“Bien mereces, rebozo,
que hilen tu urdimbre
nuestras patrias ruecas;
que te adornen nativas amapolas
y que te arrullen, brava o dulcemente,
las notas de “La Marcha Zacatecas”
o el mestizo vals “Sobre las Olas”.
Fragmento del poema Piropos al rebozo, 1938
Gregorio de Gante
Una de las prendas del vestuario femenino tradicional de México ha sido desde hace cuatro siglos el rebozo, el cual hasta hace poco se veía por todas partes, particularmente usado por mujeres y niñas de condición social pobre, pero a partir del último tercio del siglo xx esta prenda envolvente está quedando en desuso ante la invasión de las modas uniformes que promueven las grandes corporaciones trasnacionales que se convierten en los jueces del gusto cultural y a los que la mayoría de las mujeres y hombres los consideran como inspiraciones emanadas de la perfección divina. Aún recuerdo que muchas mujeres del pueblo portaban su rebozo que les cubría del fresco matutino, les servía para trasladar al chamaco en la espalda, también para transportar alguna mercancía o para lucir su palmito jugando coquetamente con el rapacejo y los flecos, entornando los ojitos de “apipizca” con una furtiva mirada de soslayo dirigida a algún prójimo “de no malos bigotes”, porque la consecuencia es que “si se atora en mi rebozo, la culpa es del rapacejo”.
Rebozo ¿de dónde vienes? ¿será de san Juan del Río?
La palabra rebozo proviene de la lengua castellana y al parecer se relaciona con embozo que significa “Encubrir el rostro no del todo, sino por la parte inferior hasta casi los ojos y porque lo principal que se tapa y encubre es la barba y la boca donde está el bozo, por esta razón se dice embozar”, esto se lee en el tomo tercero del “Diccionario de Autoridades de la Lengua Castellana” (1732)[1]. Coinciden con esta acepción los diccionarios de Corominas[2], el de María Moliner[3] y el de don Francisco J. Santa María[4] y se agrega “disfrazar, encubrir, ocultar, con palabras o con acciones alguna cosa, para que tan fácilmente no se conozca o no le perciba y entienda” con lo cual se trata de una prenda de recato, al igual que el velo, que se exigía a las mujeres, hasta hace poco tiempo, cuando entraban a alguna iglesia.
Pero el origen de esta prenda no está claro y como siempre hay varias opiniones. Algunos afirman que se trata de un atavío español, otras que procede de Asia —Persia y la India— y algunos más que tiene su origen en una prenda femenina mexica llamada mamalli o mamatl que era una especie de capa que se puede identificar en algunas figurillas mayas de Jaina, Campeche o en el Códice Mendocino; en un dibujo de la parte inferior de la lámina 52 (partida segunda) de dicho códice se ve a una mujer llamada amanteça (amanteza, relacionada con los amantes) llevando a cuestas, mediante un lienzo, a una recién desposada como correspondía a la ceremonia matrimonial mexica. En el Vocabulario de fray Alonso de Molina (1571) se puede consultar la palabra nequatlapacholoni[5] que significa velo o toca de mujer y que podría corresponder a un lienzo prehispánico, tal vez un antecedente del rebozo. Finalmente se ignora su origen, así como el primer centro productor de rebozos en México; aunque bien sabemos “que cada viejito, alaba su bordoncito”.
Inspiración ardiente de los poetas y músicos
Muchas son las menciones al rebozo en la literatura, particularmente en la poesía y en la música. Prácticamente no existe erudito mexicano alguno y unos cuantos extranjeros que, desde el siglo xix, no haya dedicado líneas y textos completos al rebozo, por supuesto que en algunos de estos predominan las alabanzas nacionalistas y los ditirambos poéticos “amelcochados”. Sin embargo, justo es reconocer, que existen textos que buscan en la documentación y en el trabajo de campo información seria y objetiva con el propósito de indagar el origen, la etimología, las técnicas, los centros productores, así como las múltiples funciones culturales que tiene asignadas este lienzo tradicional. Les ofrezco algunas canciones costumbristas con el tema del rebozo:
“Rebozo, rebozo, de Santa María.
Mestizas que bailan, llenas de alborozo,
entre los encantos mil de mi vaquería.”
