“Quitarle el nudo a las manos” de quien pueda confirmar, a 500 años de ocurrida su muerte, que la osamenta resguardada en Ixcateopan, Guerrero, es del considerado último Huey Tlatoani de México Tenochtitlan: Cuauhtémoc.
Esa fue la petición hecha por Jorge Veraza Urtuzuástegui en Puebla, expresada repetidamente en los últimos meses, para que sean las autoridades culturales actuales las que se animen a reconocer que es cierto lo ocurrido aquel 26 de septiembre de 1949 a las 13:30 horas en Ixcateopan, cuando Eulalia Guzmán declaró haber encontrado osamentas, un cráneo y una placa de cobre inscrita en el templo de Santa María La Asunción, los cuales, dijo, eran los restos de Cuauhtémoc.
Desde la pasada Feria Nacional del Libro de la UAP llamada a que a 500 años de la muerte de tlatoani que fue ahorcado en un árbol de ceiba el 28 de febrero de 1525, las autoridades del país dejen de “de actuar de modo abiertamente anticientífico, no dándose por enterados de que la versión de Cuauhtémoc que adoptan ya fue refutada desde el siglo pasado, hace más de 60 años”.
Acompañado por el antropólogo Julio Glockner Rossainz, el autor del libro Cuauhtémoc negado. Análisis de la negación de los restos de Cuauhtémoc: epistemología y método, dijo que si persisten en mantener esa negación, deberían hacerlo “honradamente conociendo la reputación del Cuauhtémoc tlatelolca lograda en esta obra y entonces intentando una contra argumentación correspondiente”.
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Recordó que a lo largo del tiempo, las tres comisiones mandadas por el Estado fueron “comisiones negacionistas por su intención, no por lo que lograron”.
Ello, continuó Veraza Urtuzuástegui, porque “no lograron negar lo que querían”, sino que “solamente lograron en poner en cuestión un dato: si son los restos de Cuauhtémoc, diciéndolo del siguiente modo: no contamos actualmente con pruebas científicas suficientes para afirmar que esos son los restos de Cuauhtémoc, es decir, no contamos con pruebas científicas suficientes para decir que son; es decir, no podemos decir si sí o si no, es decir, dudamos, nuevas esperando investigaciones para poder decir sí o no”.
El doctor en estudios latinoamericanos por la UNAM prosiguió que “aunque están solamente dudando”, es claro que no pueden negar porque no tienen pruebas científicas suficientes, por lo que formulan la duda como si fuera una negación. “Se ve el truco, el sesgo al momento de usar el lenguaje de modo manipulatorio”, afirmó.
En ese sentido, dijo que el asunto de los restos de Cuauhtémoc debe resolverse no sólo con “voluntad política”, sino con el verdadero reconocimiento científico. “Lo que tenemos que hacer es quitarle este nudo de las manos a alguien que tenga voluntad política de hacer el reconocimiento, y para eso se requiere una demostración científica de cómo estuvo la entrega de pruebas y argumentos y eso lo tenemos ganado”.
Destaca que el 29 de noviembre de 2024, el tema fue tratado en la conferencia del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, quien mencionó que el asunto sería turnado al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y su todavía titular Diego Prieto Hernández.
Asimismo, durante este 2025 el gobierno federal conmemoró los 500 años de la muerte de Cuauhtémoc, quien a pesar de sus esfuerzos no logró resistir el asedio español y fue apresado el 13 de agosto de 1521 por Hernán Cortés. Para ello, fue preparada la exposición temporal Cuauhtémoc. Historia y Memoria, que se exhibió en el Museo del Templo Mayor, en la Ciudad de México; además que la revista Arqueología Mexicana publicó la edición especial número 119 Cuauhtémoc. Descendió como águila, publicación que sintetizó las conclusiones de un seminario académico realizado en el Museo Nacional de Antropología, también en la capital del país.
A su vez, Jorge Veraza ha hecho lo propio a través de YouTube, en el canal de Editorial Ítaca, donde da cursos, contestaciones y reivindicaciones a la figura de Eulalia Guzmán (1890-1985), una arqueóloga seria y minuciosa cuyas investigaciones fueron denostadas y desechadas con ligereza a favor de teorías oficiales que se repitieron durante décadas.
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