La vida, filmografía y contexto histórico de María de los Ángeles Félix Güereña, mejor conocida como María Félix, será el centro de la serie de actos virtuales que se han organizado en el marco del vigésimo aniversario luctuoso de la actriz.
Organizado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), el programa de conmemoración se da en el contexto del aniversario de la muerte de la llamada “diva de México” que falleció de un infarto fulminante el 8 de abril de 2002, a la edad de 88 años. Había nacido también un 8 de abril, pero de 1914.
De inicio, para este miércoles 6 de abril a las 17 horas se hará el conversatorio virtual La Diva de México. 20 años sin María Félix que será transmitida por el Facebook institucional del INEHRM ( /inehrm.fanpage) y la cuenta de Twitter (/@inehrm)
En el conversatorio virtual participarán el historiador del arte Jesús Alberto Cabañas, la comunicóloga y politóloga Siboney Obscura y la investigadora del INEHRM Ana Salinas Alverdi.
Asimismo, a partir del 8 de abril será liberada la exposición virtual Diva de México, con material fotográfico inédito de la Fototeca del INEHRM, en la página www.inehrm.gob.mx y en contigoenladistancia.cultura.gob.mx
Una casualidad le abrió las puertas de la industria cinematográfica a María Félix, cuando el guionista y productor de cine, Fernando Palacios descubrió a esa “mujer espectacular caminando por la céntrica calle de Palma, -en lo que hoy es el Centro Histórico de la Ciudad de México-, el jueves 4 de enero de 1940, a las 5:45 de la tarde”.
El cinefotógrafo Gabriel Figueroa fue el encargado de hacer las primeras pruebas fílmicas del rostro de aquella joven originaria de Álamos, Sonora. Palacios la preparó como actriz y, en 1942, Miguel Zacarías dio a conocer la belleza de trazo enérgico de María Félix en la película El peñón de las ánimas.
Sobre este debut, Carlos Monsiváis refirió: “María resultaba insólita en el medio. Ni siquiera un argumento ramplón y un trabajo de deficiente artesanía del director habían podido impedir que el primer paso de María Félix por el cine mexicano se convirtiera en una vigorosa llamada de atención”.