(…)
Ponte tu terno bonito
y tu cinta colorada,
quiero que estés bien peinada
cuando bailes “El torito.”[6]
Qué tal “La del rebozo blanco”
Ese rebozo blanco que llevo puesto
y entre bromas y risas viene luciendo.
Nadie sabe las penas que lleva dentro,
nadie sabe las penas que va cubriendo
Y en vez de arrinconarse triste a llorar
Hoy se viste de boda como una novia
Con su rebozo blanco para cantar
¡Ay quieeen pudieraaaa…![7]
Otra más
“Ya te he seguido un año mujer,
cada vez que te miro
te escondes tras
del rebozo mi bien
Nada más veo tus chapitas mujer,
porque aprieta esos ojitos
y no me los dejas ver.”[8]
Y no podía faltar…
“¡Ay de mí! llorona,
llorona, llévame al río.
¡Ay de mí! llorona,
llorona, llévame al río
Tápame con tu rebozo, llorona,
porque me muero de frío.
Tápame con tu rebozo, llorona,
porque me muero de frío.”
La canción “El rebozo mexicano” cantada por la primera Sofía Álvarez y de la inspiración de Enrique Cortázar y Manuel Esperón; “La Patita” de Cri Cri, “La señora del rebozo” interpretada por la banda “La Fascinante”, del merito Zirahuén, Michoacán; “El rebozo” interpretado por Juan Mendoza,” El Tariácuri”, y cuyo autor es Clemente Díaz; algunas canciones locales como “Rebozo mi otra piel” dedicada particularmente a los reboceros de Tenancingo, Estado de México. He encontrado que la “Tuna” estudiantil de la Universidad Politécnica de Valencia, España, incluye “Aires del Mayab” en su repertorio selecto. Y en estos tiempos tenemos de muestra una canción social: “El rebozo es una obra de Laura Marina Rebolloso Cuéllar, grabada por la artista y el Ensamble Marinero en 2011. Esta canción está basada en el son jarocho y surge gracias a una beca de composición de música con la que realiza algunas piezas cuya temática gira en torno a la maternidad que la artista experimentaba en esos momentos.”[9]
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La poesía tradicional ha distinguido al rebozo como fuente de la inspiración de muchos vates. En nuestra región destaca, sin lugar a dudas, la larga pieza poética “Piropos al rebozo” de don Gregorio de Gante de la cual solo reproduzco un fragmento como este, pero les doy la “liga” para mirarlo completo:
Bien mereces, rebozo,
que hilen tu urdimbre nuestras patrias ruecas,
que te adornen nativas amapolas
y que te arrullen, brava o dulcemente,
las notas de “La Marcha Zacatecas”
o el mestizo vals “Sobre las Olas”.
¡Mereces que te extienda sobre el manto
imperial de mi canto!
y en la prosaica era
que nos tocó vivir, de sino adverso,
se alce, izado, en el asta de mi verso
como triunfal bandera.[10]
La doctora Patricia Díaz Cayeros, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la unam, encontró un documento en el Archivo del Cabildo de la Catedral de Puebla que “Se trata de una detallada descripción de los materiales y el procedimiento necesarios para manufacturar unos tejidos y tintes aromáticos conocidos con el nombre de Coapaxtles así como otras teñiduras semejantes”[11]. Los colorantes a los que alude el documento se elaboraban en Tlapa que en la fecha del documento (1791) pertenecía a la diócesis de Puebla y políticamente a la Intendencia de Puebla. El nombre de Tlapa proviene de tlapalli que en lengua náhuatl significa pintura o color, como es el caso de nuestras tiendas de pinturas o tlapalerías. El jeroglífico de Tlapa es un círculo rojo con una huella de un pie, en negro y en posición horizontal, pueblo que aparece en la Matrícula de Tributos como vasallo de los mexicas y que entregaba mantas teñidas.[12]
Esto me da pie para comentarles que en el pueblo de Tenancingo del Estado de México se fabrican unos rebozos llamados “rebozos de aroma” o “rebozos luto de aroma” que son completamente negros, pero que tienen la peculiaridad de poseer una fragancia producto de un proceso de aromatización de los lienzos, ya teñidos, con diversas plantas entre las cuales se encuentra el “cascalote” (Caesalpinia coriaria) que además de numerosos usos medicinales también tiene propiedades tintóreas y posee un aroma particular que, junto con otras hierbas, como el “pazcle”, el “pericón”, las “rosas de Castilla”, la “salvia”, el anís, “cascaras de naranja” y canela impregnan este lienzo. Antiguamente se usó este singular rebozo como mortaja, pero actualmente lo visten las mujeres que están de luto. Alondra Flores del periódico La Jornada reporta que:
“En entrevista, la antropóloga Marta Turok señala que este rebozo
tiene la particularidad de que se hace con un aroma que no se
pierde, por más que se lave la prenda.”[13].
