El actor y director del teatro Paco Gutiérrez apuesta al escenario internacional. Continuando con el ímpetu y la labor del año pasado, este 2019 estará marcado por la visita y la presentación de diversas piezas teatrales en foros y festivales de Sudamérica.
Dicho periplo comenzará en Chile en dos momentos distintos: el próximo 17 de enero en Llongocura, con el Festival internacional de teatro La Trilla de las Artes que dirige Héctor Fuentes, y continuará del 21 al 26 de enero como parte de la edición número 24 del Encuentro Internacional de Teatro en Chillán (Entepach), que coordina Viviana Moscoso.
Durante una entrevista, Paco Gutiérrez señala que sus participaciones en este país, tienen que ver con el trabajo hecho en 2018 con la compañía Gestos que él dirige y que lo ha llevado a trabajar con el actor peruano Juan Maldonado y su hijo Marco Gutiérrez, y a montar piezas del dramaturgo y libretista de televisión Alejandro Licona, como Inagada la vida, Sor Raimunda y La salvaja.
Agregó que además del trabajo propio con Gestos, el año pasado se caracterizó por el trabajo conjunto con la actriz uruguaya Ilse Olivera y el dramaturgo boliviano Elías Serrano, con quienes montó el monólogo Crítica de la razón puta y formó la compañía independiente Cuarto telón.
El actor, quien prepara la que será su autobiografía La pulga habladora, mencionó que, aunado a esta pieza, dirigió otros cuatro monólogos, entre ellos El baratillo de máscaras del escritor ecuatoriano Pepe Rivera, y Yo tenía una mamá foca, ésta última presente en foros de Argentina, Ecuador, Uruguay y Perú.
Todas ellas, precisa Paco Gutiérrez, son obras que atañen a problemáticas y temáticas sociales comunes en cualquier parte del mundo, como es el maltrato a los viejos, la violencia hacia las mujeres y la equidad de género, por lo que surge la identificación con los diversos públicos.
Refirió que su trabajo en el sur del continente americano ha implicado la presentación de sus piezas en comunidades donde no existe un público ni foros ni esfuerzos del teatro, sino que son experiencias primeras con la disciplina que implican otras prácticas comunitarias como sucedió en una comunidad de Ecuador donde, al finalizar la obra, artistas y público compartieron mote –maíz- con queso.
“En Argentina y Uruguay –apreció el director de Gestos- el público es más calculador, más frío, y se guardan el aplauso para el final. Así lo sentí en el festival Entre ríos, donde la respuesta se dio al final”.
Concluyó que con 32 años en el teatro y con la experiencia obtenida en países del sur, la apuesta es llegar a Europa, un propósito que se mezcla con la escritura de La pulga habladora, la autobiografía que abarcará de los 4 a los 12 años, una etapa particular del actor y director “difícil pero que valía la pena contar” con un lenguaje cotidiano y de tono gracioso.
En esta autobiografía, aparecerán los oficios, los accidentes, las aventuras y los acercamientos al teatro de un niño que creció en la colonia Herón Proal de la delegación Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, que lustraba calzado y acompañaba a un payaso, hasta que deslumbrado vio una versión de El médico a palos, sin saber que se trataba de un clásico escrito por el francés Molière, obra que lo engancharía al mundo del teatro.