El “crako”, “piedra” o “mate” como comúnmente se conoce al cristal es una droga que ha atrapado a poblanos que se encuentran principalmente entre los 12 y 25 años, pues son los que más la consumen, ya que está al alcance de cualquiera que cuente con 100 pesos en la mano para comprar una sola dosis.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal (Ssa), el cristal es la cuarta droga de mayor consumo en la entidad poblana después del alcohol, el tabaco y la marihuana, según datos actualizados hasta 2019.
El cristal es una substancia sintética, variante de la metanfetamina y se distingue por la forma de cristales blanquiazules. Actúa directamente en el sistema nervioso central y aumenta de manera importante la dopamina, que es un neurotransmisor relacionado con la experiencia del placer y de la felicidad; este efecto está directamente relacionado con su capacidad de adicción.
Únicamente durante el mes de junio la Policía Estatal realizó por lo menos 15 aseguramientos de presuntos narcomenudistas que poseían dosis de cristal, lo que implicó un caso cada dos días.
¿Qué tan fácil es adquirir la sustancia?
La facilidad de adquirir una dosis de cristal en Puebla consiste en ingresar a grupos de facebook que son públicos y en los que se ofrecen incluso catálogos de esta droga, se comparten números de whatsapp para contactar a narcomenudistas y hasta videos de formas de cómo consumirse.
Algunos de los grupos identificados por La Jornada de Oriente son “La reyna del criko de Puebla” y “Crikeros 24-7”, en donde se hacen ofertas tales como un gramo en 200 pesos, dos gramos por 300 pesos, cuatro gramos por 500 pesos.
Incluso se señala que hay cristal de sabores cuyo costo es de 250 pesos por un gramo, 400 pesos por dos gramos y 700 pesos por cuatro gramos o incluso una onza, que equivale a 24 gramos por mil 900 pesos. Además se cotizan “pipas”, que son una especie de focos para fumar el cristal en 60 pesos.
En esos grupos se indica que hay entregas en diversos puntos de la ciudad e incluso de la zona conurbada, como San Andrés y San Pedro Cholula.
“¡Servicio a domicilio! Costo extra por envío (dependiendo de la distancia). Entregas sin costo al sur. A cualquier parte de Puebla, pero ojo tú pagas el envío”, se indica.
Consuelo Cruz Galindo, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del municipio de Puebla capital, subrayó que según investigaciones de la dependencia se ha detectado la venta de cristal en mercados de la ciudad.
No obstante, la funcionaria municipal se reservó “por razones de inteligencia”, en qué mercados se ha identificado la venta de esta droga.
Únicamente mencionó el Mercado Unión, ubicado al norte de la ciudad, junto al Hidalgo, donde recientemente se realizó un operativo, sin revelar los resultados del mismo.
Adolescentes y jóvenes, los que más consumen
El rango de edad en el que se registra el mayor consumo de cristal, droga sintética altamente adictiva que puede llevar en poco tiempo a la muerte, es entre los 12 y los 25 años, reveló Eduardo López Villalobos, coordinador de la Clínica Médica de Urgencias de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Por su parte, Consuelo Cruz Galindo, secretaria de Seguridad Ciudadana del municipio de Puebla capital (SSC), subrayó que se ha detectado el consumo del estupefaciente a edades tan tempranas como los 12 o 13 años, mientras que se ha identificado su venta principalmente en mercados de la ciudad como el Unión, donde se han realizado operativos para desarticular bandas criminales.
En entrevista con La Jornada de Oriente, el catedrático de la UPAEP Eduardo López subrayó que en su rama de estudio y práctica médica se ha detectado que son los jóvenes los que más consumen esta droga que en México se conoce como cristal, en Estados Unidos como ice, pero que químicamente se le denomina metanfetamina.
Subrayó que de 2006 a la fecha se ha disparado el consumo de esta droga en Puebla debido a diversas causas, entre estas el costo accesible y la facilidad para conseguirla, similar en ambos casos a la marihuana, ya que como esta es más barata que la morfina y la cocaína.