¿Los centros productores de los rebozos fueron muchos y prácticamente abarcaban casi todo el territorio nacional destacando Santa María del Río, slp; Tenancingo y Tejupilco, Edo. de México; Zamora y Tangancícuaro en el Estado de Michoacán, Moroleón en Guanajuato, Chilapa en Guerrero, las ciudades de México, Puebla y Oaxaca entre otros. Los materiales con los que se elaboran los rebozos también han sido diversos como el algodón, ixtle, lana, seda y artisela. En la época colonial y aún en el siglo xix se llegaron hacer rebozos de seda, entretejidos con finos hilos de oro y plata; así como otros que, de tan finos, pueden pasar a través de un anillo. Ya hablamos de algunos de los usos de esta prenda a los cuales agregaríamos el de dar “un masaje de rebozo” que usan las comadronas para acomodar al bebé dentro de la matriz o como tratamiento de fertilidad. Las técnicas de tejido pueden corresponder a un telar de cintura, un telar de pedal o hasta un moderno telar electro-mecánico.
Los moñitos pa’ tus trenzas
y pa’ tu mamacita:
rebozo de bolita y enaguas de percal.
¡Ay, qué… caray…!
¿Las partes de un rebozo son: la prenda rectangular o cuerpo del rebozo, el rapacejo que es una sección de macramé o anudada y los flecos que son el remate de los hilos de la urdimbre en ambos extremos. Las denominaciones de los estilos del rebozo de acuerdo a sus colores y técnicas de elaboración son prácticamente infinitos; como ejemplo les comparto el rebozo de “bolita” o “cien hilos” fabricado con madejas de algodón que venían enrolladas en bolitas; el “rebozo palomo”, el rebozo de “labor” con la técnica de tinción llamada “ikat” o “teñido en reserva” que consiste en atar fuertemente los hilos de la madeja, antes de tejerla, se procede a aplicar el colorante —el cual no penetra en los nudos— y al quitarlos el hilo se encuentra listo para ser utilizado, produciendo en la tela patrones multicolores.
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¿Resumiendo, las muchas personas que han escrito sobre el rebozo se agrupan cronológicamente, según la doctora Ana Paulina Gámez Martínez en su tesis de maestría “El rebozo. Estudio historiográfico origen y uso”[14], en gente con la perspectiva artesanal, literatos del siglo xix, los poetas, los revolucionarios y los historiadores del arte. Con esta variopinta congregación de puntos de vista, sensibilidades, intereses y conexiones se han producido discursos con contenidos que van desde la defensa del oficio, las exaltaciones literarias, la redención de identidades mexicanas y erudiciones esclarecedoras. Se suma a esta veta de erudición la tesis doctoral (2013) de Amalia Ramírez Garayzar “El rebozo como elemento cardinal de la indumentaria mexicana.”[15] En la cual nos ofrece también valiosa información acerca de esta prenda.
¿Querida lectora, si a su ventana llega una paloma, le sugiero encomendarse al milagroso “Señor del rebozo” para que no vaya usted a “dar su bracito a torcer” como aquella “Mujer, que parece rebozo. Que casi, casi… con cualquier ramita se atora”, pero tampoco se cambie usted al extremo opuesto y vaya a “morder su rebozo”, callando y aguantando “carros y carretas”, porque le aseguro que muchos señores están convencidos de que “jala más un rebozo que un caballo brioso”.
“Ay quién pudiera,
debajo de un rebozo
cariño mío, tapar las penas.
