Lo que sucedió recientemente en la planta de la empresa automotriz General Motors ubicada en Silao, Guanajuato, es un hecho inédito y, sin duda alguna, histórico, un parteaguas en las relaciones laborales en el país. No fue el gobierno o alguna otra instancia ajena a los trabajadores, sino que ellos mismos por votación libre, universal, secreta y directa, decidieron sobre la vigencia de su contrato colectivo y la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), en poder del sindicato “Miguel Trujillo” perteneciente a la CTM.
A participar en la consulta, que se hizo de acuerdo con la nueva Ley Federal del Trabajo (LFT) de 2019, se convocó a los 6 mil 494 trabajadores en activo de la empresa, quienes acudieron a sufragar masivamente a sabiendas que se decidía el futuro de sus relaciones laborales. El resultado final de la consulta, que duró 34 horas continuas (martes 17 y miércoles 18 de agosto), para permitir votar a los trabajadores de los tres turnos, fue el siguiente: votar 5 mil 876 trabajadores (90 por ciento del total de los trabajadores convocados), de los cuales 3 mil 214 trabajadores (54.7 por ciento) votaron por NO continuar con el Contrato Colectivo de Trabajo y salir del sindicato cetemista; mientras, 2 mil 623 (44.6 por ciento) lo hicieron por el SÍ, mantener el contrato colectivo y la representación sindical y 39 sufragios (0,7 por ciento) fueron nulos.
El proceso fue rigurosamente vigilado por las autoridades laborales federales, así como observadores de la Organización Internacional del Trabajo, el INE, los trabajadores y la CTM, con el fin de evitar irregularidades como las observadas en un primer ejercicio llevado a cabo en esta misma planta de Silao en el pasado mes abril, que terminaron por anular el proceso, lo que puso en movimiento los mecanismos de respuesta laboral rápida contemplados en el T–MEC, lo que ocurre cuando se registran quejas o denuncias por parte de los trabajadores, que fue lo que sucedió en abril.
La Secretará del Trabajo informó que una vez obtenidos los resultados de la consulta a los trabajadores, en un plazo máximo de 20 días hábiles publicará su resolución, luego de analizar los informes de su personal verificador, así como los de las instituciones observadoras y las quejas que presenten los involucrados en el proceso. Si no hay motivos para cancelar el proceso, se da por terminado el CCT, pero los trabajadores conservarán todos sus derechos y dispondrán de las mismas prestaciones y condiciones laborales, ahora, mediante contratos individuales. Además, los trabajadores preservarán sus derechos para organizarse libremente y decidir si quieren afiliarse a un sindicato. Es decir, la sindicalización no será obligatoria sino voluntaria, lo mismo que el pago de cuotas sindicales y hay el derecho a no ser parte de ningún sindicato.
Se inicia ahora otro proceso inédito sobre lo que sigue, porque es la primera vez que se rechaza un contrato colectivo. Desde luego se desatará un proceso en el cual los sindicatos que se formen ahora tratarán de atraer a los trabajadores, pero tendrán que demostrar que son capaces de mantener su independencia de la patronal y del gobierno, que será un verdadero instrumento de lucha obrera y que no sólo serán oficinas exactoras de cuotas, sin beneficio alguno para sus agremiados.
Conviene recordar la importancia de la General Motors en la economía nacional, pues se trata de la principal exportadora automóviles desde México; particularmente en la planta de Silao se produce la camioneta pick up Chevrolet Silverado (conocida en México como Cheyenne), y la GM Sierra, de las que se exporta el 90% de su producción. Hace poco la empresa anunció una inversión en su planta de Ramos Arizpe de mil millones de dólares.
Sin duda, lo acontecido en Silao, muestra cómo la Cuarta Transformación pasa por proteger los derechos laborales e impulsar la libertad sindical, ya que en la era neoliberal del país ambos, derechos y democracia sindical, fueron violentamente cancelados. Los sindicatos fueron controlados y manipulados para llevar a cabo la política de contención salarial que empobreció a los trabajadores. Ahora, como la afiliación a los sindicatos es voluntaria, los trabajadores tendrán que ver y saber que su sindicato defiende los derechos laborales y que organizados pueden lograr mayores conquistas. De no tener la certeza de que esto es así, los trabajadores podrán mantenerse independientes y negociar ellos mismos sus derechos.