Atlixco. “Hola. Soy Grisel Cerrillo. Una artesana atliscense. Y aprendí este trabajo a raíz de la pandemia de COVID-19. Concretamente en junio del 2020, justo al arranque de mi ansiedad por el encierro”.
De la anterior manera se presentó con La Jornada de Oriente, en medio de nerviosismo, ésta mujer. Sin pretenderlo encontró una cura para salir de su problema psicológico generado por el coronavirus.
“Logró ayudarme mucho agarrar el gancho y el estambre y aprender a tejer. Terminé diseñando una muñeca representativa de este lugar: La China Atlixquence, la danzante en el Atlixcáyotl. Aquí está el resultado”, agregó.
Cuestionada sobre cuánto quiere a su creación, la entrevistada con algo de nostalgia apuntó: “¿Cuánto la quiero? Sinceramente muchísimo. Vamos a rifarla para obtener algo de dinero pero alcancé a tomarle demasiado cariño y ya no quiero. Estoy arrepentida de entregarla de esa manera. No queda otra y confeccionaré una más para quedármela”, soslayó.
Dijo el convertirse en creativa o artesana de plano resultó la respuesta requerida para no sucumbir psicológicamente. “De plano centraba toda la atención en hacer cada uno de los detalles de esa pieza”, reviró.
Cerrillo siguen ganando en las redes sociales más seguidores y clientes. “Las ventas muy bien. Ahí la llevo. Incluso aún no tengo tiempo para tejer la mía por cumplir varios pedidos de muñecas más pequeñas. En eso invierto el tiempo y esfuerzo”, apuntó.
Tres años después de esa crisis y con una manera distinta de vislumbrar el mundo, Grisel aceptó “estar más tranquila. Muy relajada. La enfermedad no logra afectarme tanto como aquel año. Sigo feliz. Ojalá la gente conozca esto hecho con mucho amor y dedicación”.
Cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) refieren ese pandemia afectó a seis de cada 10 humanos psicológicamente.