Pekín. Por invitación de China, México participa por segundo año consecutivo en el segundo Campamento Internacional de Verano de Matemáticas (IMSC, por sus siglas en inglés), que se desarrollará hasta el 4 de julio en esta capital, con el objetivo de prepararse “bajo un ritmo intenso” para la 65 Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO, por sus siglas en inglés), que se realizará en Bath, Inglaterra.
Durante la ceremonia de inauguración, este domingo, Ignacio Barradas, líder de la delegación nacional, comentó a La Jornada que gracias a su desempeño en años recientes, México figura en la lista de los primeros 20 en este tipo de competencias internaciones preuniversitarias, motivo por el que fueron invitados a China, campeón del mundo en la IMO, con la finalidad de incrementar el nivel de los contingentes convocados.
Seis estudiantes de 16 a 18 años se medirán, practicarán y participarán con más de 300 mateatletas de Alemania, Brasil, Costa Rica, Canadá, Italia, Perú, Rumania y Sudáfrica, todos instalados en el Centro de Convenciones de Tangyun, en la periferia de Pekín.
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Barradas explicó que los ejercicios y problemas que aquí se resuelven son muy elevados y en su mayoría “están diseñados para buscar soluciones desde la ciencia a situaciones habituales en la vida cotidiana, pero cuya complejidad matemática es imperceptible. Cuando haces matemáticas y encuentras una respuesta ingeniosa, esa idea te lleva muy lejos. Haber resuelto un problema no es relevante, pero encontrar la respuesta es lo que importa. No es el problema, sino lo que haces con la solución, y la puedes usar para miles de cosas”, comentó.
Desde lo más simple hasta lo complicado
El también investigador destacó que “es muy difícil de ejemplificar cuando uno no está metido en estas cosas, pero un montón de situaciones están relacionadas con las matemáticas. Algunas quizá parecen insignificantes a simple vista, pero hay otras muy valiosas en nuestro día a día, como la ciberseguridad”.
A su vez, el matemático Luis Eduardo García, entrenador de los concursantes en el extranjero comenzó en México, en competencias locales como las que organiza la Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM), programa académico que empezó hace 38 años y ahora es uno de los certámenes más importantes del país en el ámbito científico.
En la IMO, México ha ganado cinco medallas de oro. Una la obtuvo el año pasado Rogelio Guerrero Reyes, originario de Aguascalientes, en Tokio, Japón. Este año vuelve a formar parte de la selección nacional, y de conseguir otra presea dorada en Bath haría historia, pues ningún connacional cuenta con esa cantidad de logros.
“Estar en China ayuda mucho para obtener mejores resultados. Aquí se puede obtener un entrenamiento de alta calidad; hay mucho intercambio de ideas y de culturas, por tener al alcance el conocimiento de personas de otros países. Para mí, es transformar el conocimiento de las matemáticas en experiencias de vida, y que todo esto me ayude a prepararme para la olimpiada internacional”, comentó el preparatoriano.
Reiteró que “el año pasado sí ayudó mucho que tuviéramos este entrenamiento previo, porque siento que nos dio herramientas, nos puso a trabajar y nos ayudó a subir de nivel”.
Mateo Iván Latapí Acosta, de la Ciudad de México, también repite la experiencia de estar en este campamento para la IMO. Asegura: “La experiencia de aquí nos hace llegar a la competencia grande más seguros, pues llegamos sabiendo que hemos trabajado muy duro durante un mes, que tenemos la mentalidad adecuada para dar nuestro mejor esfuerzo.
“Muchos aspectos que ya había vivido el año pasado, ahora se repiten, como interactuar con los participantes de otros países y sus instructores, porque se preparan mucho y les puedes aprender muchas cosas”.
Emiliano Hernández Barranco, también de la capital mexicana, relató: “No es mi primera experiencia internacional, porque he estado en la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas; creo que ésta en China nos permite interactuar y puntos de vista para poder resolver problemas”.
José Andrés Zamora Moncada, de San Luis Potosí, aseguró que precisamente, esperas respuesta a través de un estímulo, y creo que ese incentivo es muy fuerte, porque yo nunca había salido del país, nunca me había subido a un avión; fue un viaje de pesadilla para ser el primero de mi vida, pero sirve para lo que buscamos: ponernos las pilas para las olimpiadas internacionales.
Héctor Juan Villareal Corona, de la Ciudad de México, comentó: “Me siento bien, me gusta toda esta experiencia. De los demás busco aprender para subir mi nivel. Quiero concentrarme por ahora en la IMO. Este es el entrenamiento de más alto nivel que he tenido, y sin duda esto me va a ayudar para alcanzar mis objetivos”.
Interacción productiva
El más joven del equipo, Takumi Higashida Martínez, también de la capital, aseguró: “lo veo como una oportunidad para saber por dónde voy y con qué debo trabajar. Del campamento me gusta mucho eso de encerrarse con varias personas en un salón para estar pensando matemáticas todo el día, me ayuda a concentrarme, pues para mí es difícil estudiar en casa cuando estoy sólo en mi cuarto y frente a la computadora”.
La delegación también está asistida por el joven Eric Ransom, ex olímpico de Monterrey, Nuevo León, quien compartió: “Uno de los requisitos para ser líder es haber concluido la preparatoria, pero lo que me dio lugar para venir a apoyar a los profesores fue que obtuve buenos resultados con mi participación el año pasado en China y Japón, además de haberme involucrado directamente en las actividades de las olimpiadas como entrenador de mis compañeros”.
Barradas señaló que la OMM se organiza principalmente gracias al voluntariado, “todos regalamos nuestro tiempo”, y el financiamiento lo obtienen de algunas fundaciones, gobiernos estatales, empresarios o las familias de los competidores.
Por eso, consideró: “algo que creo que hace falta es institucionalizar la olimpiada. Es decir, que este proyecto no dependa de una persona u otra, sino que tenga una base institucional”, pues en términos económicos “ayudaría mucho tener un fideicomiso, donde hubiera donaciones o aportaciones gubernamentales”.
En tanto, el entrenador Luis Eduardo García precisó que con el propósito de que funcione la OMM se necesitan anualmente 12 millones de pesos para aspectos operacionales básicos, pero si se toman en cuenta los pagos de todos los voluntarios, serían 43 millones más.
“En general, parece un milagro o mentira, pero al final cada año acudimos a todas las actividades y competencias que nos planteamos con el patrocinio de muchas instancias y personas. Y aquí están los resultados”, concluyó.
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