Debajo de un rebozo
Tapar las penas.”
¡Ay quieeen pudieraaaa…!”
[1] Diccionario de la Lengua Castellana (Diccionario de Autoridades). Madrid: Tomo v pág. 508, 1732
[2] Corominas, Joan. “Rebozo” p. 1034. Diccionario Crítico Etimológico de la Lengua Castellana. Volumen iii. (l-r) Madrid: Ed. Gredos, 1976.
[3] Moliner, María. “Rebozo”. Tomo 2 (I-Z). p, 2182 En Diccionario del uso del español. España, Editorial Gredos, 4ª ed.,2016. “Rebozo (de rebozar). Prenda o parte de una prenda de vestir con la que se cubre la parte inferior del rostro. (…) Manto cuadrangular que se ponen las mujeres sobre la espalda, el pecho y a veces la cabeza y que utilizan también para cargar a los niños muy pequeños.”
[4] Santamaría, Francisco J. “Rebozo. Pág. 921. En. Diccionario de Mejicanismos. México: Ed. Porrúa, 2ª, 1974. “Chal, paño o pañolón que cubre los hombros y que usan mucho las mujeres de la clase media y pobre, sobre todo en el interior, donde es típico. Se fabrica de clases primorosas y finísimas en seda, lana y algodón. Son famosos los de Santa María en San Luis Potosí y los del bajío (…)”
[5] Molina, Alonso de fray. “Nequatlapacholoni. Velo o toca de mujer” Fol. 69 r. En Vocabulario en Lengua Castellana y Mexicana y Castellana y Mexicana (1571), Biblioteca Porrúa, 1970 (edición facsimilar)
[6] Canción “Aires del Mayab “(Pepe Domínguez, 1929)
[7] Canción “La del rebozo blanco” Rubén Fuentes (música)/ Rafael Cárdenas (letra). 1955
[8] Canción “El rebozo” Luz María Quintero.
[9] Carbajal Jiménez, Isaura. Música que cobija. El rebozo desde la perspectiva de mujeres compositoras y aproximaciones a sus audiencias desde la antropología de la música. [Consultada: noviembre de 2023]. https://ichan.ciesas.edu.mx/musica-que-cobija/
[10] “Gante, Gregorio de. Piropos al rebozo” (poema completo) [Consultado: marzo de 2016] https://es.scribd.com/doc/91242960/Piropos-al-rebozo
[11] Díaz Cayeros, Patricia. “Tejidos y tintes Coapaxtles: la “Memoria del cura don Joaquín Alexo de Meabe (ca. 1794)”. Pp. 207-222. En Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas México. México: Ed. unam, vol. xxx, núm. 92, 2008. [Consultado: julio 2018]. https://www.redalyc.org/pdf/369/36912018007.pdf
[12] “Matrícula de Tributos. Edición facsimilar”. Pág. 52 correspondiente a la lámina xix del documento. En Arqueología Mexicana. Edición Especial No. 101, revista bimestral, febrero de 2022
[13] Flores, Alondra. Ironía de hilos: la tradición del rebozo luto de aroma está a punto de desaparecer. (lunes 3 de agosto de 2015) La Jornada. [Consultado: octubre de 2019]. https://www.jornada.com.mx/2015/08/03/cultura/a08n1cul
[14] Gámez Martínez, Ana Paulina. (Tesis de Maestría en Historia del Arte, 2009). El rebozo. Estudio historiográfico origen y uso. México: unam. Facultad de Filosofía y Letras. [Consultado: abril de 2022]. https://repositorio.unam.mx/contenidos/el-rebozo-estudio-historiografico-origen-y-uso-72687?c=r3YDVN&d=false&q=*:*&i=1&v=1&t=search_0&as=0
[15] Ramírez Garayzar, Amalia. (Tesis doctoral, 2013) El rebozo como elemento cardinal de la indumentaria mexicana. Historia de su producción, uso y circulación. México: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Instituto de Investigaciones Históricas. [Consultado: mayo de 2023] bibliotecavirtual.dgb.umich.mx:8083/jspui/bitstream/DGB_UMICH/2108/1/IIH-D-2013-1709.pdf