Vecinos de La Calera, Pedregal de La Calera, Lomas de San Alfonso y ambientalistas denunciaron que el ayuntamiento de Puebla pretende aumentar la densidad habitacional vigente en esa zona de 36 a 200 viviendas por hectárea, lo cual implicaría la urbanización completa de esa zona que, junto con Flor del Bosque, La Malinche y Valsequillo, forma parte del circuito verde que oxigena a la capital.
Los moradores demandaron al Instituto Municipal de Planeación de la alcaldía angelopolitana que permanezcan los lineamientos y criterios establecidos desde 2016 por ese mismo organismo.
Los quejosos proporcionaron a esta casa editorial copia digital de un formato de consulta pública, avalado con más de 350 firmas desde el 6 de enero de 2023, que se entregó al Implan y en el cual advierten que los fraccionamientos edificados con los criterios vigentes en La Calera “coexiste al interior de zona urbana con un ecosistema de importancia regional el cual se verá alterado por los cambios que se pretenden llevar a cabo.
En el mismo documento, los vecinos recuerdan que, desde la fundación de las colonias y fraccionamientos del área, hace más de 50 años, se ha proyectado y construido toda la infraestructura urbana para uso exclusivo “habitacional de muy baja densidad”, con edificaciones que oscilan entre las 10 y 36 viviendas por hectárea “y ahora pretender cambiar el uso de suelo a mixto con densidad media (hasta 200 viviendas por hectárea, mediante un decreto, va a generar en la zona una densidad excesiva que sobrecargará la infraestructura ya instalada, mayor inseguridad pública, accidentes viales por los trazos de las vialidades y fuertes pendientes topográficas; menor dotación de agua potable (existen zonas en La Calera, habitadas, que no cuentan con el servicio de agua potable, ni pavimentación, ni alumbrado público), que redundarán en detrimento de la calidad de vida de los habitantes de la zona y repercutirá en menores servicios ambientales a la población de la ciudad de Puebla”.
Luego, aseveran: “es inconcebible que pese a la existencia de la Ley General de Asentamientos Humanos y Ordenamiento Territorial del año 2018, de la existencia de normatividad en materia de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, en los tres niveles de gobierno, que pugnan por el equilibrio entre asentamientos humanos y recursos naturales, la sustentabilidad, con acciones que coadyuven a mitigar la emergencia hídrica, y la urgencia de preservar áreas de valor ambiental, y no urbanizar zonas que presenten peligros (sismicidad, hundimiento, deslizamiento, como lo marcó el Atlas de Peligros Naturales del municipio de Puebla- Centro Universitario para la Prevención de Desastres Naturales BUAP, 2005-2008), pretendan seguir exterminando los ecosistemas existentes y poniendo en riesgo a seres humanos, con una urbanización de Densidad Media, una de las zonas de la ciudad reconocida como de ‘importancia ambiental regional’, como lo es la Zona de la Calera, con servicios ambientales para los habitantes de la ciudad de Puebla”.