Vecinos y activistas de la colonia La Luna, ubicada al sur de la capital del estado, denunciaron daños al medio ambiente en la reserva que lleva el mismo nombre a causa de un tiradero clandestino de desechos de construcción y de basura en general, sin que hasta la fecha tengan respuesta por parte de alguna autoridad de los tres niveles de gobierno.
En un recorrido por el lugar mostraron como el cascajo provoca la muerte de los pinos de la zona, los cuales al no absorber agua del subsuelo se comienzan a secar sus ramas.
Más de una decena de árboles se encuentra en esa situación y otras decenas más parecen estar condenadas al mismo destino.
Al mismo tiempo, ante la presencia del tiradero los pobladores corren el riesgo de que los montones de basura con más de 10 metros de altura se puedan venir sobre sus casas debido a las lluvias y la inestabilidad del terreno.
Los afectados narraron que sin mayor reparo personas desconocidas a bordo de camiones de volteo llegan a la que está considerada como una reserva ecológica por la comuna y descargan toneladas de desperdicio de construcción, sin que alguna autoridad se los restrinja.
Adicionalmente en al interior del bosque se generaba un riachuelo que bajaba hasta la zona del fraccionamiento Los Héroes, el cual en la actualidad se encuentra prácticamente seco.
Durante el recorrido se observó que ante las constantes lluvias se recargó de manera tenue el manto acuífero con agua limpia pero para los denunciantes es solo la antesala a que no vuelva a aparecer en el futuro.
En su opinión el cascajo arrojado en la zona ecológica de La Luna es el primer paso para la instalación de proyectos inmobiliarios al amparo o con la complacencia de las autoridades.
Agregaron que denunciaron este delito ante el ayuntamiento e instancias federales sin que a la fecha se haya hecho alguna acción para detenerlo.
Recordaron que tuvieron una reunión con autoridades municipales, las cuales se comprometieron a detener el daño ambiental a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y la de Infraestructura, sin que hasta la fecha algún funcionario municipal se haya parado por la zona siquiera para conocer en el sitio los daños documentados en fotografías.
Con las precipitaciones pluviales ha crecido hierba sobre los restos de la construcción arrojados en el bosque, pero con el tiempo la acumulación de desperdicios ha alcanzado una altura superior a los 10 metros.
En contraste a este daño ambiental, en febrero de este año, la propia Secretaría de Desarrollo Urbano municipal, afirmó que para corregir el déficit de seis metros cuadrados de áreas verdes por persona en el municipio se requieren de entre 10 y 15 años de reforestación.
En conferencia de medios, la dependencia municipal informó que en Puebla hay un promedio de tres metros cuadrados de áreas verdes por persona, pero se requiere de al menos nueve según los estándares internacionales, por lo que hay un déficit de seis metros cuadrados por persona.
Al respecto, los vecinos destacaron que si hay un déficit de áreas verdes en el municipio no se puede entender que no se protejan y preserven las existentes.