La música es una forma de expresión, de dar a conocer un mensaje y expresar nuestro tiempo, señalaron las jóvenes huapangueras Janett Maldonado Sánchez, Bárbara Noemí Vargas Martínez y Fátima Vargas Martínez, integrantes del Trío Sitlalxóchitl, dedicado a preservar la cultura y la música huasteca.
Reunidas en el centro cultural San Roque en el marco del Día Internacional de los Pueblos Originarios que se conmemoró el pasado 9 de agosto, las intérpretes de música tradicional señalaron que en el huapango ya hay inclusión, lo mismo en la música, en el baile o la versería, donde se dan a conocer los propios pensamientos e ideas.
Janett Maldonado Sánchez, en la jarana huasteca; Bárbara Noemí Vargas Martínez, en el violín; y Fátima Vargas Martínez, en la quinta huapanguera, son portadoras del sonido de su región: el son huasteco, un género lleno de ritmo y folclor.
Durante una breve entrevista, las músicos tradicionales originarias de Huauchinango, municipio considerado “la puerta de la Huasteca”, una región cultural que comprende el norte de Veracruz, el sur de Tamaulipas, el sureste de San Luis Potosí, el norte de Puebla, el este de Hidalgo y, en mucha menor medida, algunas zonas de los estados de Querétaro y de Guanajuato, platican sobre su labor artística.
Así, Janett Maldonado y las hermanas Bárbara Noemí y Fátima Vargas dan cuenta que el trío se conformó en 2018, como parte de un taller llevado a cabo en la Casa de Cultura de Huauchinango impartido por el maestro Julio Aparicio Hernández.
“El maestro Julio vio que teníamos buena química así que empezó a juntarnos y a decirnos que tendríamos que ensayar porque empezaríamos a tocar juntas”, recordaron sonrientes.
Entonces, con apenas entre 10 y 14 años, las jóvenes músicos comenzaron una amistad y un proyecto: el Trío Sitlalxóchitl, que ya casi cumple ocho años de formación, trabajo y presencia en escuelas, festivales, fechas especiales y conmemoraciones en su natal Huauchinango y en otros municipios cercanos como Pahuatlán.
Su amor por el son huasteco, relatan, viene de su propia cultura y el arraigo familiar que este género tiene entre los suyos.
A ocho años de formación, cuentan Maldonado y las hermanas Vargas, su labor musical se centra en conocer, difundir y preservar al huapango y las sones huastecos, así como los sones de costumbre. No obstante, como cuentan, su repertorio en formación es variado, y en él se incluyen corridos, cumbias y hasta boleros.
“No queremos perder la parte de la cultura, tenemos que dar un buen papel siendo de Huauchinango”, afirman antes de tocar la Xochipitzahuac.
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