El primer informe de actividades legislativas de Sergio Salomón Céspedes Peregrina fue un acto de campaña, de promoción personal, para buscar ser el candidato de Morena a la gubernatura de Puebla en 2024. Mostró capacidad de convocatoria y organización para hacer un evento masivo y con muchos invitados especiales. Sin embargo, lo que le falló drásticamente al presidente del Congreso del estado fue actuar con congruencia y ética, pues quiso lucirse cuestionando a sus rivales de la 4T –en la lucha por la postulación morenista—y de la derecha con críticas que, principalmente, se pueden aplicar al propio diputado local de Tepeaca.
Si algo caracteriza a Sergio Salomón Céspedes Peregrina es que ha ocupado tres cargos públicos a lo largo de los últimos ocho años, periodo en que tres veces ha cambiado de partido político. Es decir, es un hombre que no tiene lealtad hacia ninguna fuerza política y carece de identidad ideológica.
En 2014, Céspedes Peregrina era parte del grupo político de Juan Carlos Lastiri Quirós –uno de los artífices de los escándalos de corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto—y eso le permitió convertirse en diputado local del PRI por el distrito 13 local.
Cuatro años más tarde dejó su militancia priista y se volvió miembro del Partido Movimiento Ciudadano, como parte de una decisión que tomó el entonces exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas, que decidió convertir a Céspedes Peregrina en alcalde de Tepeaca. Y entonces a este político se le consideró como uno de los principales activos del morenovallismo.
Y ante la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle Rosas, decidió desconocer su lealtad morenovallistas, para que en 2021 apareciera como candidato de Morena a diputado local por segunda vez.
Es decir, si se toma en cuenta el periodo de campañas y la fecha de la última elección local, este hombre tendría algo así como 19 meses de ser integrante de la 4T y de ser un renegado de su pasado morenovallista y priista.
¿Por qué vale la pena recordar la trayectoria del presidente del Congreso local?
Porque resulta que, en su primer informe de labores, en la principal plaza pública de Tepeaca en la que congregó a unos 3 mil acarreados y 160 alcaldes, junto con dirigentes partidistas, intentó mostrarse crítico y agresivo contra dos de sus rivales políticos: Ignacio Mier Velazco, el coordinador de los diputados federales morenistas, y el edil de la capital, Eduardo Rivera Pérez.
Con las mangas remangadas de la camisa, en su mensaje político Sergio Salomón dijo lo siguiente en clara alusión a Ignacio Mier:
“No queremos a los cínicos que busquen alianzas con los más conservadores o que simulan pertenecer al proyecto transformador –de la 4T– cuando en realidad lo que buscan es un simple vehículo que los lleve al poder, aunque digan que llegaron antes que nosotros.”
Si esa crítica viniera de cualquier líder de la 4T que ha estado en las tres campañas presidenciales de Andrés Manuel López Obrador, que hay muchos, podría tener mucha autoridad y congruencia para mencionar esas palabras contra Ignacio Mier o el senador Alejandro Armenta, ya que apenas hace un lustro ambos personajes eran destacados priistas y en el caso del primero, era alguien cercano al morenovallismo.
Pero en el caso de Sergio Salomón resulta sorprendente que el legislador haga ese cuestionamiento cuando él ha llevado una trayectoria similar a la de Ignacio Mier, que es mudarse de partido político como cambiarse de calcetines.
Incluso habría que preguntarse: ¿a qué nuevo partido va a saltar Sergio Salomón si no logra ser candidato de Morena a gobernador o senador? Todavía le queda el PAN, como una cuarta opción en su carrera política.
En otro fragmento de su discurso, Céspedes Peregrina hizo las siguientes proclamas: “No queremos de regreso a los que hicieron del gobierno un botín político y personal… a quienes saquearon a Puebla… no queremos el mal pasado… no queremos a los que contraponen a la capital con el resto del estado como si se tratara de dos Pueblas distintas”.
Esas palabras están claramente dirigidas contra el PAN, contra el morenovallismo y el edil de la capital, Eduardo Rivera Pérez. En resumen, es un rechazo a la posibilidad de que la derecha recupere el poder político del estado.
Ocurre lo mismo, si ese discurso fuera de otro personaje de la 4T sería una buena proclama, pero en Sergio Salomón es un acto de incongruencia y falta de ética.
Sergio Salomón apenas hace cuatro años le aplaudía a la entonces candidata del PAN a la gubernatura de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo, y hacía campaña en contra de Morena y de Andrés Manuel López Obrador.
Y sobre todo, se convirtió en alcalde de Tepeaca por una decisión de Rafael Moreno Valle Rosas –a través del Partido Movimiento Ciudadano–, el hombre que dejó endeudado al estado por 30 años y más de 50 mil millones de pesos. Es decir el hombre que saqueó a Puebla.
Otra pifia de Sergio Salomón: por un lado se le reconoce que logró la presencia –en su acto de informe– de Minerva Citlalli Hernández Mora, la secretaria general de Morena, pero por otro lado, mientras la dirigente morenista vino a Puebla con un llamado de unidad y cordialidad entre los líderes de la 4T, el presidente del Congreso dio un discurso en donde llama claramente a la confrontación. Vaya que congruente.