La primera parte de esta serie, se dedicó a una semblanza de Sergey Kurginyan (SK) y su movimiento Esencia del Tiempo (ET). En esta entrega se apreciará sucintamente, la estructura teórica de esta alternativa de cambio civilizacional.
En el año 2011, SK publica El Manifiesto (http://eu.eot.su/acerca-de/el-manifiesto/), texto que constituye el pilar de enunciación del movimiento ET, escrito para los rusos y su intelectualidad; donde se exponen, a través de una revisión histórica, las tareas centrales y la finalidad de esta tendencia: la formación de una Rusia que rectifique y rescate lo mejor del sovietismo.
La exposición de los contenidos de El Manifiesto, se basa en cuatro principios: lo que vive, puede ser restaurado; búsqueda de la verdad histórica de la debacle soviética; comprender para recuperar lo perdido y comprender para transformar. Éstos principios atraviesan dos partes compuestas de dieciséis y cuatro capítulos cada una, que anteceden a una conclusión subtitulada: “renunciar a la renuncia”, que implica rectificar la adopción de la modernidad y el capitalismo agonizantes.
Es imposible abarcar todo el manifiesto. Resalto. a riesgo de ser insuficiente, que SK expone: a) lo ruso es anti-burgués y lo confirma el proceso histórico desde el empeño bolchevique por enterrar sus vestigios; b) la construcción del socialismo en Rusia, respondió a lo mismo que todas las transiciones y sus coyunturas: el ejercicio del ensayo/acierto, ensayo/error; c) lo ruso no es europeo, ni asiático; está obligado a definirse no desde la geografía sino desde una ética anti-capitalista, concurriendo al multilateralismo bajo la identidad que afirmó el gran Estado soviético; d) Rusia perdió un juego -no la guerra- con la elite rusa -encargada de la Perestroika- y con la élite internacional, encargada de un Nuevo Orden Mundial. El nuevo juego persiste en destruirla a partir de castrar al protagonista de la historia: la voluntad popular, a nivel interno y externo, rodeándola de revoluciones de colores y socavando su papel histórico en la humanidad; e) critica al sujeto de clase media que lleva a cabo el proceso histórico en la modernidad –que no cumple la promesa de prosperidad; f) crítica a los proyectos de modernidad, posmodernidad a-histórica y contra-modernidad; finalmente, g) a contrapelo del punto anterior, Rusia debe asumir un cuarto proyecto: rescatar, retomar y construir, con lo mejor del comunismo histórico, es decir, no el libresco, al menos en primera instancia.
Esto implica corregir errores de la experiencia soviética, rectificando en asuntos tales como: la construcción del humanismo, mediante el rescate de la filosofía del ser; la reconciliación del ‘ser’ con el ‘tener’, que implica pensar la explotación y la alienación; re significar la ciencia como ‘fuerza productiva autosuficiente’ y por ende el concepto de desarrollo; reivindicación del papel de las capas intelectuales, ahora llamadas precariado, que se convirtieron en el botín de talento para el capitalismo central.
Bajo esta premisa teórica, el movimiento ET, desarrolla una cotidianidad comunitaria experimental: la comuna, que encarna la praxis de una nueva URSS 2.0 y que abordaremos en el próximo artículo.