En los fuertes de Loreto y Guadalupe, sitios emblemáticos de la historia de Puebla y el país, pues en ellos se libró la batalla del 5 de mayo de 1862 donde las tropas francesas fueron vencidas por el ejército mexicano, finalizaron las labores de restauración coordinadas entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el gobierno de Puebla.
Con recursos por más de 15 millones de pesos, fueron atendidos estos edificios que fueron reabiertos en el marco de la conmemoración por los 37 años de la inscripción del Centro Histórico de Puebla en la Lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), celebrado este 11 de diciembre.
Por medio de un comunicado, se informó que ambos edificios fueron “atendidos integralmente” a través de la Secretaría de Infraestructura estatal.
En ese sentido, el director del Centro INAH Puebla, Manuel Villarruel Vázquez, informó que en el Museo de la No Intervención, Fuerte de Loreto las acciones se realizaron entre el 13 de septiembre y el 9 de noviembre de 2024. En dicho espacio, detalló, se realizaron labores de impermeabilización, pintura de espacios interiores y exteriores (muralla, foso y baluarte), y conservación preventiva de la portada de la capilla.
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En tanto, expuso que del 13 de septiembre al 11 de diciembre el Museo Fuerte de Guadalupe fue objeto de una obra mayor, la cual consistió en la sustitución de la cubierta general de su edificio. Este trabajo, dijo, implicó una reingeniería total sobre el monumento histórico, ya que la techumbre anterior tenía problemas de origen en cuanto a bajadas pluviales y seguridad estructural; además, se realizaron trabajos de mantenimiento al interior y al exterior del inmueble.
Como es sabido –explicó el arquitecto Manuel Villarruel– la batalla del 5 de mayo de 1862 fue un enfrentamiento armado con ataques franceses a la línea defensiva formada por los fuertes de Guadalupe y de Loreto, intentando posesionarse de ambos puntos para, desde allí, bombardear la ciudad de Puebla y tomarla fácilmente. Sin embargo, continuó, la estrategia del ejército mexicano dio un giro con el liderazgo del general Ignacio Zaragoza.
Por tanto, el director del Centro INAH Puebla consideró que los fuertes de Loreto y Guadalupe son lugares vivos “que nos hacen recordar con orgullo a esos ‘valientes hijos de México’, que lucharon por la libertad de una nación.
En suma, consideró que “visitarlos, pisar el suelo donde soldados y civiles dieron su vida para evitar una intervención extranjera, es conocer la historia de personajes y recordar, a través de estas fortalezas, nuestra identidad colectiva”.
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Destaca que el popularmente conocido Cerro de los Fuertes es un espacio de relevancia para locales y visitantes, toda vez que alberga no sólo los fuertes sino el Museo Regional de Puebla, adscrito al Centro INAH Puebla, y de otros recintos estatales como los museos de la Evolución e Interactivo del 5 de Mayo.
El Museo Fuerte de Guadalupe, ubicado en la cima de la zona histórica donde se libró la batalla del 5 de mayo de 1862, es un museo de sitio cuya temática trata acerca de la historia del monumento histórico en sus distintas etapas: como ermita de san Cristóbal en el siglo XVI; templo en honor de nuestra señora de Belén, durante los siglos XVII y XVIII, mismo que a finales del siglo XVIII cambió advocación y en 1816 se reestrenó una nueva iglesia de planta basilical en honor de la virgen de Guadalupe.
Por supuesto, refiere a la batalla del 5 de Mayo de 1862 en la que combatientes mexicanos se impusieron al ejército francés, considerado el mejor del mundo en ese entonces. Abierto en septiembre de 2012, el museo también cuenta con una sala para exhibiciones permanentes así como salas de exhibición temporal.
A su vez, el Museo de la No Intervención Fuerte de Loreto está dividido en tres partes: la capilla, la casa del capellán y el cuartel militar. Alrededor de este edificio se encuentra una explanada, la cual está rodeada por cuatro bastiones o baluartes de tipo circular. Asimismo, el fuerte está circundado por un foso.
El inmueble histórico consta de una sola planta y su exposición permanente se divide en siete salas, comenzando por la dedicada a la capilla de la Virgen de Loreto.
Su recorrido que tiene como eje central el papel del Fuerte de Loreto en las diferentes luchas armadas sucedidas en México, desde la Independencia hasta la restauración de la República, sin dejar de lado la representación de la arquitectura militar y algunos rasgos de la vida cotidiana del país en diversos periodos del siglo XIX.