Alrededor de 2 mil 500 integrantes de la Sección 25 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (Sntsa) protestaron ayer en Puebla para exigir solución inmediata a la crisis que enfrenta el sector: desabasto de medicamentos, falta de personal y equipo, así como la recodificación de plazas. La protesta inició frente a las oficinas centrales de la Secretaría de Salud y del IMSS Bienestar; posteriormente, el personal marchó hasta llegar a Casa Aguayo, sede del Ejecutivo estatal.
Durante casi tres horas, representantes sindicales encabezados por Julio Alfredo García, secretario general del Sntsa, negociaron con funcionarios de la Secretaría de Gobernación estatal. Como resultado, lograron la remoción de Merari Hernández Aguilar, directora de Operación de Personal. Además, acordaron instalar una mesa de diálogo para abordar el déficit de insumos y personal, así como la remoción de los titulares de Salud y del IMSS Bienestar, Carlos Alberto Olivier y Jerónimo Lara Gálvez, respectivamente.
Entre los acuerdos alcanzados destacó el compromiso de no aplicar represalias ni descuentos salariales a quienes participaron en la manifestación. Los delegados sindicales debían entregar, a partir de ese jueves, los listados de asistentes para garantizar el cumplimiento de este punto.
A partir de la semana siguiente, se programaron reuniones de trabajo para tratar no solo los puntos del pliego petitorio, sino también otras demandas que no habían sido incluidas inicialmente. Entre ellas figuraron la recodificación de plazas para odontólogos y químicos, la profesionalización del personal de enfermería, la asignación del concepto 30 para quienes laboran en condiciones de riesgo, la prioridad en cambios de adscripción para trabajadores de base y la revisión de plantillas para una mejor distribución de turnos, siempre respetando las condiciones generales de trabajo.
El secretario general subrayó que se dará prioridad a los trabajadores de base en los programas de cambios de adscripción y se respetará la representación de las tres secciones sindicales en el estado.
También se acordó que no se permitirá la transición del personal regularizado y formalizado al IMSS Bienestar sin garantías laborales, y se presentará la solicitud correspondiente ante la dirigencia nacional para definir el estatus de los trabajadores transferidos.
La jornada estuvo marcada por largas horas bajo el sol, en donde los trabajadores, provenientes de municipios como Huauchinango, Xicotepec, Zacapoaxtla, Tetela de Ocampo y Tlatlauquitepec, se cubrieron con sombrillas, gorras y pancartas, y consumieron botanas y tortas para resistir el hambre, ya que se les pidió no abandonar el sitio hasta la conclusión de la reunión. El ambiente se mantuvo tenso ante la falta de respuesta inmediata a la demanda de destitución de los titulares de Salud y del IMSS-Bienestar, así como por el rezago en el abasto de medicamentos.
“Todo el pliego petitorio se va a lograr, ya hay acuerdos, pero hay tiempos”, expresó Julio Alfredo García, quien aseguró que cada tema se resolvería a través de las mesas de trabajo y que los avances serían informados de manera gradual.
El sindicato advirtió que, de no cumplirse los acuerdos, recurrirán a un paro laboral en las unidades médicas del estado. Las siguientes negociaciones se realizarán únicamente con la Secretaría de Gobernación estatal y autoridades federales del IMSS-Bienestar, excluyendo a los actuales titulares de este organismo en Puebla y de la Secretaría de Salud, hasta que sea un hecho su remoción.
Déficit de medicamentos y saturación hospitalaria
La crisis hospitalaria se agudizó, según testimonios de médicos como Víctor Hugo Juárez, adscrito al Hospital General del Sur, quien detalló que la falta de insumos y medicamentos afecta la atención de pacientes en áreas críticas y de especialidad.
Entre los fármacos ausentes están: norepinefrina, dopamina, soluciones de rescate, analgésicos y medicamentos específicos para gastroenterología y dermatología, así como materiales básicos como soluciones Hartman y fisiológicas, nitroprusiato, vasopresina, diazepam, buprenorfina, gluconato de calcio, hidrocortisona, clonixinato, lisina, tramadol, budesonida, combivent, norepinefrina y epinefrina.
En dicho nosocomio, solo hay 18 camas de observación y 14 de estabilización, pero cada mañana son atendidos un promedio de 60 pacientes, lo que evidencia la saturación y precariedad de los servicios.
La falta de recursos también impacta en la operatividad de los equipos médicos. Cuando falla una radiografía, se recurre al tomógrafo para estudios sencillos, lo que desgasta equipos de alta complejidad y retrasa diagnósticos.
La protesta de los trabajadores de la salud en Puebla reflejó una crisis estructural en el sistema público, que pone en riesgo la atención médica y la integridad tanto del personal como de la población.