esa persona era detrás de todo esto”, explicó.
Iván describió al Centro de Pueblos Indígenas en Tepexi como un “feudo” ante el vacío institucional pues el exdirector, Juan Manuel de Anda González, dejó por años que algunos trabajadores sindicalizados decidieran a modo qué se hacía o no.
“Los privilegios estaban mediados por relaciones de compadrazgo con el antiguo director. Así, algunos trabajadores sacaron siempre ventaja de sus puestos, como el ejercicio de relaciones de poder con todo tipo de trabajadoras: coordinadoras, promotoras de lengua, ecónomas, y demás personal femenino de las 10 Casas y Comedores Escolares de la Niñez Indígena — conocidos como albergues— en Tepexi de Rodríguez.
“Derivado de esta posición de poder, se condicionó, presionó y acosó sexualmente a innumerables mujeres que trabajaron en estos espacios. Además, algunos trabajadores hicieron, a lo largo de los años, un uso indiscriminado de viáticos, proyectos productivos elaborados a modo, dispusieron igualmente a modo de otros recursos como mobiliario, despensas, entre otros”
Los dos comedores desde donde me atacaron ejecutaron, cada uno, dos millones de pesos hace poco más de un año. Y fueron justamente los Comités de Contraloría Social y del Comité de Apoyo quienes manejaron ese dinero. Y no querían que yo hiciera mi trabajo supervisando la obra, pues disponían discrecionalmente del dinero. Se auto empleaban pagándose salarios más altos y metiendo solo a su familia.
Otro personaje que se vio afectado fue Víctor Cabañas Lezama, quien era encargado de realizar el diagnóstico en las 10 Casas y comedores Escolares de la Niñez Indígena, operando el Mantenimiento Básico y Mayor, asignaba directamente a su familia la ejecución de la obra. En muchas ocasiones proponía a la empresa de su padre para realizarlos.
Además de operar financieramente un esquema piramidal conocido como La Flor de la Abundancia, esquema piramidal fraudulenta con la que desfalcaron a población indígena y mestiza en esa región, al amparo de la legitimidad de una instancia gubernamental como el INPI.