A primera hora de este miércoles, trabajadores de la planta de lavado del IMSS Metepec pararon labores en protesta porque el gerente José Ricardo Barrientos Rojas les negó el permiso para que este día sean vacunados contra la Covid-19.
Debido a esta situación, el personal que la lavandería que otorga el servicio a todas las clínicas y hospitales del IMSS de los estados de Puebla y Tlaxcala, decidió frenar sus actividades para presionar al directivo.
La inconformidad la hicieron pública a través de redes sociales, donde responsabilizaron a Barrientos Rojas de cualquier situación que ponga en riesgo su salud y su vida.
Llama la atención la postura que asume el gerente de este centro de lavado, cuando fue aquí cuando se presentó el caso del primer trabajador del IMSS que falleció por un contagio de Covid-19, ocurrido el 8 de abril del año pasado.
Por la mañana, una unidad vehicular del gobierno federal se instaló en Metepec para aplicar la segunda dosis de la vacuna anti Covid a adultos mayores y al personal de salud, a fin de completar el esquema de inmunización.
Sin embargo, exhibieron que sin argumento alguno el gerente de la planta de lavado les dijo que no podrían abandonar sus áreas laborales.
El pasado 24 de marzo, trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Metepec participaron en una protesta que también reunió a personal de la Clínica 34 para exigir la aplicación de la vacuna.
En abril del año pasado, la trabajadora de la planta de lavado, Sandra Luz Cazares Jiménez, con matrícula laboral número 10338888, falleció tras dar positivo a la prueba de Covid-19.
Sindicalizados denunciaron que el fallecimiento de su compañera fue por “negligencia patronal y médica”.
De acuerdo con los trabajadores, Sandra Luz presentó los síntomas de coronavirus desde finales del mes de marzo, y en tan solo una semana perdió la vida.
Relataron que a pesar que la sindicalizada dio aviso al administrador de su unidad médica, “la dejaron salir de su área para atenderse hasta el martes 7 de abril, falleciendo al siguiente día”.
Su muerte puso en peligro no solo a sus compañeros de la planta de lavado, sino a los más de 14 mil empleados de todas las Unidades Médicas de Puebla y Tlaxcala, pues esterilizan la ropa de cama y batas de pacientes y personal médico de las clínicas y hospitales de ambos estados.