“No tiene que ser así”, afirma el actor Ernesto Vega para decir que es posible otra manera de vivir la masculinidad, alejada de cualquier rasgo de machismo. “No tenemos que decir que somos fuertes por no atrevernos a decir cómo somos, pues no tiene nada que ver el ser fuerte con el atreverse a llorar”, señala el protagonista, al lado de Abraham Salomón, de la puesta en escena Un cielo despejado.
Sobre la obra escrita y dirigida por el propio Abraham Salomón, el histrión refiere que, precisamente, Un cielo despejado llama a que los hombres encuentren un poco de calma, respiren tranquilos, alcen la cabeza y despejen lo que tienen enfrente, para encontrar un cielo que les pueda dar calma.
“Es la liberación, es encontrar una luz”, menciona en una entrevista previa a la última función de la corta temporada del montaje de la compañía Pop teatro que será el próximo viernes 26 de julio a las 21 horas, en el foro teatral de Puro Drama.
Convencido, Vega señala que la obra se da en un momento exacto: en tiempos donde “sigue el machismo pegando muy fuerte, con noticias y atrocidades provocadas por el machismo y esta falsa masculinidad”.
Así, dice que invitado por Salomón y tras leer la dramaturgia, confirmó su participación en el montaje que cuenta con la música de José Bueno, la escenografía e iluminación de Miguel Espinosa, el diseño de imagen de Amerisa Aguilar, la voz de Margot Cortázar, y el movimiento escénico de Karla Mancilla.
“Al leer el texto pensé en mis hijos, en este momento tan crítico en el que gracias a mujeres radicales y valientes hemos podido ir aligerando ciertos aspectos. Pensaba en dar este mensaje, para que en la vida que no haya una imposición, pues hay que atreverse a liberarse y a ser libre”, reflexiona el actor.
Convencido, agrega que el teatro tiene como objetivo el discurso y el impacto social que pueda remover un poco las conciencias. Por tanto, confía que al proyectar este tema, es como desde el teatro se puede aportar a los hombres, quienes salen pensando del teatro tras haber visto la función. “Es el mensaje que se les da a las nuevas generaciones. Es la forma en que podemos aportar a la sociedad y a sus momentos críticos y esperanzadores también”, considera Ernesto Vega.
Apunta que tras tres funciones de Un cielo despejado, han podido ver que la pieza ha logrado una identificación con el público, el cual ha respondido de manera enriquecedora y positiva pues han calificado de interesante el final de la obra: incluso, han observado cómo algunos hombres en la sala se limpian las lágrimas para que no los vean llorar.
“Todos tenemos un carga debido a la idealización, a las imposiciones que se dan desde nuestro núcleo, nuestra familia, nuestros amigos, con la idealización de la vida que nos pedían, que la sociedad pide, que es como una carga que se va acumulando hasta que se decide deshacerse y desprenderse. Se trata de la falsa masculinidad, de esos recuerdos, esas idealizaciones que no son necesarias pues hay opción de liberarse de ellas, de replantear cómo seres humanos que es tiempo de liberarnos de este peso”.
De paso, Ernesto Vega destaca que Un cielo despejado es un texto que sale y rompe con lo que había hecho Abraham Salomón anteriormente, siendo este “un viaje un poco más oscuro”, no obstante conserva la pluma del dramaturgo, que como director es también muy disciplinado.
Sobre el estado de salud del teatro en Puebla, Vega consideró que vive un buen momento, sobre todo en el ámbito de los creadores y las compañías independientes, así como de foros, que luchan bajo situaciones diversas y en sobrevivencia. “Se ha logrado generar un vínculo con el público y con la gente de teatro y artes escénicas. Veo que como artistas, como talentos, como dramaturgos y directores, que Puebla está a un primer nivel nacional”.
Asimismo, dijo que las compañías, si bien sobreviven con lo que tienen, pueden y quieren hacer, están también pendientes de convocatorias y estímulos institucionales. En ese sentido, consideró que “ha habido buenas oportunidades del gobierno federal”, con estímulos que “son como un respiro una motivación grande, pues hay un cierto interés de generar y mantener artistas, y más en un arte a veces castigado como el teatro”.
“Esperamos que sigan los apoyos pues nos ayudan a seguir creyendo, pero nosotros vamos seguir trabajando”, concluye el actor días antes de la función última del próximo 26 de julio que será en Puro Drama -2 Poniente 2908, colonia Amor-, temporada que la productora de Pop Teatro, Ana Paula Martínez, analiza para determinar cuál será el camino de la pieza.