Domingo, octubre 13, 2024

Tres multinacionales controlan el agua embotellada en Puebla: Danone, Nestlé y Dr. Pepper

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En Puebla, tres empresas trasnacionales: la francesa Bonafont, del Grupo Danone, la suiza Nestlé Water y la estadounidense Keurig Dr. Pepper, antes Peñafiel, explotan los manantiales de poblaciones pobres y vulnerables, bajo la promesa de llevar desarrollo a sus comunidades.

Estas multinacionales están asentadas en los pueblos de Santa Cruz Otlatla, municipio de Santa Rita Tlahuapan; Santa María Zacatepec, perteneciente a Juan C Bonilla; y en Tehuacán, localidades con índices de pobreza mayor a 50 por ciento de su población, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2020.

El agua embotellada que comercializan desde hace más de 20 años y que genera miles de millones de pesos como ganancias anuales, la extrae Nestlé y Bonafont de los veneros de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, mientras que Dr. Pepper, del Citlaltépetl o Pico de Orizaba.

Para facilitar la explotación del agua superficial y subterránea en territorio poblano, las multinacionales adquirieron las empresas locales Embotelladora Arcoíris, Manantiales La Asunción y Grupo Peñafiel.

De acuerdo con el “Informe sobre violaciones a los derechos humanos al agua potable y al saneamiento en México”, publicado en 2018 y elaborado por un centenar de organizaciones civiles, estas empresas –entre las que se encuentra Femsa- pagan en promedio 2 mil 600 pesos por concesión de explotación de aguas subterráneas al año.

Incluso, el mismo informe exhibe que embotelladoras como Danone “pagan concesiones anuales absolutamente ridículas en relación a las ganancias que tienen a partir del agua”.

En el caso de Nestlé, la trasnacional de origen francés recibió en 2018 del gobierno de Enrique Peña Nieto una nueva concesión para incrementar la extracción de agua en el acuífero más importante del país, localizado en el Eje Neovolcánico Transversal de la región del Balsas.

De los 40 pozos de la zona 16 están controlados por Nestlé.

En una consulta al Registro Público de Derechos de Agua (Repda) de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se encontró que Nestlé cuenta con cinco concesiones a nombre de “Manantiales La Asunción SAPI de CV”.

El primer título de concesión es el número 04PUE114727/18FODL16, otorgado el 1 de junio de 2018, para extraer 115 mil metros cúbicos de agua superficial al año, para uso industrial.

La segunda concesión 5PUE1000005/18DPGE94, emitida el 21 de abril de 1994, permite a Nestlé extraer 1 millón 71 mil 224 metros cúbicos de agua superficial para uso acuícola. El tercero es el título 04PUE114364/18FMDL18, otorgado el 14 de diciembre de 2007, para explotar 500 mil metros cúbicos de agua subterránea para uso industrial.

Las concesiones restantes son: 04PUE105295/18FDDL13, entregada el 1 de abril de 1998, para extraer un volumen de 93 mil 312 metros cúbicos; y 5PUE100201/18F0SG93, del 25 de noviembre de 1993, para 315 mil 360 metros cúbicos. Ambas para la explotación de aguas superficiales.

Llamó la atención que el registro de la Conagua informa la fecha de emisión de las concesiones, pero no transparenta su vigencia.

Sin embargo, la Ley Nacional de Aguas indica que “la concesión o asignación para la explotación, uso o aprovechamiento de las aguas no será menor de cinco ni mayor de 30 años”, la cual podrá renovarse por un periodo igual.

Paga Nestlé 250 pesos anuales por licencia de funcionamiento

En su página de internet, Nestlé México presume a la fábrica “Santa María” de Tlahuapan por ser la primera planta en el país en obtener el certificado del estándar Alliance for Water Stewardship (AWS) “por los estrictos controles y cuidados en el manejo del agua dentro de su operación y en beneficio de la comunidad en la que opera”.

Entre los principales aspectos que contemplan esta certificación dentro de la categoría Gold se encuentra “una buena gobernanza del agua, alcanzar un equilibrio hídrico sostenible e impactar de forma positiva en áreas de la comunidad donde opera”.

Incluso, el corporativo informó en un comunicado que ha invertido en las comunidades 300 millones de pesos en los programas de abastecimiento responsable, a través del Plan Nescafé, Nestlé Cocoa Plan, Plan Maíz y Compromiso Lácteo, por cierto productos clasificados algunos de ellos como “chatarras” por el nuevo etiquetado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

No obstante, las autoridades locales de Tlahuapan desconocen de la inversión y el destino del recurso.

En entrevista, con La Jornada de Oriente, el regidor de Hacienda, Juan Taboada Roldán, reveló que la Nestlé Water paga por licencia de funcionamiento 250 pesos anuales.

Reconoció que si bien la empresa está al corriente del pago de impuestos y permisos ante el gobierno municipal, esto representa una cantidad “risible” a la derrama económica que le genera la explotación de sus manantiales.

La autoridad justificó que el cobro de los 250 pesos es resultado de la Ley de Ingresos Municipal, y por lo tanto “aunque quisiéramos cobrarle más, no se puede”.

Comentó que la Nestlé “trabaja muy bien” con el presidente de Tlahuapan, Vidal Roa Benítez, quien ha sido acusado por el presunto desvío de 22 millones de pesos y de supuesto enriquecimiento.

Además, el regidor agregó que Nestlé construyó un campo de fútbol –en la pasada administración-, y repartió despensas a familias vulnerables por la epidemia de la Covid-19.

En 2013, el entonces alcalde de Tlahuapan, Joel Díaz Ramírez, acusó que Nestlé no trajo ningún beneficio a la población, a pesar de la promesa de empleo y desarrollo.

