Sorprenden las declaraciones de la secretaria del Medio Ambiente Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT), Beatriz Manrique Guevara, quien señaló que de los 19 acuíferos que tiene el estado de Puebla, dos están declarados en sobreexplotación, el de Tecamachalco y el de Libres–Oriental, mientras que los otros 17 tienen niveles de presión importantes para la distribución de agua, aunque a pesar de esta situación “hay suficiencia para atender el suministro para uso doméstico”.
Lo anterior contrasta con diversos señalamientos de colectivos como la Asamblea Social del Agua y la Defensa Colectiva del Agua, que han evidenciado, durante el primer mes de 2024, la afectación por falta de agua en 13 colonias, en las que habitan más de 92 mil personas, por la escasez del líquido y/o por la ineficiencia en el servicio, que se suman a las colonias y familias afectadas en el último mes de 2023.
Por otra parte, se ha cuestionado la información que brinda la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sobre la disponibilidad en el acuífero de Puebla, pues aunque reporta que anualmente están concesionados 433 millones de metros cúbicos, en realidad se extraen en el mismo periodo 540 millones, 107 millones más de los que ha autorizado la dependencia federal, así lo sostuvo Francisco Castillo Montemayor, exdirector del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla, con base en información publicada por el Censo Económico 2019, por lo que ya se habría agotado el acuífero de Puebla.
Depurar las cifras de la disponibilidad del agua, del Alto Atoyac y del valle de Puebla resulta relevante para determinar la sobreexplotación de los acuíferos, porque la escasez de agua en las principales urbanizaciones y en las comunidades se ha venido señalando con mayor insistencia, mientras la extracción crece al amparo de la expansión urbana industrial y la falta de una política de control de esa extracción, así como de estrategias de recarga. Aunado a la falta de saneamiento de las aguas residuales vertidas a los ríos, cuya contaminación está plenamente documentada, así como las afectaciones a la salud de la población.