En un negocio saqueador se convirtió el servicio de agua potable en el municipio de Puebla, luego de que el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas depositó la gestoría de este recurso hídrico en recomendados que carecen de conocimientos científicos y técnicos, sopesó el politólogo, César Musalem Job.
Consideró que a Agua de Puebla (Concesiones Integrales) se le puede anular la el contrato si se obliga a los diputados locales y ayuntamientos involucrados, entre ellos el de la capital poblana, en congruencia con la cuarta transformación, a realizar un análisis jurídico que sustente esta decisión.
Eso permitiría a los legisladores, en su mayoría de Morena, decidir los costos, calidad del servicio, usos tecnológicos, políticas de inversión y sistemas de sustentabilidad.
Expuso que actualmente la gestión de la concesionaria solo tiene dos objetivos: recuperar el dinero que han invertido y obtener ganancias bajo las metas nacidas de sus estudios para inyectar recursos.
“Actualmente, muchas voces en la capital del estado de Puebla están pronunciándose en contra de que el servicio público del agua potable, convertido ahora -bajo argumentos legales- en mercancía destinada a producir ganancias, vuelva a ser gestionada por los gobiernos municipales, pues la concesión abarca una geografía intermunicipal”.
El politólogo indicó que para una mejor gestión, deben ser escuchados los expertos en todo lo que concierne al agua, a fin de ofrecer un servicio sustentable.
No obstante, también sostuvo que eso únicamente ocurrirá cuando el líquido vital sea gestionado científica y técnicamente.
Musalem Job explicó que en los últimos años la disponibilidad de agua se ha reducido a la mitad, a pesar de que el país cuenta con extensos litorales.
Atribuyó el descenso a la sequía en mantos acuíferos, sobre todo en zonas donde los bosques ha sido arrasados.
A eso se suma la existencia de infraestructura obsoleta, fugas numerosas y una ausencia de la cultura del ahorro del agua.
Explicó que el agua cubre 75 por ciento de la superficie terrestre; sin embargo, 96.5 por ciento lo conforman las aguas saladas de los océanos, un 2.5 por ciento es dulce, pero dos terceras partes de ésta se encuentra en las regiones polares.
El resto lo forman los sistemas de aguas subterráneas, quedando menos del 1 por ciento en aguas de ríos, lagos, pantanos y agua atmosférica.
Musalem Job comentó que si bien la cantidad de agua es constante, no lo es la forma en que se distribuye en el tiempo, ya que es irregular y varía en diferentes años, dependiendo de las condiciones climáticas globales.
“Es importante considerar que aun cuando se cuente con la cantidad de agua suficiente, debe ser diferente para uso y consumo humano de la que se utiliza para riego o la destinada al cultivo de organismos acuáticos”, concluyó.