“Considero que ya compite con el consumo de marihuana. Siempre que agarran a un narcomenudista todos traen cristal y marihuana. Ahí nos damos cuenta del repunte que ha tenido esta droga. Entre los 12 y 25 años es el rango de edad que más consumen este tipo de drogas. Hay gente más grande que consume otro tipo de estupefacientes”, subrayó.
Sostuvo que el incremento del consumo es notorio en jóvenes de secundaria o preparatoria, debido a que se trata de una droga “enfocada a la población escolar”, pero también se ha identificado que la usan personas del mismo rango de edad que no estudian y consumen drogas.
Sostuvo que otras de las razones por las que es alto su consumo es que se trata de un tipo de droga que puede inyectarse, ingerirse, fumarse e inhalarse, por lo que tiene muchas formas de ingresar al organismo.
¿Cuáles son los efectos en el cuerpo?
Una tercera razón por la cual el cristal tiene un alto consumo entre los jóvenes es porque genera satisfacción, ya que estimula principalmente la producción de dopamina, una sustancia que genera normalmente el cerebro.
“Una persona que consume este tipo de drogas se sobreestimula. Anda muy acelerada, con mucha movilidad. No detectan el cansancio mientras tienen el efecto de la droga”, acotó.
El especialista subrayó que aunque la droga puede sobreestimular el cuerpo para provocar la pérdida de sueño, el rebote es peor.
Entre los efectos nocivos a la salud está la taquicardia, que es la aceleración del corazón desde los 120 a los 140 latidos por minuto, lo que puede provocar un infarto en una persona que no acostumbra hacer ejercicio.
Expuso que otro problema son las arritmias cardiacas, entendidas como cambios de ritmo en el corazón, los cuales pueden provocar la muerte, en tanto que un consumo alto de la droga también produce hipertensión por el incremento de la presión arterial, lo que puede llevar a una embolia a nivel del cerebro o un infarto por los daños al corazón.
Otro efecto, a decir del especialista, es la hipertermia, es decir un incremento de la temperatura por encima de los 38 grados y hasta los 40 que puede llevar a un síncope y también provoca anorexia, es decir que la gente deje de comer.
Subrayó que a mediano y largo plazo la droga produce daños a nivel estructural, debido a que es neurotóxica, lo que genera deficiencia del estado intelectual y deterioro de las capacidades cognitivas.
Sostuvo que también se trata de una sustancia neumotóxica, lo que implica que al ser inhalada provoca daños al pulmón y a los bronquios y es hepatotóxica, lo que significa que se metaboliza en el hígado, por lo que un consumo prolongado puede provocar hepatitis y cirrosis.
Un consumo constante del estupefaciente tiende a dañar el riñón y a largo plazo llevar a la insuficiencia renal crónica.
El especialista alertó sobre el alto nivel de adicción que genera el cristal, comparado con el uso de la heroína, lo que equivale a que es muy difícil dejar de consumirla.
Manifestó que ha conocido casos de personas que en su intento de salirse de la adicción han encontrado antes la muerte por los daños severos a la salud que les ha causado.
Agregó que tanto el nivel de adicción como los daños a la salud se relacionan también con la combinación del cristal con otras sustancias como el alcohol y las bebidas energizantes para “acelerarse más”, “como dicen los jóvenes”.
Destacó que la muerte súbita o paulatina de un consumidor depende de la cantidad de droga que usa, si hace ejercicio o no, así como otras afecciones en el organismo.
El especialista acotó que en su práctica en urgencias médicas ha recibido casos de personas que tienen que ser hospitalizadas por ingerir cristal.
Indicó que en la mayoría de los casos se trata de jóvenes que niegan haber consumido la droga, principalmente porque no quieren que sus padres se enteren, sin embargo, al hacer una prueba antidoping se detecta el narcótico.
“Los pacientes llegan con cuadros delicados como taquicardias, dificultad para respirar e incluso pequeñas hemorragias intercranianas, daños en el hígado y los riñones”.
Agregó que se usa la sustancia conocida como naloxona para desintoxicar el cerebro como una manera de tratar al paciente.