Esa ocasión, informó a esta casa editorial que la multinacional produce más de 12 mil botellas de 600 mil litros al día, lo que ha provocado que las comunidades de San Francisco La Unión, Santa Cruz Moxolacuac, Guadalupe Zaragoza y la cabecera municipal tengan problemas de escasez de agua.

Resistencia social vs. Bonafont cumple segunda semana

El caso más reciente de descontento social por el despojo de agua se encuentra en la comunidad de Santa María Zacatepec, un pueblo indígena y conurbado a la Ciudad de Puebla, que en los últimos 10 años ha estado en resistencia contra el Gasoducto Morelos, la construcción de la carretera Arco Poniente, la contaminación del Río Metlapanapa y la industrialización de esta zona de vocación agrícola.

En Zacatepec está instalada la planta de Bonafont, del Grupo Danone, que controla el 60 por ciento del mercado del agua en México, según la red global de analistas de investigación Euromonitor International.

A través de la empresa “Embotelladora Arcoíris SA de CV”, Bonafont cuenta con dos concisiones emitidas por la Conagua para extraer 105 mil 229 metros cúbicos de agua al año, con título 04PUE100118/18FMDL08, expedida el 9 de octubre de 1994; y la número 5PUE1000086/18HMGE94, con fecha del 7 de octubre de 1994, pero sin informar el volumen a explotar.

Este lunes 5 de abril, se cumplieron los primeros 15 días de plantón indefinido que mantiene frenada la actividad de la empresa que envasa al año 31 millones 536 mil garrafones de 19 litros, con un valor unitario de 44 pesos. Esta cifra significa 599 millones 184 mil litros de líquido, con ganancias superiores a 1 mil 387 millones de pesos anuales.

Son las mujeres de este pueblo nahua las que sostienen el movimiento pacífico contra la embotelladora, quienes celebraron que en estos días de inactividad han “liberado” más de 22.5 millones de litros de agua, si se considera que al día se explotaban 1.5 millones de litros.

Las Guardianas del Río Metlapanapa informaron que el principal objetivo del plantón contra Bonafont es que la empresa cierre sus puertas y se vaya de la comunidad.

“No han generado ningún desarrollo económico para nuestro pueblo, pero sí nos ha dejado sin agua”, acusó Gloria, una de las inconformes, al referir que hay escases del recurso para uso doméstico.

A falta de la mediación de las autoridades, para dar una salida al conflicto, el sábado 27 de marzo iniciaron un festival y talleres en defensa del agua en el que también participaron niños, por el inicio del periodo vacacional de primavera.

Desde entonces se han desarrollado talleres de náhuatl, dibujo y pintura, así como obras de teatro, una rodada feminista, la caravana de niños en defensa del agua y hasta un viacrucis ecológico.

A lo largo de los últimos meses, pobladores de los pueblos circunvecinos de Tlautla, Coronango, Cuanalá, Colonia Ángeles, Almoloya, Nextetelco, Ometoxtla y Cuapan, entre otros, han manifestado su inconformidad por la carestía y sequía de agua en los pozos artesanales de la región.

Los lugareños culparon a Bonafont de la sobreexplotación de los manantiales que se alimentan de la “gran fábrica de agua” que produce el deshielo de los volcanes.

Los manantiales de Tehuacán tienen dueño y son trasnacionales

Geográficamente, Zacatepec y Tlahuapan se encuentran en la misma región del Izta-Popo. A dos horas de distancia en vehículo, se ubica la tercera embazadora de agua no menos importante, Keurig Dr. Pepper.

Al municipio de Tehuacán se llegó a instalar esta compañía estadounidense, en 1992, luego de adquirir “Grupo Peñafiel”, con un legado de 70 años de historia.

En la Repda de la Conagua, la compañía estadounidense únicamente aparece con una concesión (10PUE101469/28FMDL16), bajo el nombre de “Manantiales Peñafiel SA de CV”. El título es para explotar aguas subterráneas por 1 millón 130 mil metros cúbicos anuales, emitida el 19 de julio de 1995.

Dr. Pepper se ha convertido en una de las principales empresas de bebidas en el país, y cuenta con más de 50 marcas en el mercado mexicano como Peñafiel, Squirt, Clamato, Crush, Aguafiel y Canada Dry.

A diferencia de las localidades anteriores, en Tehuacán hay una mayor explotación del agua subterránea para embotellar bebidas carbonatadas, sin que existan movimientos sociales en contra de estas empresas, a las que consideran proveedoras de empleo.

En 2019, el agua mineral que embotella Dr. Pepper presentó una elevada cantidad de arsénico.

Un estudio de la revista estadounidense Consumer Reports confirmó que el nivel de arsénico fue de 18.1 partes por billón (ppb) en el agua mineral producida en la planta de Puebla, cuando el límite es de 10 ppb.

Derivado de esta situación, la compañía cerró por dos semanas la planta de Tehuacán, mientras hubo protestas y manifestaciones de la población en apoyo a la trasnacional.

En este municipio, con una historia de consumo del agua mineral que data desde el emperador Moctezuma, como se lee en la placa de entrada de la embotelladora que fue del Grupo Peñafiel, se encuentran asentadas con título de concesión seis empresas más: Garci-Crespo SA de CV, Manantiales San Francisco SA de CV, Bebidas Purificadas de Tehuacán SA de CV, Balseca SA de CV, Cott Embotelladores de México SA de CV y Manantiales Peñafiel.

Todas alegan que no afectan a los problemas de abasto de agua que ya se presentan en la región por tratarse de la explotación de aguas subterráneas.

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