1
Apelmazados en un vagón del metro
leímos a la Dickinson –en su soledad intensa–
hoy leemos a Li Po para la embriaguez serena
aunque alguien ya muerde la rebelión de Pizarnik
quizá mañana –sin duda Emily, Li, Alejandra–
en voz alta leeremos con Vallejo aparta de mi este cáliz.
2
El pincel del viento boceta copos
rocía estrellas derrumbadas de improbables cerezos
ahora una alfombra de pétalos
luego un atardecer jaspeado de blancos y rojos
que el pintor tiende sobre las casas
donde esperan hacinados cientos de deportados
mirando el azaroso trazo del pincel del viento.
3
Memorias que morimos –escribió Emily–
a veces con su ropa
otras la música el aroma del platillo y su vapor
el licor de los besos
un penetrante filme de Bergman
con el que vibramos
Cada memoria es una daga
con deleites que se creían extintos
hoy calendario de dolores renovados
conmemoración de heridas
absurdos restos del placer en un jardín pulverizado.
4
Alicia solo quiso ver el jardín
nos hallamos –como ella–
en un jardín colapsado y ajeno
un campo de concentración
un aeropuerto donde se hunden los aviones
una conciencia de flores corroídas
pero si el conejo corre
como el conejo resistiremos.