Tehuacán. Las fiestas de fin de año son para las familias de personas desaparecidas momentos donde la tristeza se hace más intensa. En Tehuacán ese sentimiento lo padecen varios hogares donde desde hace meses, en algunos casos, y años en otros, esperan conocer el paradero de sus seres queridos.
Según integrantes del Colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, hay más de 20 personas desaparecidas en esta zona, sin que hasta el momento las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) ofrezcan un indicio sobre su paradero; es un trabajo muy cuestionado por parte de quienes a diario viven el dolor de no saber dónde se encuentra su familiar.
Paloma Rodríguez espera desde el 21 de agosto de 2016 el regreso de su hija Karina Jazmín Alducin Rodríguez, ella está convencida de que el hombre que en ese tiempo era pareja sentimental de la joven es el responsable de su desaparición, pero la FGE no hace nada al respecto, incluso acusó a la dependencia de haber extraviado una videograbación que es contundente.
El mismo 2016, cinco días antes de que desapareciera Karina Jazmín, comenzó el calvario de Oralia Viveros Valencia, la tarde de ese 16 de agosto su hija Olivia Cristina Camarillo Viveros salió de su domicilio con el objetivo de realizar la cobranza de un supuesto cliente de la financiera donde laboraba, dejó en su casa a sus hijas, tenía la intención de regresar pronto, pero fue la última ocasión que la vieron.
Oralia Viveros se dice muerta en vida, no hay momento en que no sienta la ausencia de su hija, no puede contener las lágrimas cuando habla de ella y de la tristeza de sus nietas que en cada navidad y año nuevo solo tienen un deseo: “Que mamá regrese”.
También Oralia siente que hay apatía de la FGE que se negó a pedir a la telefonía celular la relación de llamadas recibidas por Olivia ese día, ahí estaba la que le hizo el supuesto cliente para hacerla salir de su domicilio. Actualmente la respuesta que recibe es que están investigando, reprochó.
El próximo 31 de enero se cumplirán cuatro años de la desaparición de Rosana Sarahí Sánchez, a las 7 de la noche de ese día respondió por última vez su teléfono celular, hasta la fecha su mamá, Rocío Olguín, sigue en su búsqueda porque las autoridades nada hacen por localizarla, acusó.
El chip de su teléfono lo encontró una persona en la zona de Cañada Morelos, la joven trabajaba como edecán y el día de su desaparición dijo que tenía un evento en Ciudad Serdán, según lo que explicó su mamá quien con angustia pide saber dónde se encuentra su hija.
El 3 de agosto del 2017 se perdió Saraí Ávila Arellano, tenía 26 años de edad y un hijo de dos años, vivía con su esposo en la capital del estado, esa noche discutió con él y ambos salieron, junto con el niño, con rumbo a Tehuacán, pero a esta ciudad ya solo llegaron el hombre y el pequeño.
Según Rodolfo, su esposo, ella se bajó del vehículo en el que viajaban y desde entonces no supo su paradero. La familia de Saraí ha buscado conocer el avance de las investigaciones de la FGE, pero no hay una respuesta, temen que ya le hayan dado carpetazo al asunto.
Desde agosto del 2014 están desaparecidos también, Ángel Jiménez Bonila, Uriel Hernández Maza y Antonio Flores Cortés, supuestamente salieron juntos a una fiesta en Acultzingo pero su auto fue hallado días más tarde en un estacionamiento en esta ciudad, sobre ellos nada se sabe a la fecha.
En julio pasado se unió a la lista de desaparecidos en Tehuacán Román Eduardo Solís Rojas, joven de 27 años de edad, sus familiares siguen pidiendo ayuda en redes sociales para localizarlo, pero el esfuerzo no ha dado resultado y por parte de la FGE solo se emitió la circular con su fotografía y datos de búsqueda.
César Eduardo Sandoval Martínez es otro varón cuyo paradero se desconoce, desapareció el pasado 29 de octubre. Su familia lo vio por última vez en Coxcatlán, población de la que es oriundo y donde pretendía trabajar como elemento de la Policía Municipal.
Ya casi pasan 10 años de la desaparición de Edilberto García Salazar; el 8 de junio del 2011 salió rumbo a Veracruz a concretar un negocio, fue privado de su libertad en Orizaba, según la circular que se emitió en enero del 2016, por la entonces Procuraduría General de la República.
Hay, desde entonces, el ofrecimiento de una recompensa de un millón y medio de pesos por información que lleve a dar con el paradero de Edi, hijo del extinto ex presidente municipal de Tehuacán, Edilberto García Paredes. Su familia sigue con la esperanza de encontrarlo.