Jueves, abril 25, 2024

Un Puebla bipolar

Destacamos

El empate del sábado en el Azteca marca claramente esta tendencia: el Puebla puede ser el mejor y el peor equipo dentro del mismo partido. El mejor en la primera parte, cuando le dio al Cruz Azul un verdadero baile y tuvo el destino del encuentro en sus manos. Y el peor en el complementario, permanente pesadilla de la que milagrosamente salió bien librado, como indica el 2-2 final.

El marcador quedó sellado antes de media hora de juego, porque tras el golazo inicial de Cortizo, genialmente servido por Omar en plena epifanía poblana (8´), se encontraron los cementeros con un par de obsequios y no los desperdiciaron –penal (23´) y medido centro al área rematado de contundente frentazo (26´), con Santiago Jiménez como doble anotador. Obsequios, sí, porque ninguna necesidad tenía Silva de tirarle esa paradita a Antuna cuando éste ya había enviado a un lado su fusilamiento (22´), y porque el segundo se originó en otra falta tonta (25´), cuando el balón salía mansamente por la banda, lejos de todo, y Mancuello no resistió la tentación de tirarle un leñazo inofensivo al incómodo Escobar. En ambos casos el pase letal provino del empeine derecho de Carlos Rodríguez, cuyo inexplicable cambio hacia el minuto 70 iba a permitir que amainara algo la marea cruzazulina, verdadera marejada sobre el marco poblano brillantemente defendido por Antony Silva, que lavó con creces durante la sufrida segunda mitad el error que había costado el penalti del primer tiempo. El empate definitivo (27´) fue obra de Barragán, madrugándole con la cabeza al “Cata” Domínguez un centro de Ferraris, muy activo de entrada y que, como todos, desapareció completamente luego del descanso.

El Puebla dejó el liderato pero sigue invicto. Aunque habrá que preguntarse por cuanto tiempo, dada la doble personalidad que viene mostrando. Y a la vista de la cual sería un atrevimiento mantener la idea, aquí sostenida, de la exacta puesta a punto del equipo, tanto en lo físico como en lo futbolístico. Ojalá que Larcamón y los suyos le encuentren pronto remedio a esta contradicción antes de que se les convierta en costumbre.

Jornada 4. La primera nota a destacar fue la anemia goleadora desatada por el 0-0 del martes entre unas Chivas que no despegan y un León que ya vimos aquí que tampoco está para grandes cosas. Se discutió la anulación, por el árbitro Pérez Durán y VAR secuaces, de un hermoso riflazo angulado de Alexis Vega. Sin demasiada pasión, más bien para que no se diga que los vocingleros paneles de la tele de paga no cumplen con su tarea de llenar con ruido el vacío de futbol. Este choque se adelantó en apoyo a la gira de los “dos “grandes” del futbol mexicano llamados a enfrentarse a potencias europeas a medio gas para deleite de la chicanada fiel. Chelsea, ManCity y la Juve han tenido la delicadeza de vencer a Águilas y Chivas por marcadores apretados, cumpliendo a satisfacción con la finalidad de este tipo de encuentros cazadólares.

El viernes continuó la dieta blanda, cortita en calorías y goles: 1-1 del San Luis en Mazatlán y, en Aguascalientes, la segunda victoria del Necaxa a cambio de la primera derrota del equipo Nahual de Ciudad Juárez. Por la mínima, claro.  La víspera, en cambio, los queretanos sí vieron mecerse las redes en tres ocasiones, sólo que el beneficiado no fue el alicaído equipo local sino los Rayados del Monterrey (0-3), que siguen haciendo goles de la mano de “Midas” Vucetich.

Y el viajero América cruzó la frontera de regreso para continuar perdiendo. Fue en Tijuana, el sábado, y sin que quepan pretextos por más que se busquen (2-0 Xolos). Antes, en la Bombonera, el Toluca le pegó al empobrecido Santos (2-1) y se unió a los dos equipos regiomontanos en el liderato de la competencia, con nueve puntos por ocho de la Franja y a la espera de lo que ocurriera anoche con el Pachuca (7), anfitrión de Pumas. Para sumarse a la triada de punteros, Tigres había recibido y derrotado al Atlas (2-0), cuyo reforzadísimo entramado defensivo, del que tan orgulloso parece estar Diego Coca, sigue haciendo agua, mientras continúa pesando como una losa la ausencia de Julio Furch, pivote y eje del famoso contragolpe atlista.

