Yorgos Lanthimos (El sacrificio del ciervo sagrado, La favorita, Pobres criaturas) es ya una “marca” contemporánea, con lo cual cada nuevo film suyo resulta muy esperado. El más reciente es Tipos de gentileza (Kinds of kindness), “fábula de tres partes” (Lanthimos dixit) en la que los intérpretes centrales –Emma Stone, Willem Defoe, Jesse Plemons, Margaret Qualley, Mamoudou Athie– encarnan distintos personajes. Estrenó en Cannes dividiendo opiniones, reconociéndose a Plemons como el mejor actor del certamen. Las tres partes de la película, sin relación entre ellas, tienen nombre: La muerte de R.M.F., R.M.F. está volando y R.M.F. se come un sándwich (no se vayan de sus butacas antes de concluir los créditos). ¿Y quién es R.M.F.? El único denominador común del trío de argumentos; de hecho, un personaje casi incidental, de apenas 3-4 minutos de pantalla y sin diálogos, al que Lanthimos no concede una explicación sustancial al menos menor. Veamos…
En La muerte de R.M.F. el protagonista central es Robert (Plemons), ejecutivo cuya vida diaria está controlada, en todo y al detalle, por Raymond (Defoe), un poderoso hombre de negocios. Raymond protege y favorece a Robert, a cambio de que él obedezca todas sus órdenes: las menores y las mayores, sean o no razonables. Tal es la marcha de las cosas, hasta el día en que Robert se niega a matar al tipo que le ordena Raymond, cuyas iniciales son R.M.F.. A partir de esto, Raymond retira todo apoyo a Robert, cuya existencia rápido cae en desgracia (cual lo remarca a cada momento la ominosa música de Jerskin Fendrix). Desde luego, uno se pregunta quién es R.M.F. y por qué Raymond lo quiere muerto. ¿Llegaremos Robert y nosotros a saberlo?
También puedes leer: Nuestro Alain Delon de toda la vida
En R.M.F. está volando, el núcleo protagonista es Daniel (Jesse Plemons), oficial de policía cuya esposa Liz (Emma Stone) lleva días perdida en el mar –temiéndose se haya ahogado– después de un naufragio. Pero Liz es rescatada y regresa a casa, si bien Daniel va notando evidencias que la demuestran diferente; tanto, que comienza a dudar de que “esa mujer” en verdad sea su esposa. A partir de esto, Daniel se transforma –él sí– en un ser cruel, helado, desconocido, que somete a Liz a actos extremos en busca de descubrir su identidad real. De nuevo, Lanthimos germina preguntas, dejándonos a la espera de las respuestas; v.g. la supuesta (inviable) suplantación, ¿por quién y para qué? Y en cuanto a Daniel, ¿a razón de qué sus dudas se convierten en maldad y desquicio?
Finalmente, en R.M.F. se come un sándwich la protagonista central es Emily (Emma Stone), perteneciente a una secta enfrascada en la frenética búsqueda de una joven especial, capaz de resucitar a los muertos. El fracaso de Emily en encontrarla –y su quebrante a algo reglamentario– motivan su humillante expulsión de la secta, ante lo cual más se obsesiona ella en encontrar a la mencionada guía espiritual. ¿Porque le debe eso a la hija pequeña que abandonó? ¿Es por eso que conduce su Challenger morado a velocidades enloquecidas, de suicidio? Sí o no, de la nada Emily se da el tiempo para mandarse un bailongo memorable.
Coescrita por Lanthimos y su colaborador de muchos años Efthimis Filippou, Tipos de gentileza hace de “provocar” parte fundamental de su concepto, entre las tensiones y los desasosiegos de personajes distantes, extrañamente secos. Aún así, la cinta más se siente intrigante, engañosa, que perturbadora. Si bien sus aristas son identificables (coerción, control tóxico, sumisión, pérdida, ausencia), hay aquí “ideas”, “estímulos”, más que relatos conducentes a conclusiones significativas. Eso sí (a-la-Yorgos-Lanthimos), la realización formal es rica, muy sugerente, con un clima de absurdo y sorpresas ocupando el lugar de un argumento en apariencia ausente, al menos en términos racionales. Pero ya saben: maybe that’s the whole point. De esos films, pues, que reclaman una segunda mirada, sí o sí.
Te podría interesar: Tercio final del año: los films que urge ver