La llegada de Dani Alves. Se presentó el aeropuerto con el rostro cubierto con la máscara del Santo, pero en la cancha lo veremos vestido de Puma. Como el che Eduardo Salvio, otra adquisición reciente que anunciaba ya el propósito de la directiva de romper con la consabida precariedad presupuestaria del conjunto alguna vez universitario (les queda el estadio, algo es algo).

Luego de vivir sus años dorados en el Barsa, este bahiano cuenta con un montón de títulos en su haber, 39 años cumplidos y poco ya que hacer en el futbol europeo. Por eso viene, siguiendo la ruta hacia el Anáhuac que Bebeto y Ronaldinho recorrieran alguna vez, sin agregar mayores lauros a sus respectivos historiales. A diferencia de ellos, Dani Alves no fue nunca campeón del mundo con su Selección, signo de unos tiempos en que el gran dinero del futbol se ha dedicado a exprimir la cantera sudamericana a cambio de robarle identidad y vuelo. Por eso, la flamante adquisición Puma se ha distinguido más como carrilero a la europea que como heredero del jogo bonito a ritmo de samba. Más cerca del tech rock que de la bossa nova.

Ya veremos qué ocurre con él y con el conjunto del Pedregal. Si acertó o no la directiva auriazul en este intento de pasar de la opaca austeridad a la clase media más o menos alta del futbol nacional.

GP de Francia. Cuando parecía que el reto de Leclerc a Verstappen iba en serio, y el holandés hasta había desistido de una tenaz persecución por la punta que duró las 15 primeras vueltas para cambiar neumáticos y repensar su estrategia, un nuevo error del monegasco –trompo y colisión en la curva 11 del armonioso trazado de Paul Ricard– lo marginó de la carrera y le abrió la puerta de una nueva victoria al campeón del mundo, decididamente intratable el año de la primera defensa de su título. Detrás aunque lejos de Max, Lewis Hamilton confirmó el repunte de los Mercedes, cuyo otro volante, George Rusell, fue tercero en el podio luego de rebasar al Checo Pérez a falta de tres vueltas para terminar.

En realidad, Pérez, que quedó cuarto, tuvo un fin de semana nefasto, nunca entró en ritmo ni en las pruebas de clasificación ni en el GP y, como cereza en el pastel, se regaló inexplicablemente justo al finalizar un auto de seguridad virtual en la vuelta 50/53 permitiendo que Rusell lo rebasara y le arrebatara el podio. Detrás de Sergio entró Sainz, de meritoria actuación dado que su Ferrari había sido obligado a partir último de la parrilla en castigo por un cambio de motor. Del sexto al décimo vieron la bandera ajedrezada Fernando Alonso (Alpine), Norris (McLaren), Ocon (Alpine), Ricciardo (McLaren) y Stroll (Aston Martin).

En cuanto a la tabla de pilotos, Verstappen continuó alargando su ventaja y ya casi dobla el puntaje de Leclerc (233 contra 170), mientras Pérez sigue tercero (163) por delante de Sainz (144), Rusell (143) y Hamilton (127). Y en el campeonato de constructores, más de lo mismo, con Red Bull apabullando al resto: 396 puntos por 314 de Ferrari y 170 de Mercedes; y allá lejos Alpine (93), McLaren (89) y Alfa Romeo (51). El resto es morralla.

Ultimas

Por esperar hasta ocho años para jubilarse, en la marcha del 1 de Mayo maestros del SNTE 51 exigirán auditoría al ISSSTEP

Debido a que los docentes esperan hasta ocho años para jubilarse, aguardan periodos de hasta cuatro meses para obtener...
- Anuncios -
- Anuncios -